Poetas

Enrique Peña Barrenechea, poeta y diplomático peruano, nació en Lima en 1904. Figura prominente de la Generación del 30, su obra vanguardista incluye joyas como El aroma en la sombra y Cinema de los sentidos puros. A través de su poesía íntima y evocadora, capturó la esencia de su tiempo y dejó un legado literario imperecedero.

Paul Montjoy Forti, nacido en Chiclayo en 1994, es un poeta y novelista peruano cuya obra explora la sexualidad, la identidad y los ecos de la infancia. Con títulos como “Quijotes Ultramarinos” y “En la última noche yo te amé”, su pluma teje universos de introspección y crítica social. Montjoy Forti es una voz emergente que resuena en la literatura contemporánea.

Juan Parra del Riego, nacido en Huancayo en 1894 y fallecido en Montevideo en 1925, fue un poeta peruano de espíritu inquieto y alma vanguardista. Su poesía, vibrante y polirrítmica, capturó la esencia de su tiempo, fusionando modernismo y futurismo, y dejando una marca indeleble en la literatura latinoamericana.

Felipe Pardo y Aliaga, insigne poeta y dramaturgo peruano del siglo XIX, iluminó con su pluma satírica las costumbres y políticas de su tiempo. Nacido en Lima en 1806, su obra cumbre, “El espejo de mi tierra”, captura la esencia de una sociedad en transformación, combinando crítica mordaz con amor profundo por su patria.

Julio Ortega, nacido en Casma en 1942, es un poeta y crítico literario peruano que ha dejado una huella profunda en la literatura latinoamericana. Profesor en Brown University, su obra y reflexiones sobre la geotextualidad y el discurso de la abundancia lo consagran como una voz esencial y luminosa en el mundo literario.

Reynaldo Naranjo García, nacido en Lima en 1936 y fallecido en 2020, fue un brillante poeta y periodista peruano, corazón de la generación del sesenta. Fundador de la Casa de la Poesía, su obra incluye “Júbilos” y “El círculo invisible”. Su vida, llena de letras y controversias, dejó un legado eterno en la poesía peruana.

Manuel Moreno Jimeno, nacido en Lima en 1912, fue un poeta y profesor peruano cuyo verbo ardiente y comprometido marcó una era. Con obras como “Así bajaron los perros”, denunció las injusticias sociales. Su vida, entre versos y aulas, fue un canto constante a la justicia y la educación.

Tulio Mora, nacido en Huancayo en 1948 y fallecido en Lima en 2019, fue un poeta peruano de la generación de los 70 y alma del Movimiento Hora Zero. Su poesía, profundamente arraigada en la crítica social, brilla en obras como “Cementerio general”, donde voces del pasado y presente se entrelazan en un coro eterno.

Mario Montalbetti, nacido en el Callao en 1953, es un poeta y lingüista peruano cuya obra fusiona reflexión y experimentación. Desde sus inicios con “Perro negro” hasta sus ensayos como “Cajas”, Montalbetti explora los misterios del lenguaje y la poesía, fundando la influyente revista Hueso Húmero en el proceso.

Marco Martos, nacido en Piura en 1942, es un ilustre poeta de la Generación del 60. Su obra, marcada por un lenguaje sencillo e irónico, aborda la soledad y el existencialismo. Exdecano de la Universidad de San Marcos y presidente de la Academia Peruana de la Lengua, es una voz fundamental en la poesía peruana contemporánea.

Inocencio Mamani Mamani, nacido en Puno en 1904, fue un poeta y dramaturgo quechua cuya obra refleja la vida contemporánea andina. Desde su infancia humilde hasta su participación en el Grupo Orkopata, Mamani elevó la literatura quechua, rompiendo con la tradición incaica y destacando en el Boletín Titikaka.

Juan José Lora Olivares, voz vibrante de la poesía peruana, fusionó el vanguardismo con la pasión regionalista. Desde las calles de Chiclayo hasta las páginas de sus versos, su vida fue un canto a la lucha, la libertad y la belleza de lo autóctono, dejando un legado eterno en la literatura.

Carlos Alberto López Degregori, nacido en el vibrante corazón de Lima en 1952, es un poeta que ha tejido versos como hilos de luz en el vasto telar de la palabra. Desde su infancia entre los campos de Collique hasta sus viajes por los recovecos del alma humana, su poesía refleja una búsqueda incesante de la belleza y la verdad.

Juan Carlos Lázaro Llantoy, luminaria de la poesía peruana, navegó entre versos como un río entre montañas. Su pluma, testigo del alma humana, trascendió generaciones, dejando un legado de belleza y reflexión.

Mirko Lauer, alma errante entre letras, nació en la melancolía de Žatec, Checoslovaquia, en 1947, pero sus versos florecieron en la cálida tierra peruana. Con audacia creativa y pasión desbordante, ha tejido un legado literario que trasciende fronteras, explorando la esencia del alma humana y la complejidad del tiempo. Su pluma, imbuida de poesía y reflexión, ha conquistado corazones y mentes, dejando una estela luminosa en el firmamento de la literatura latinoamericana.

