Site icon ISLIADA: Portal de Literatura Contemporánea

Pedro Casariego

Poesía. Photo by Dariusz Sankowski on Unsplash

Photo by Dariusz Sankowski on Unsplash

Poemas:

Tu mezquita y tu río

Una prostituta
ella es la única mujer por mí invadida
o
acaso
tampoco
ella
porque por más que me recuento
no hallo vestigio
de perfume o de célula o de compra o de club
o de aquel taxi
aunque allí estábamos todos,
madre,
los bienaventurados y los aventureros
allí estábamos todos
en la edad del vagabundeo y sin piernas
sin piernas como el pobre Mori Ahio
como él mordidos por un tren hambriento
pescadores de Galilea ha llegado la hora de la repesca.
Le dije que me llamaba Azul
y gracias al cielo no era tan blanca como la peluquería Noëlle
así que busqué en ella a las hijas del Atlas
ambos sin el virus del amor
aquel día la noche había bajado veloz por su tobogán de luces
y sus estrellas eran nubes.
Madre,
eres la mujer más lista del mundo después de Madame Curie
o empatada con Madame Curie
si exageramos un poco
y yo por tí exagero un poco
y hasta mucho más que un poco
de azúcar
en mi ruso
señor camarero árabe
poblando de parálisis mi alma
mi museo de aromas
tan mísero de aromas
mi monotonía de caja de música
orgulloso de soledades
y de maldad
pero sobre todo de bondad
soy todo lo bondadoso que puede ser un buitre
que no es mucho
y todo lo viejo que sabe ser un viejo
que ya va siendo más
mi alma de reposición y filmoteca
tan fanática
a su lado los locos se convierten en loqueros.
Minutos con ella
entonces pronunciar las palabras mágicas
palabras como
baobab
arrayán
y otra vez baobab
pero no las pronuncié
sobre su carne para perros
carne para perros Lassíe
soy el perro que en la luna escarba una hoguera de signos
y
sólo
la
muerte
me hace
la vida
imposible.
Madre
madre yo solo qué hielo soy
yo que desconozco el argot del amor
para tí quemo las penas que me frecuentan
ven aquí donde te midan mis penas
mezquinas como aritméticas
madre,
tu imperdible
el imperdible de tu tiempo
tu tiempo imperdible
siempre
he aquí tu permanecer
sobre nuestra permanencia
he aquí
tu mezquita
y tu río

***

Santa tierra desterrada
Tú sigues siendo
el misterio de las apariciones que nunca aparecen
pero
dentro de mí
alguien
cambió
y no volverá a cambiar
jamás
ya no hay llanuras en mis montañas
ya no hay llanuras y yo
yo olvido un sótano de recuerdos dos sótanos llenos
y persigo sombreros alegres para dejar de olvidar
aunque ya se sabe
los sombreros huyen
y la alegría
y los gatos que no nos felicitan.
Olvido.
Olvido porque ya soy viejo o ya soy joven:
he sido tantos alborotos
que ya soy viejo
he visto a tantos morir mi muerte
que ya soy joven
he servido a tantos príncipes
he ambicionado piedra he falsificado labios y he jadeado
no he faltado a la cita y ahora
ya no hay fuego en mi fuego
o todas mis mentiras son mentirosas
y sólo el cansancio me da vida
y sólo tocas mi cansancio
y ahora
hoy nada me duele y tú no me dueles
las tiendas de ultramarinos y los cines de verano
y los guerreros indefensos
desaparecieron
ni siquiera los fabrican
fíjate qué triste
herrumbrosas y ajenas
nuestra soledad es siempre de los otros
herrumbrosas y ajenas y tan herrumbre
las soledades que en mi acontecen
sin ruidos y sin silencios
hoy nadie me duele y tú no me dueles
mujer
tan callada y pobre
como una grieta
santa tierra desterrada
yo que para escandalizarte he robado escándalos
sólo Judas pudo amarte como yo te amo
sólo Judas y sobre ti veo
al cielo que ganó el concurso de cielos
y al cielo loco que ganó el concurso de nubes
y hasta al único caballo que cabalga
santa tierra desterrada
tierra santa
mi tierra prometida
dama de la mayor distancia
te he deseado siempre
desde el primer reloj
pero
dentro de mí
alguien
cambió
así que pronto llorarán mis risas
y se arrastrarán mis vuelos
pronto
oiré un viento raptando hojas
y las noches sabrán ser días
entonces
inmediatamente
Ayúdame
soy un cristo que no tiene cruz
soy un cristo de crucigrama
ayúdame
tú la espina más remota
tú sueño que se desmaya
tú pequeña niebla de piel
tú que no mereces ser el cepillo de dientes de María Magdalena
tú puedes ayudarme
tú puedes ayudarme complicándome la vida
complícame la vida
complícamela
tú que árida siempre te alejas
dame abrazo y herida
dame abrazo y herida para tener abrazo
tu que no existes
sólo tú puedes

***

Mis labios
como dóciles
ruidosas segadoras rojas
que piden un relincho
de gasolina
porque besarte
es cortar hierba
hierba
hierba
olor a hierba
olor a hierba
recién cortada.
Mi cuerpo
hervidero de hierba
helada
para enseñar anatomía
y botánica
y mi cuerpo
enseñanza
hierba que nadie recoge
hierba que el viento pisa
hierba que se hace suela
de mil zapatos vacíos.
Tu cama
fría y pedregosa
es el lecho de un río:
Eres río
eres río que llora
bajo mis abrazos de madera
madera que flota
madera que no sabe penetrar
eres río
eres río que se desborda
eres río y en mis labios
en mis labios desembocas.

***

Envejeces
Marie
egocéntrica campeona de yo-yo
envejeces
Marie
se despintan tus cabellos
envejeces
Marie
por los siglos de los siglos
abandóname
Marie
ha llegado el telegrama
que esperaba recibir
en el hueco de mi tiempo.
Envejeces
Marie
telaraña la red de tu sonrisa
herrumbre el hierro de tu mirada
envejeces
Marie
relicario soy
que al besarte atrapa
la reliquia de tus labios
envejeces
Marie
con el vuelo de los pájaros
con el paso de los años.

Biografía:

Pedro Casariego Córdoba (Madrid, 1955 – 1993) fue un escritor español, poeta y pintor, hermano del escritor y guionista Martín Casariego y del también escritor Nicolás Casariego.

Libros

Exit mobile version