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María Lefebre Lever

De Baronti - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=46076399

Poemas:

Puelche: Dedicatoria

A un cántaro de greda y un ramo de rosas.
A un polichinela de trapo y una vieja caja de madera de sándalo.
A mis árboles: un ceibo de hermosas flores rojas que lucía su opulencia en el parque de mi casa solariega;
y a la acacia de mi vereda, que hoy alegra mi ventana.
A unas espuelas de plata, de mi vida campesina en tierras de Chimbarongo.
A mis perros Sonia y Boris – regalo de los Príncipes de Lieven – galgos rusos que venciendo mi cariño, tuve que regalar por su natural apetito.
A polilla, mi quiltra regalona, que perdió su vida en el mar tratando de salvar a una de sus crías.
A Felina, cachorro de tigre, mansa y cariñosa junto a mí.
Al matrimonio inglés, los Parkinson, gallo y gallina de escogida raza de pelea. Miss. Parkinson se dejó morir de hambre al fallecimiento de su emplumado esposo.
A Cyrano, mi burro incomprendido, que amaba las flores y rebuznaba con una tristeza infinita.
A mi gato Rasputín, que a pesar de tener el don de la palabra, nunca se dedicó al pelambre ni lanzó expresiones mordaces.
A mi loro Matusalén, que adopté a la muerte de su dueño, el curita español don Juan Cabello Donoso y que, imitándole predicaba: Hijos míos, amaos los unos a los otros.

Brindis

En mi copa está el vino,
Bebedor ¿Que esperas?
Todo es para ti
Quiero verte embriagado

Para ti he guardado
mi primera vendimia
y en mi copa te ofrezco
lo que nadie ha probado

En mi copa está el vino
Bebedor que esperas
Aún nadie ha podido
conocer su sabor

Es vino de viña
Fuerza de mi tierra
Bebe, bebe
Y serás creador.

Humo

Mientras yo me desnudo
con desgano y pereza
va surgiendo entre encajes
mi soberbia esbeltez,
Y hay como un aleteo
de la luz en la pieza
cuado frente a la lámpara
se alza mi desnudez.

Mientras yo me desnudo
vas urdiendo quimeras
las axilas, los pechos,
las esbeltas caderas,
hacen que en el reposo nocturno
más me adores.

Y mientras en un sueño fantástico
me sumo, me vas viendo
a través de las volutas de humo
como en un cuento de Rabindranath Tagore.

El hijo

Señor, que nunca llegue, que lo lleve dormido,
siempre en el corazón; déjalo en la cunita
de tan hondo cariño, señor, que nunca llegue.
Escúchame, señor.

Si lo amo tanto, tanto, cómo querer Dios mío,
Entregarlo a la vida; déjame mi tesoro.
Por él, señor, soy buena, mientras vaya con él
No marcharé perdida.

Quién pudiera besarlo, tenerlo entre los brazos,
Sollozo en mi dolor; pero tú sabes, Dios,
que no quiero dañarlo, déjamelo dormido
Envueltito en mi amor.

Y al pensar que lo llevo así, lleno de gracia,
Gozar con la emoción de sentirlo tan mío.
Señor, que nunca llegue, siempre en el corazón,
¡Déjamelo dormido!

Si lo amo tanto, tanto, cómo querer, mi Dios,
entregarlo a la vida.

Como saeta disparada al viento

Como saeta disparada al viento
sin rumbo fijo y al acaso voy
dentro del alma una congoja siento
y si acaso canto es porque triste estoy.

Anda canción sin nombre y sin destino
vuela sin rumbo, cual mi vida va
y si alguien te detiene en tu camino
dile que eres canción de un peregrino
mas no le digas mi secreto mal.

Se murió Violeta Parra

Se murió Violeta Parra,
flor y vid de la canción
se le rompió el corazón
como cuerda de guitarra.

En los bosques de Chillán
las loicas están llorando
con el corazón sangrando
murió la Violeta Parra.

Su sangre besó la tierra
como postrer despedida,
era tan honda la herida
tan honda como la pena.

El viento le contó al río
el río a la hierba buena
dicen que murió de pena
sobre su vieja guitarra.

Biografía:

María Lefebre Lever (7 de febrero de 1902 en Viña del Mar, Chile – 18 de agosto de 1972), cuyo nombre real era Nerihanna María Lefebre Lever, fue escritora, periodista, artista y adivina.

Libros

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