Eloy Jáuregui, tejedor de palabras y guardian de la verdad, trazó su camino entre letras y crónicas, iluminando la oscuridad con su pluma. Poeta, periodista y catedrático, dejó un legado de pasión y sabiduría en el paisaje literario peruano.

Francisco Izquierdo Ríos, hijo de la selva, maestro y narrador, tejió con sus palabras el alma de la Amazonía en cuentos y ensayos. Su pluma, impregnada de la esencia de la naturaleza, cautivó corazones y dejó un legado eterno en la literatura peruana.

Félix Huamán Cabrera, alma tejedora de historias, emerge de las alturas de Pariamarca, Cajamarca. Entre las montañas, forjó su pluma, entrelazando leyendas y sueños andinos. Su poesía, como el río que abraza la tierra, lleva consigo el eco de la naturaleza y la lucha del pueblo.

Rodolfo Hinostroza, poeta peruano nacido entre los Andes y el mar, tejió sus versos como hilos de nostalgia y pasión. Desde su infancia en Huaraz hasta su vida cosmopolita en París, exploró la esencia humana con la pluma como guía. Su legado, un canto a la vida y la literatura.

Alberto Hidalgo Lobato, poeta peruano de vanguardia, tejió versos como hilos de esperanza en la tela de la historia. Desde la bruma de Arequipa hasta el fulgor de Buenos Aires, su pluma navegó entre ideales y sueños. Nominado al Nobel en 1966, su poesía resuena como un eco eterno en el alma del continente.

Vladimir Herrera, poeta peruano nacido en las tierras mágicas de Lampa, traza su camino entre versos que son estrellas en el firmamento literario. Desde sus primeras palabras en “Mate de cedrón” hasta la resonancia eterna de “Poemas incorregibles”, su pluma viaja por el mundo, dejando huellas de belleza y verdad.

Alberto Guillén Paredes, poeta nacido en la luminosa Arequipa en 1897, deslumbró con su pluma, entretejiendo versos que reflejaban el alma humana. Aunque su vida fue breve, su legado perdura en la literatura peruana y latinoamericana, como un faro de inspiración y belleza.

Jaime Pablo Guevara Mirava, alma vibrante de la poesía, nació en Lima, Perú, en 1930. Sus versos, como ríos que fluyen entre montañas, retratan la esencia humana con lirismo. Miembro de la generación del 50, su legado poético trasciende, iluminando la senda de la literatura hispanoamericana.

En las alturas de Calca, Perú, nació Odi Gonzales, tejedor de versos que entretejen el hilo de la tradición quechua con la modernidad literaria. Su poesía, como ríos que serpentean entre montañas, nos lleva a explorar la riqueza cultural y el alma profunda de su tierra natal.

Livio Gómez Flores, alma tejida de versos en los Andes peruanos, escribió su historia con la pluma de la pasión. Maestro de la palabra, navegó entre letras y sueños, dejando una estela de poesía que acaricia el alma. Su legado, un río de emociones, fluye eternamente en la memoria de aquellos que buscan la belleza en cada palabra.

Isaac Goldemberg, tejedor de palabras y sueños, nació en el corazón de Chepén, Perú, en 1945. Entre viajes y vivencias, su pluma ha trazado el camino de la comunidad judía en tierras sudamericanas, llevando consigo la esencia de la vida y la cultura a través de la poesía, la narrativa y el teatro.

Entre las brumas del tiempo, Percy Gibson Parra, poeta peruano del siglo XX, alzó su pluma como un canto al alma de su tierra. Heredero de una estirpe de poetas, sus versos surcaron mares y cielos, tejiendo historias de luz y sombra. Su legado, premiado y etéreo, sigue danzando en las letras del Perú.

Julio Garrido Malaver, voz de los desposeídos, plasmó en versos la lucha y el amor. Desterrado por ideales, encarcelado por sueños, su pluma fue espada y abrazo. Poeta del pueblo, político del corazón, su legado es un eco de justicia y esperanza en la historia de Perú.

Miguel Wenceslao Garaycochea, poeta, político y matemático del siglo XIX, trazó su destino entre versos y números, desde los claustros de Arequipa hasta las altas esferas del Congreso. Su vida fue un baile de letras y cifras, tejiendo el tapiz de la historia con su pluma y su saber.

José Gálvez Barrenechea, luminaria del siglo XX en Perú, fue más que un poeta: fue el eco de la historia, un susurro de la patria. Su pluma, imbuida de pasión y compromiso, trazó versos que entrelazaron el alma de Lima con el latido de su gente. Político, catedrático, su legado perdura en cada rincón del país, recordándonos que la poesía y la acción son dos caras de una misma moneda en el libro de la vida.