Poetas

Poesía de España

Poemas de Martín Rodríguez-Gaona

Martín Rodríguez-Gaona, nacido en Lima en 1969 y naturalizado español, es un destacado poeta, ensayista, editor y traductor. Su obra, que abarca una variedad de géneros y estilos, refleja una profunda exploración de la cultura y la literatura contemporánea.

Rodríguez-Gaona se licenció en Comunicaciones en la Universidad de Lima. Su búsqueda de conocimientos lo llevó a Estados Unidos, donde completó un máster en Bowling Green State University en 1998. Poco después, se trasladó a España, donde fue becario de creación en la prestigiosa Residencia de Estudiantes de Madrid entre 1999 y 2001. En este espacio cultural, trabajó como gestor cultural hasta 2005, organizando lecturas y conferencias con figuras literarias de renombre como Seamus Heaney, Jorge Eduardo Eielson y Antonio Gamoneda.

En 2010, recibió la beca internacional de creación poética «Antonio Machado» de Soria, lo que resultó en la creación de su aclamado poemario «Codex de los poderes y los encantos» (2011). Un año después, ganó el XXIV premio de poesía «Cáceres Patrimonio de la Humanidad» con «Madrid, línea circular» (2013). Su exploración de la interacción entre poesía e internet le valió el X Premio Málaga de ensayo en 2018 por «La lira de las masas. Internet y la crisis de la ciudad letrada«.

La poesía de Rodríguez-Gaona ha sido publicada en numerosas revistas literarias y sus libros se han editado tanto en Perú como en España. Su obra poética se encuentra en importantes antologías como «Festivas formas» de Eduardo Espina y «Lima Escrita. Arquitectura poética de la ciudad 1970-2020«.

Además de su producción poética, sus ensayos «Mejorando lo presente» (2010) y «La lira de las masas» (2019) son pioneros en el análisis de la poesía en la era digital. Estos trabajos examinan cómo la poesía se adapta y evoluciona con la influencia de internet y las redes sociales, abordando fenómenos como la oralidad electrónica y la autorrepresentación digital.

Como traductor, ha llevado al español la obra de poetas estadounidenses como Gertrude Stein, Jack Spicer y Alice Notley. Ha publicado versiones de John Giorno y una selección de John Ashbery, demostrando su habilidad para transmitir la esencia de la poesía anglosajona.

Rodríguez-Gaona también ha contribuido significativamente como editor, trabajando con el Fondo de Cultura Económica de México y la Residencia de Estudiantes de Madrid. Su antología «Decir mi nombre. Muestra de poetas contemporáneas desde el entorno digital» (2019) destaca la influencia de las redes sociales y los movimientos feministas en la poesía actual.

Entre sus libros de poesía se encuentran «Efectos personales» (1993), «Pista de baile» (1997), «Parque infantil» (2005), y «Motivos fuera del tiempo: las ruinas» (2020). Ha compilado antologías de importantes poetas como Luis Antonio de Villena, Jaime Siles y Antonio Colinas.

Martín Rodríguez-Gaona, con su versatilidad y profundidad, se ha consolidado como una figura clave en la poesía contemporánea, explorando constantemente nuevas formas y temas, y contribuyendo de manera significativa al panorama literario en español.

PEQUEÑO TRATADO SOBRE EL CONOCIMIENTO Y EL SUEÑO

Tus labios para besar y el abrazo que acompaña siempre
el descanso de tu cuerpo.
El descanso tras el descenso.
Debería de haber alguna forma de atrapar los instantes,
de hacer perdurar
el aroma de tu piel en mis poros, perder al fin toda posibilidad
de dialéctica y movimiento
y que el horizonte sea de pronto algo definitivo,
un pozo plácido y oscuro
varado entre tus piernas.

Así casi valdría la pena no despertar jamás, pero
ambos sabemos que sería imposible
porque nuestra naturaleza es efímera
y, aún peor, indistinta, poco fiable.

