Poetas

Poesía de Perú

Poemas de Paul Montjoy Forti

Paul Montjoy Forti, nacido como Paul Antonio Montjoy Forti el 19 de septiembre de 1994 en Chiclayo, Perú, es una de las figuras emergentes de la literatura peruana contemporánea. Este talentoso investigador, escritor y abogado ha sabido combinar sus diversas facetas para ofrecer una obra literaria rica en matices y profundamente introspectiva.

Desde su infancia en el balneario costeño de Pimentel hasta su establecimiento en Lima para estudiar Derecho en la Universidad de Piura, Montjoy Forti ha cultivado una sensibilidad única que se refleja en su poesía y narrativa. En 2016, publicó su primer poemario, Quijotes Ultramarinos, una obra que fue presentada en diversas instituciones académicas y culturales de Piura, Chiclayo y Lima, marcando su debut en el mundo literario.

La trayectoria de Montjoy Forti es un viaje de descubrimiento y transformación. Durante su estancia en Piura, se involucró activamente en la militancia con el Partido Aprista Peruano, aunque posteriormente se distanció de esta organización. En 2018, regresó a Lima para ejercer como abogado, destacándose como uno de los pocos investigadores sobre el principio de subsidiariedad en la constitución peruana.

Su incursión en la narrativa se consolidó con la publicación de su novela En la última noche yo te amé en 2020, la cual fue reconocida por Infobae y Perú 21 como uno de los mejores libros peruanos del año. Esta novela negra, que mezcla elementos del género policial y del suspenso político, refleja la influencia de autores como Javier Marías y Mario Vargas Llosa, y ofrece una mirada crítica sobre el Perú de los años 90.

En 2022, Montjoy Forti publicó su segundo poemario, Los monstruos frente al espejo, donde explora la temática queer y la introspección personal. Algunos de sus poemas han sido traducidos al italiano y publicados en revistas internacionales, lo que demuestra el alcance global de su obra. Ese mismo año, se trasladó a Oklahoma, Estados Unidos, para continuar sus estudios de posgrado en Literatura Hispánica en la Universidad de Oklahoma, donde también trabaja como asistente del Departamento de Modern Languages, Literatures, and Linguistics.

Montjoy Forti ha incursionado en el periodismo, dirigiendo el portal de noticias Punto y Coma y fundando la revista Página en Blanco especializada en periodismo narrativo. Su labor periodística incluye la publicación de artículos y entrevistas en medios como El Peruano y la revista Ita Ius Esto, así como su rol actual como columnista de opinión en Perú 21.

La obra poética de Paul Montjoy Forti se caracteriza por la exploración de la corporalidad, la sexualidad y el recuerdo de la infancia. Influenciado por poetas como Jorge Eduardo Eielson y Blanca Varela, así como por escritores como Kafka y Alejandra Pizarnik, Montjoy Forti teje un universo homoerótico que desafía las normas sociales y religiosas. Su último poemario, After Requiem, editado por Valparaíso Ediciones en 2024, promete continuar esta exploración profunda y reveladora.

Paul Montjoy Forti no solo es una nueva voz en la literatura peruana, sino un faro de introspección y crítica social. Su obra, tanto en poesía como en narrativa, invita a los lectores a reflexionar sobre la condición humana y las complejidades de la identidad. En su escritura, encontramos un eco de los grandes maestros y una frescura que lo distingue como uno de los autores más prometedores de su generación.

Poema sin nombre

La casa es una pared de cuadros
Que, dibujados en la prehistoria,
Sonríen con la luz de la mañana.
Cuando entra la luz de la mañana,
Se prepara el café en la cocina
y estalla un corazón en el pasillo.
Si pasa delirante delante de ellos,
Los cuadros le saludan y las flores
Se desnudan para mostrar sus yemas.
Cavernícolas.

Nadie conoce al dios que eligió
El itinerante orden de las cosas
O nombró a las cosas por su nombre.
Ni tampoco se sabe el porqué
Él solamente ingresa a la casa
Con su saco, camisa y espada
Cruza el pasillo y la Historia
Rompe las maldiciones de los dioses
Arrastra sus pies sobre la alfombra.

Existe el hombre al igual que la casa
Y fecunda violento miles de países
Cuando entra la luz de la mañana.
Sobre la cama.

Decidirse cruzar

Miles de años han pasado
Y sigue el hombre frente al espejo
Mostrando su torso desnudo
Sin saber si cruzar o no cruzar.
El hombre se siente huérfano
No sabe de dónde viene ni dónde va
Llora por las noches mirando sus templos
Y estrellas.

¿Y si cruza?

Quién sabe de los reinos y monstruos
Que habitan detrás de los reflejos.

El hombre duda y se siente vacío
El hombre se siente pirámide.
Quién sabe si esta vida tormentosa
Se trate solamente de cruzar el espejo.

