Poesía de Nicaragua
Poemas de María Teresa Sánchez
María Teresa Sánchez fue una figura importante en la cultura nicaragüense. Ernesto Cardenal, en su antología de la Poesía Nicaragüense, considera que “fue la primera mujer de letras que ha tenido Nicaragua, y su importancia ha sido grande como promotora de la cultura nicaragüense. Durante una larga y fecunda etapa de la literatura nicaragüense (las décadas del 40 y del 50) su casa fue un centro de reunión de los escritores y artistas, y un lugar de conferencias y exposiciones. Viajó por los países centroamericanos promoviendo la cultura nicaragüense. En su círculo se produjeron verdaderos acontecimientos culturales como la conferencia sobre Huidobro de Joaquín Pasos y la presentación del gran poeta español republicano León Felipe. En la década de los 80 recibió la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.
Murió el 21 de agosto de 1994 en Managua . Entre sus obras más reconocidas se encuentran: Sombras (1939), Oasis (1943), Canción de los caminos (1949), Poemas de la tarde (1963), Poemas agradeciendo a Dios (1964), El poeta pregunta por Stella (1967) y Huésped del Olvido (2001).
LOS HIJOS DE DIOS NO TIENEN TECHO
Los hijos de Dios no tienen techo,
y hambrientos, deambulan como espectros;
y tienen sed, y no hallan sombra para su sol.
Sobre ellos se ensaña la soberbia
de pequeños, humanos dioses despóticos,
que con sus estrépitos rompen la armonía
del viento.
Sembrad, pues, de trigo los desiertos,
endulzad el agua de los mares;
aplacad la ira de Dios:
aquel que ha construido el mundo,
puede destruirlo.
LA PUERTA
He cerrado la puerta.Nadie entre,
Nadie por su dintel penetre.
Con dedos de silencio
Mis recuerdos dibujan sus fantasmas.
Ni el viento
Conquistará mi férrea Fortaleza,
mi sola, invulnerable ciudadela,
con sus soldados altos de silencio.
He cerrado la puerta.Afuera
Piafan finos caballos de Guerra,
Hombres preparan fleches y ballestas.
Yme asomo de pronto.Abro la puerta:
nada turba en su paz mi ciudadela.
Pero en sus sótanos, hondos secretos
Bullen como fantasmas, los recuerdos.
SINOPSIS DE UNA VIDA
Tenías un día,
un mes, luego un año,
y una flor
trepando por tu columna de auroras.
Tenías nueve años,
se iluminó tu frente,
y pudiste tocar con tus dedos
la frescura púrpura del cielo
que fue a colocarse
en la colección de mañanas dormidas
de tu bolsillo palpitante.
Poco después mojabas tu rostro
en los balbucientes charcos de lo oscuro,
y tu adolescencia fue carrera de sombras,
rebote de luces perseguidas.
Pero lograste aclarar el barro
con tu confusa silueta,
despacio,
creciendo en un amor lento de corales.
Y explosionaste en verde vida, en músculo, grito y caricia.
Fuiste un dragón volador, un aventurero, un valiente pateador
de mentiras. Eras el perfecto filo de la osadía
abriendo mundos.
Luego llegó el rostro duro de la madurez,
las ráfagas azules de besos,
las olas de enfermedad, de muerte
y el silencio de los bosques arrasados.
Y entre arrugas se fueron dorando tus dedos viejos
de tronco clavado en el camino,
hasta nacerte un niño en el pecho,
un niño que tan solo quería
vivir
aspirando nubes.
Y le diste la mano, y te llevó con pasos de gamo
hacia los velos de la muerte,
donde un viento profundo, de llamas nacaradas,
fue levantando una a una tus cáscaras de seda
hasta encontrar la semilla,
el diamante sin tiempo
que tú eres.
LA HORA
No es la hora del alba todavía
Porque el pájaro paraliza en la noche.
El ojo de la estrella.
Menos que sea la hora del goce en la plegaria.
Esa hora está lejana.Allá detrás del inderruido muro
donde sueña Jacob y Jeremías.
Calzaos las sandalias, aparejad caminos, bebed el agua
de la gracia que destruye las sombras interiors.
Esa es la hora, sólo entonces llegada, de cantar
matinales y aleluyas;
la hora de atravesar, de parte a parte, el ojo de la sombra,
y de entrar al reino, eternamente por la dulzura
del canto que vuela con la luz y la alondra.
