Poesía de México
Poemas de Nahui Ollin
Carmen Mondragón, también conocida como Nahui Olin (Ciudad de México, 1893-1978). Poeta y pintora mexicana, una de las figuras del simbolismo artístico más destacadas y desafiantes de la primera mitad del siglo XX. A partir de los años 20, Olin se sumergió en la vida artística de su país y los círculos artísticos europeos. Convivió con personajes como José Vasconcelos, Frida Kahlo, David Siqueiros, Diego Rivera, Pablo Picasso, Edward Weston, Jean Charlot, Gerardo Murillo, entre muchos otros.
En 1927 presenta en el Centro Histórico de la Ciudad de México una serie de desnudos tomados por el fotógrafo Antonio Garduño, donde explora el poder del cuerpo femenino, suceso que levantará gran escándalo en la élite conservadora. Su obra pictórica se inscribe dentro del naif, donde resalta la espontaneidad y la ingenuidad. Realizó múltiples autorretratos. Publicó Óptica cerebral, poemas dinámicos [1922], Câlinement je sois dedans [1923], Á dix ans sur mon pupitre [1924], Nahui Olin [1927] y Energía cósmica [1937]. Participó en una exposición colectiva en Bellas Artes en 1945, junto a los pintores Pablo O’Higgins y José Clemente Orozco.
Su obra fue sepultada por los círculos artísticos de su país bajo la sombra del menosprecio, seguramente por su irreverencia estética y su potencia emotiva y erótica. En 1993, con motivo del centenario de su nacimiento, se organizó la exposición Nahui Olin, una mujer de los tiempos modernos en el Museo-Estudio Diego Rivera en la Ciudad de México.
La arena que cubre la pirámide de Bronce
La arena que cubre la pirámide de Bronce,
es la arena de un desierto que aterra
—y cuando se levanta, pesa como una ola inmensa que aplasta—
y va subiendo hasta cubrir el bronce de la pirámide
—que no tiene espíritu—
Y su materia va sepultándose sin defensa alguna
bajo la fuerza de la arena de un desierto que aterra.
—De un desierto que ocupa un ínfimo espacio
en un enorme continente,
de un desiero que quema la materia que no tiene espíritu.
—La materia que va sepultando la arena que cubre la pirámide de Bronce.
***
Sé que mi belleza es superior a todas las bellezas que tú pudieras encontrar. Tus sentimientos de esteta los arrastró la belleza de mi cuerpo, el esplendor de mis ojos, la cadencia de mi ritmo al andar, el oro de mi cabellera, la furia de mi sexo, y ninguna otra belleza podría alejarte de mí.
***
Independiente fui, para no permitir pudrirme sin renovarme;
hoy, independiente, pudriéndome me renuevo para vivir.
Los gusanos no me darán fin -son los grotescos destructivos
de materias sin savia, y vida dan, con devorar lo ya podrido
del último despojo de mi renovación-
Y la madre tierra me parirá y naceré de nuevo,
de nuevo ya para no morir…
Para calzarme
Para calzarme
los pies
tengo que
buscar
unos zapatos
rojos y negros
que besen
la tierra
con las puntas
que perfeccionen
los contornos
de mis piernas
con unos calzados
rojos y negros
que señalen
el peligro
de ver
mis piernas
salir
de mis faldas
que terminan
en las rodillas
Y
recojo
mis
faldas
con
grandes nudos
que
no desato
más que ante las
miradas de aquel
a quien
le gustan mis rodillas
mis
pies calzados
con
unos zapatos
Rojos y negros
En
mis pasos
que
son tan diferentes
caminando
he inventado
una música
moderna
que
repite mis inquietudes
encarceladas
en mis pies
calzados
de rojo
de negro.
