Poemas:
A UNA MUCHACHA EN FLOR
el día se derrumba
en el aroma de tu pelo se emborrachan
nocturnas mariposas
te mueves rodeada de fiebres
y el ruido del deseo se agita
en tu frente
un fulgor astral se levanta
desde tus senos dibujados
por el fuego
y extiendes tus furias sobre la hierba fresca
cuando cierras los ojos
los hombres te sueñan
bajo el puente del tiempo
En ciertas ocasiones
No te considero, Día,
enemigo de la Noche.
Sucede que,
en ciertas ocasiones,
prefiero navegar
océanos de oscuridad,
respirar la luz
de las estrellas.
SOMOS
somos
la eterna pesadilla de un ser
que enloqueció
soñándonos
CLANDESTINIDAD
desolados
silenciosos
somos los amantes furtivos
el violento amor que nos consume navega
entre puertos sumergidos en islas
sin mar
donde invento maravillas
para colmar tus ansiedades
el sol -cómplice secreto-
contempla los ritos y la ferocidad
de nuestras bocas
somos los amantes furtivos
silenciosos
desolados
Eterna
Nada existía. Solamente la inmovilidad,
el silencio, en las tinieblas, en la noche.
POPOL-VUH
Antes de los dioses,
cuando no había una palabra
para nombrar la nada y el silencio
se escuchaba a sí mismo,
antes del grandioso estallido que
engendró tiempo, espacio
y las constelaciones,
antes del agua
y de ese crujido en el barro
del que surgió el pensamiento,
antes de todo,
sólo estaba ella, la Noche.
JUEGOS
el deseo estalla
recorre fatigado pequeños universos
senderos misteriosos en días propicios para el amor
el deseo se arrastra
siembra perfumes que recordaré
cuando los pájaros saluden las fiestas del sol
el deseo nos da alcance
muerde mi raíz vuela velozmente bajo
tu vientre
el deseo nos inunda
y su música se rompe en los espejos
CANCIÓN DEL AMOR AUSENTE
te busco a través de paisajes inmaduros
mi voz vuela sin alcanzarte
en la tristeza de la noche crecen pájaros mudos
que cierran los ojos cuando escuchan tu nombre
los venenos de la ausencia muerden mis venas
amenazadoramente el tiempo se detiene
y permanezco sin futuro ni pasado
prisionero de tu imagen invisible
LA ÚLTIMA PUERTA
muros transparentes esos ojos abiertos
definitivamente suspendidos en el tiempo
inmóvil ese cuerpo deshabitado
las manos marchitas los senos apagados
prolongación de antiguas soledades la soledad final
aquella ausencia de sol sobre los labios de luna en la mirada
subterránea
de la joven suicida
Biografía:
Martín Andrade (Puerto Natales, provincia de Magallanes, Chile; 20 de julio de 1937 – Buenos Aires, Argentina; 24 de junio del 2013) fue un actor de reparto, periodista, poeta y dramaturgo chileno que hizo su carrera tanto en su país natal como en Argentina. Era el padre de la actriz Antonella Costa, y fue esposo de la escritora Susana Degoy y, a través de ese vínculo, familiar de Niní Marshall.