NUNCA HUBO TIEMPO
Cuando yo iba a nacer
el médico que iba a atender a mi madre llegó tarde
porque el parto se le adelantó y yo nací rápido
para ver este maravilloso mundo.
No hubo tiempo que fueran mis padrinos señalados,
porque a mi futura madrina la operaron de emergencia
y en el alboroto se les olvidó avisar.
Así que el Arzobispo se ofreció para ser mi padrino.
No hubo tiempo de conocer a mi padre,
porque antes de los dos años se murió.
No hubo tiempo para vivir con mi madre
–porque ella se casó–
y mi abuela no aceptó que me fuera con mi madre.
No hubo tiempo que el Niño Dios me trajera mi bicicleta
–porque la doméstica de la casa me la enseñó
donde estaba escondida
y nunca hubo ya para mí Navidad con sorpresa.
No hubo tiempo para que me celebraran mi Primera Comunión
porque yo me adelanté
y la había recibido sola mucho antes.
No hubo tiempo para que estudiara en Managua
–porque cuando fueron a matricularme
ya estaban cerradas las matrículas.
Así terminé en un internado en Granada.
No hubo tiempo para que me celebraran mis quince años,
porque en ese mismo mes yo esperaba mi primer niñito.
No hubo tiempo para asistir al sepelio de mi abuela
porque yo estaba fuera de Nicaragua.
No hubo tiempo para continuar mis labores culturales
–porque me quitaron mi imprenta
por haber escondido a un joven que lo buscaban vivo o muerto.
No hubo tiempo de, tal vez salvarle la vida a mi hijo,
porque el teléfono,
comunicaciones lo tenía desconectado.
No hubo tiempo cuando me enamoré de nuevo,
el hombre de mis sueños ya estaba casado.
Ahora sí hay tiempo para llorar para olvidar,
para mis desengaños
y para rezar.
A VECES
A veces …el misterio me penetra
con un dolor intacto.Dilata mis silencios,
me llena de voces las entrañas;
toda mi pie les música, y mis ojos
Imágenes de canto.
Pero… ¡ Dios mío, qué sola estoy entonces,
qué ajena a mi y extraña a mi sombra!…
LA MARCHA
No termina la marcha. Hay que andar
a pasos lentos, a febriles pasos.
Siempre sufrir, vivir, llorar, amar,
para ser evadida de unos brazos.
Andar de aquella aurora a estos ocasos,
sentir sobre la sien el frío nevar;
y ya deshechos los postreros lazos,
las sandalias al viento, andar, andar.
Del principio del día al fin del día,
de la radiante aurora a la noche sombría,
de la húmeda montaña a la ignición solar:
Todo está combinado para seguir la marcha,
el sol de los veranos, del invierno la lluvia,
la música del viento y el rumor del mar
CERTEZA
Cuando las hojas caigan,
y tú caigas, y yo, mordiendo hierbas,
y tú de cara al cielo,
llena de musgos áspero la lengua…
Y caiga el velo de la tibia tarde,
Y caigan los luceros,
Y se me caiga el pelo,
Y a ti las uñas de los dedos,
en la implacable soledad del túmulo,
¿verdad amigo mio,
que algo más triste caerá el crepúsculo?
ME IRE SIN VERTE
La lluvia,la interminable lluvia
cae lánguidamente.
…Me iré sin verte
y tú marchas en pos de de otra aventura
que mi pecho presiente.
…Me iré sin verte.
He de hacer mi mortaja de esta lluvia
tejida con los oros de occidente.
…Me iré sin verte.
Si tu amor conociera mi amargura,
honda como la muerte.
…Me iré sin verte.
Entre la lluvia tenue, entre la bruma,
Me iré sin verte.
- Juvencio Valle
- Carlos Marzal
- Tulio Mendoza Belio
- Anahí Lazzaroni
- Iván Tubau
- Juan Navidad
- Albert Samain
- Homero Aridjis
- James Dickey
- Isabel Escudero Ríos
- Barry Gifford
- Gonzalo Márquez Cristo
- José Bergamín
- Salvador Díaz Mirón
- Ignacio de Luzán
- José Luis Rey
- Andrés Eloy Blanco
- María José Flores
- María del Pilar Sinués
- Toni García Arias