Colores
que se pueden ver
sin ver
que hay en mi vida
en mis pasos
en mis pies
algo
Rojo y Negro
BAJO LA MORTAJA DE NIEVE DUERME LA IZTATZIHUATL EN SU INERCIA DE MUERTE
“Bajo la mortaja de leyes humanas, duerme la masa mundial de mujeres, en silencio eterno, en inercia de muerte, y bajo la mortaja de nieve– son la Iztatzihuatl,
en su belleza impasible,
en su masa enorme,
en su boca sellada
por nieves perpetuas,–
por leyes humanas.–
Mas dentro de la enorme mole, que aparentemente duerme, y sólo belleza revela a los ojos humanos, existe una fuerza dinámica que acumula de instante en instante una potencia tremenda de rebeldías, que pondrán en actividad su alma encerrada, en nieves perpetuas, en leyes humanas de feroz tiranía.– Y la mortaja fría de la Iztatzihuatl se tornará en los atardeceres en manto teñido de sangre roja, en grito intenso de libertad, y bajo frío y cruel aprisionamiento ahogaron su voz; pero su espíritu de independiente fuerza, no conoce leyes, ni admite que puedan existir para regirlo o sujetarlo bajo la mortaja de nieve en que duerme la Iztatzihuatl en su inercia de muerte, en nieves perpetuas”.
EL PODER DE LOS IMBÉCILES
El oro es el perverso auxiliar que da poder a los imbéciles, a los gobiernos, a los explotadores de sentimientos humanos o poderes religiosos y desnudan de bienes materiales y espirituales a los pobres que despojan de ese metal que tan fácilmente se escapa de nuestras manos tan sólo para nuestra manutención vital. Nacemos por una causa tan natural como las plantas que viven de oxígeno, de jugos de la tierra y somos máquinas del oro que nos permite vivir según lo que poseamos, y somos superiores a las plantas y a los insectos, con necesidades inferiores a ellos, creadas por nuestras ambiciones, y somos pobres porque nos han hecho pobres los que nos despojan de bienes materiales, de bienes espirituales, y el oro es el poder de los imbéciles que venden a los pobres aire, luz, pan o yerbas a precios locos, impuestos por sus pervertidas ambiciones de poderes imbéciles.–
ES UNA COQUETA
Es una coqueta
la que
pierde la cabeza
la
que
va
como yo
sin
saberlo
gustándose
todas las veces
que la miran
ES
inútil
saber
que se
es
bella
y
linda
se tiene
sin cesar
que encontrar
a alguien
que se lo diga
y rediga
o que no le haya
dicho nunca
qué
linda
es
ES
una coqueta
la que
deja
de tener
el mismo
efecto
ella cambia
para encontrar
una nueva
manera
de gustar
de ser deseada
y aunque
todo el mundo
se voltee
para mirarla
ella
no está
cansada
de arrancar
deseos
al mundo entero
que
no la ha
mirado demasiado
dicho y redicho sin cesar
que es linda
como una coqueta
que hace perder la cabeza
al mundo entero
Dado que
no son suficientes
las conquistas
LA COQUETA
irá
siempre
a buscar
a alguien
que le
diga
y
rediga
tú
eres linda
SUPREMO EGOÍSMO
El egoísmo supremo es el inagotable deseo, la ambición desmedida del vivirse en el aislamiento, supremo egoísmo–Satisfacción cerebral.–
No hay nada más interesante que el mundo que llevamos dentro–no hay nada más ilimitado que nuestro espíritu, y no debemos buscar ninguna otra fuerza o potencia para vivir o para producir: hay que fecundar en sus propias entrañas y dar a luz.–
Pretender obtener de todas las cosas fuerza, y expresarla, es impotencia, debilidad, nulidad.–
Bastarse a sí mismo es la eliminación de toda necesidad–la solución del problema intelectual.–
Soledad, magnitud donde sólo uno se escucha, donde no subleva el ruido de la matraca impertinente y absurda de la pobre humanidad que de uniformadas y mezquinas opiniones vive, aturdiéndose de trágicas risas nerviosas, nacidas del terror de mirar el propio vacío, la nada que cada uno significa,–cadáveres flotantes antes de la podredumbre misma del pellejo.–
- Josela Maturana
- Allen Ginsberg
- Marilyn Nelson
- Alberto Rojas Jiménez
- Jorge Sánchez Aguilar
- Juan Liscano
- Roberto Jorge Santoro
- Gustavo Valcárcel
- Jorge Torres Ulloa
- Javier Naranjo
- Claudio Rodríguez
- Yvor Winters
- Juan Capagorry
- Pedro Mir
- Carmen Ollé
- Fayad Jamís
- Clementina Arderiu
- Candelario Obeso
- Armand Gatti
- Félix de Azúa