Mentimos, pues nuestra única y auténtica pasión
es el conocimiento.
Esa curiosidad, al principio compartida y amable,
pero que también, tarde o temprano,
nos llevará a otro cuerpo.

BROT UND WEIN

Dame la paz para perdonar
a la belleza
que nada perdona. A la inconmovible
satisfacción
de sus apetitos
ella dedica la noche: dedícale tú
el olvido
que todo nivela.

Donde sea que habite
la luz
deja que esté hoy
entre nosotros.

No
somos hermosos
y lo agradecemos
porque has hecho nuestra
la canción.

MNEMOSINE

Dulce sería dormir bajo las sombras.
Friedrich Hölderlin.

El pasado regresa mejor y más ungido,
el brillo sigue siendo un desnudo
si en el calmo frescor de la noche
lentamente cierras los párpados.

La memoria es también movimiento,
una súbita sensación de inasibilidad
e incertidumbre,
los pasos se parecen a los cantos,
melifluos meandros, conciertos concéntricos,
voces atroces
de pronto sublimes
por una espontánea combustión.

Los dioses están vivos y son invisibles, renacen
en gestos imperceptibles por un instante,
sagrado es lo efímero
compartido al punto de la comunión,
los cuerpos trascienden, las palabras se elevan,
la luz inunda las olas
que revientan contra las rocas-

Una y otra vez estar vivos vuelve a ser
un privilegio de los cielos…

Y LAS MIRÍADAS QUE SU CENTRO, CUAL IMÁN, PROPICIABA: ORFEO SIN EURÍDICE

Silba la música que hace
que todo lo demás se mueva
y siempre agua tiene
para los que, de una u otra manera,
respiran.

Déjame que cante con las
Ménades,
a la izquierda, para vernos
más o menos pronto.

Los destinos son indescifrables,
sólo perceptibles
al hartazgo y la emoción.

LA PREPOTENCIA DE LOS SENTIDOS

Otro más ha entregado su cuerpo
en el intento estival de cruzar
el Estrecho.
Piensa en el Palacio de Oriente:
Tiempo para el recogimiento
y la dictadura de lo hermoso.

Querías una foto
para probar qué lejos has llegado
-la tarde naranja y un camino
de cruces-

pero la estación cubre de polen
la villa: ve a casa,
no quedan aquí medallas
y hoy estornudan cientos de gatos.

No hubo ojos para el fulgor
en la Catedral de la Almudena:
Tu rostro solo sin mar y el fuego.

PORTBOU: LA GANANCIA DE LO PERDIDO

De haber alguien llamado a su puerta, esa noche,
o haberlo abrazado…

Marshall Berman

Si sólo pudiera asegurar
la continuidad de aquellos instantes
en los que una sonrisa
da sentido
a todo lo que existe.

Tiene que haber algo que diga
que aún es posible
la entrega
espontánea, aunque quizá ya no
inocente,
porque el tiempo
ha concluido
y en la ansiedad y en la timidez
he logrado
plasmar esperanzas,
promesas
hechas precariamente
y
a mí mismo.

El verano
está a la vuelta de la esquina,
en aquello que aún
desconocemos y que, así parece,
llega
alegremente a buscarnos.

Quiero decir tu nombre
al final del día.

FINAL DE LA JORNADA: ATOCHA RENFE

Nadie puede decir qué hora es. Sólo el ojo
y su frío fluir digital. La luz aplasta.
Maletines, bolsas, mochilas: el duro trabajo
de transportar la nada.

Haces rojos
hienden la vista al recorrer
la arquitectura.
Un parpadeo -escaleras,
túneles, pasadizos- todo
es gris.

Adónde van a dar tus pasos,
cuánto silencio retumba en la asepsia
de estas paredes.

En los alrededores se escucha
aquel amor que canta en tiempos difíciles:

Murmullos entre cajas de cartón.