Poesía de Uruguay
Poemas de Nicolás Fusco Sansone
Nicolás Fusco Sansone, poeta y docente uruguayo, fue una voz sutil y profunda en la literatura del siglo XX. Nació en Montevideo el 3 de octubre de 1904 y desde joven mostró una inclinación natural hacia las letras, colaborando con publicaciones como Pegaso, Boletín de Teseo y La Cruz del Sur. Con apenas 23 años fundó la revista El Camino, un espacio donde ya se perfilaba su mirada crítica y su pasión por la literatura.
Como periodista, su pluma dejó huella en el diario El Día, especialmente en su suplemento dominical, donde conjugó análisis literario con una sensibilidad poética única. Pero no solo fue cronista del mundo de las letras, sino también formador de generaciones: entre 1932 y 1965 ejerció como docente de Literatura y Filosofía en la educación secundaria, despertando en sus alumnos el amor por las palabras y el pensamiento.
Su labor como investigador lo llevó a profundizar en la obra de figuras clave como Francisco Acuña de Figueroa y Bartolomé Hidalgo, rescatando la identidad literaria del Uruguay. En 1940, publicó su Antología y crítica de la literatura uruguaya, un aporte imprescindible para el estudio de las letras nacionales.
Desde 1945 hasta su muerte en 1969, Fusco Sansone fue Subdirector de la Biblioteca Nacional de Uruguay, un cargo que ejerció con la misma devoción que dedicó a la enseñanza y la escritura. Su fallecimiento, causado por un síncope cardíaco, dejó un vacío en la literatura uruguaya, pero su legado sigue vivo en las páginas que escribió y en la calle que lleva su nombre en el barrio Peñarol de Montevideo.
Fusco Sansone fue más que un poeta y un académico: fue un puente entre el pasado y el presente de la literatura uruguaya, un custodio de las palabras y un explorador del pensamiento.
Vela en el mar
Entre juegos de vientos
y caricias de aguas
seguro rumbo sostenido
lleva la vela en el mar.
Todo vago temor fue vencido;
todo oscuro presentimiento rechazado;
y la victoria ágil y alegre
-fruto celeste en el corazón albergado- apareció
en el horizonte marino
serenamente dibujado
en el rumbo de una vela en el mar.
¡Oh, victoria del corazón confiado
entre juegos de vientos
y caricias de aguas!
¡Oh, seguro rumbo sostenido
de la vela en el mar
cercana y lejana
de una a otra orilla!
Nocturna ansiedad de las aguas lejanas
¿En que alba se formaron
las frescas victorias
que gritan en sus ojos?
¡Las aguas lejanas quieren tus ojos!
(¡El mar ha visto a mi amada!)
¿ En que cielo nació
la canción de tus labios
amigos de loa pájaros?
¡Las aguas lejanas quieren tus labios!
¿En que jardines dormidos
se extendieron sus brazos
buscando la soledad de una flor?
¡Las aguas lejanas quieren tus brazos!
(Alegre amada que estás contra mi pecho joven;
¿sientes la nocturna ansiedad de las aguas lejanas?)
¿En que crepúsculo nació
el reposo lento
de su cabeza tendida en el mundo?
¡Las aguas lejanas quieren tu cabeza!
¿En que caminos estuvo
el baile de tus pies
abiertos al goce de la tierra?
¡Las aguas lejanas quieren tus pies¡
¿En que campos suaves
sus dientes buscaron
la cálida caricia de las frutas?
¡Las aguas lejanas quieren tus dientes!
(Alegre amada que estás contra mi pecho joven:
¿sientes la nocturna ansiedad de las aguas lejanas?)
Oíd, marineros y pescadores:
¡el mar ha visto a mi amada!
Canto a la madre joven
El hijo ha puesto en tus pechos amplios
la alegría de dos frutos rebosantes de zumos
que tiemblan colgados al árbol de tu vida.
Llevas por las nerviosas calles de la ciudad
al hijo que prendido de tu mano
va sembrando el espontáneo júbilo
de su alma clara.
Vas haciendo flamear la dicha
del pájaro que hizo nido en tu cuerpo,
dándote toda la salud de su canto!
—¡Cómo están de alegres los dos
—madre e hijo—
ahora que van revoloteando
entre la gente agitada
de la ciudad moderna!
Parecen dos buenos compañeritos
que salieron a pasear
para contarse mutuamente
los pequeños secretos ingenuos.
Madre joven que temblaste profundamente
entre los brazos de un hombre fuerte:
que sea toda tuya la alegría del hijo
mecido por la luz de tus ojos serenos.
- José Landa
- Ennio Moltedo
- Francisco de Medrano
- Ezra Pound
- Mario Florián Díaz
- Armando Uribe
- Mariano Melgar
- María Lefebre Lever
- Caridad Atencio
- Isabel Vega
- Tania Ganitsky
- Horacio Ferrer
- Juan Cobos Wilkins
- Eduardo Moga
- Leopoldo Díaz
- Antonio Hurtado de Mendoza
- Paz Molina
- Rubén Medina
- Laura Devetach
- Marilyn Nelson