Penúltima palabra

Nunca sabré qué he sido frente al espejo
Además de un cúmulo de carnes descomponiéndose
O un alma sumamente triste que al atardecer
Fuma un cigarrillo o bebe un poco de alcohol.
En una habitación rodeada de libros.
Nunca sabré qué he sido frente al espejo
Además de un cuerpo desmembrado y aturdido
Por sus pulsiones sexuales de púber eterno
Que es una larga carretera sin luces
O por su gris vello público.
De mujer o de hombre,
De niño o de anciano,
Que es lo mismo.
Nunca sabré qué he sido frente al espejo
Un nudo de corbata
Un pantalón planchado
Una putifalda amarilla
Un reloj de marca
Unos labios
El monstruo.
Hoy es el penúltimo día sin respuesta.
Tampoco sabré qué habrá sido el espejo
Para mí.

Caminante

Camino, a veces, camino
Malecón que está desolado
Y estas lágrimas quieren brotar
Como espinas en rosas
Como las maderas del muelle
Ya no hay jardines ni niños
Solo esculturas de sal
Se han secado las palmeras
Camino, a veces, camino
Y este mar que no se mueve
Las mejillas consteladas
No se escuchan los saludos
Han muerto como los peces
Ahogados
Y los recuerdos de mi mente
Ahogados
ya no camino, me arrastro
Y la nostalgia
Y la brisa.

GÉNESIS

Nacer, de pronto
De un óvulo de pájaro tuerto
Abrir los ojos para no sentir miedo
La casa, que fue tan suya, llena de bulla
Olor a leche tibia y manzanilla
El recuerdo de cálidas yemas de dedos
Las pesadillas y los monstruos
Los tristes harapos de su cuerpo
Los tíos, los primos, los hermanos
Conjuntos de células antojados
Palabras revueltas en un plato de sopa
Tranquilizaban los llantos acariciándolos
Y apagaban los infiernos de la tierra
A cambio, mataban ilusiones y Rimbauds
Pero con aquel cuerpo inexistente no pudieron
Había fuego en sus entrañas había fuego
En sus sueños había construido mundos
Por partes, qué importa, o enteros
Habría que hablar con los engendros
Y los cuartos siempre oscuros
El temor de los padres en el desayuno
Revuelta de comida con nervios
Fusiles de papeles y rosas
Nadie quiere un hijo diferente
Nadie quiere un hijo enfermo
El vidrio rojo y el viaje emprendido
Había fuego en sus entrañas había fuego
Y la cuchilla lista para matar a los insectos
Abrir los ojos es no sentir miedo,
Pero esta pesadilla lo carcome
Pero bailan las sombras alrededores
Aquí están expuestos sus huesos
Y los órganos magullados por temores
La carne verde descompuesta
Naranja de celeste lima
La casa ha dejado de ser suya
Tranquilizaban los llantos acariciándolos
Pero es hora de ir, Poesía
La vida no es más que un coche
Colores que nunca se invierten
Este es el génesis y la enfermedad
El huevo desplumado vuelto ceniza
Los monstruos que le miran
No hay marcha atrás
No hay marcha atrás
No hay marcha atrás
Se dirige a la muerte.

BREVE RADIOLOGÍA SOBRE LOS MONSTRUOS

Para ver un monstruo no se requiere de tanta ciencia
Solo un par de alas destruidas o por destruir
A veces aquellos seres se esconden debajo de la cama
Como hados de los bosques o lucecitas tintineantes
Pero también, a veces, saltan encima de ella
Haciendo llorar a la víctima.
Los monstruos caminan por los pasillos de las casas
A veces sus pasos son confundidos por el leve sonido del viento
Un tintineo delirante, una tacita que se suicida del repostero
Son, en su mayoría, seres desconocidos y misteriosos
Pero también pueden ser padres, amigos o tíos
Perturbados.
Para ver un monstruo se necesita dominar el arte de sonreír
Por las noches, ante nuestra ausencia, abren las ventanas
Corretean cerrando puertas y subiendo escaleras
Hacen sonidos extraños después de comer o fuman un cigarrillo
Asustan a los perros, matan a las plantas con su aliento
Y llevan de rostro un espejo.

PALABRA

A Alejandra Pizarnik

Sonido rompe el silencio
Como se quiebra un espejo
O se rompe una ventana
Sonido que aturde los oídos
Como el invierno a los geranios
Como la ambigüedad que existe
En la palabra frente al espejo
La palabra que mató a Alejandra
Sonido que penetra
Sonido que mata
Cuando, por ejemplo, se describen
Realidades inexistentes.
¿Decir te amo refleja amor?
¿Decir te odio refleja odio?
¿Silencio significa silencio?
Resiliencia para no morir desnudos
Ante el verso.
Misterio de la semántica
Escribir sobre un cuerpo humano
Muerte silenciosa de los geranios
La palabra enloquece rápidamente
La lengua es el carnicero
De los hombres.

A KAFKA

Se me ha deformado el cuerpo
Con exactitud envidiable
Dolor repetido ocho veces
Mis ojos vidriosos
Mi tórax invertebrado
Se me ha deformado el cuerpo
Ya no tengo ni pies ni manos
De él se desprenden seis patas
Mis seis partes putrefactas
Mis venas expuestas que todos detestan
Nazco crezco ¿me reproduzco?
Ahora solo espero a la muerte.
También soy un insecto
Inentendido y triste
Soy un reflejo asqueroso
Y en los olvidados basurales
Viendo nacer la aurora
Me revuelco.