Poemas:
Mutaciones
Un Coyote Emplumado es más
que un lobo sin manada
es menos
que un árbol sin raíces
es más
que el aire sin ninguna fronda
menos que esa puerta que
la cierra el viento
es más que un río arrastrando
troncos y animales
menos
que un ciervo yugulado en la espesura
es más
que cualquier fruta
que no la come
el hambre
si la ve
También
es una tinaja sin grito
peregrinando
entre el cabello doloroso
de la hoguera
…
NORTE OESTE ESTE SUR
Nómada de la Aurora Boreal
con su carne vidriada
aúlla sobre un pantano hirviendo
Es la primera piedra parlante
‘llegué hace un rato
ya que soy la última araña de granizo’
Es el único entumecimiento
después del frenesí errabundo
el primer Sol de Huesos dejando tan nunca fluir
el río de agua quemada que roe
la eternidad en un grano de arena
Mira su reflejo en la corriente
difícil saber dónde nace el ojo de agua
dónde se dio el primo gesto del río
gota a gota de todo lo que existe
cuándo
el coyote aún sin plumas casi encía de piedra
aulló a la Vía Láctea
cuándo extendió sus alas con un peso de nubes
con el paso de una sombra de eclipse
con su lasca hojosa enorme
y el oleaje de serpiente en la hierba
En danza
da el cielo
lo bonito
para mostrar el mundo
dice el Balam que lee
las estelas
la luz
una vez se va
y una vez vuelve
una vez se queda y una piensa
y una vez descansa
y una vez su fuerza hace que se quede
dentro de su casa
para que la busquen
Donde pisa la luz
quedan los surcos
Espera que llegue el agua
hasta la piedra /
que sabe toda la verdad
Norte
Sur
Poniente
Oriente
cuatro veces la nube camina
cuatro rumbos
Montañoso
no envejece
Insondable
no
no duerme:
El Coyote Emplumado
está vivo
late su corazón
en mi palabra.
Donde sólo se habla del amor
A los hombres, a las mujeres
que aguardan vivir sin soledad,
al espeso camaleón callado como el agua,
al aire arisco (es el aire un pájaro atrapado),
a los que duermen mientras sostengo mi vigilia,
a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio.
En fin, diciendo ciertas cosas reales
en una lengua unánime, amorosa;
a los niños que sueñan en las frutas
y a los que cantan canciones sin palabras en las noches
compartiendo la muerte con la muerte,
los invito a la vida
como un muchacho que ofrece una manzana,
me doy fuego
para que pasen bien estos días de invierno.
Porque una mujer se acuesta a mi lado
y amo al mundo
Hojamarga
Hija del campo
y de la luz/
vientre de piedra
sollamada/
nunca
se elevó
tan bajo
tu hambre/
tu sombra sin
su cuerpo/
la impostura/
la ceniza
de tus trojes
quemadas/
el látigo/los nadies
de la sed…
-qué sé yo qué!-
Y a punto
de salpicar
está
la sangre estando
fraternal
estaba
y doliente
dolida
La muerte
entona
entonces
zancudona
mente
una canción
de cuna
a donde el sol
camina
Perdida
a lo lejos
no puedo asir tu mano seca
como un río
Sé que vives: ven
no sé dónde – sé
que vives / van
a acudir /
vendrán
todos tus hijos: las mujeres
y los hombres murciélago /
los cigarra
y los hormigas/
también
los pobladores de las Siete
Cuevas/
son los hombres de
maíz
con su rostro de limo
Dime
qué ves/vuelve
la cara/
gira/
danza
alrededor
de nuestro Árbol
de la Vida
Sordomuda
(no se dice tu nombre
se respira)
Habla
me
aunque es de noche
no tardes en llegar
oh Patria amarga:
Acompaña
me
Acompaña
nos
aunque es de noche
En tierra de acahuales
andamos andando
Bailemos
Bailemos
Perversidad de la separación
Desautorizo
mi ternura /
vuélvanse
mis ojos
turbulencia /
pido castigo ejemplar
a mis palabras.
al alba
quito la escalera
para que ninguna luz
suba a las ventanas /
que sea
irreflexiva
como un perro
mi bondad
que en los charcos
sean glorificados
mis instintos
que la vida tropiece
y su pie herido
sea mutilado.
desautorizo
a mi sangre
y a mi sexo /
y para mis oídos
toda voz /
toda vez
toda sombra
todo siglo
sea mi espalda
una sábana
árida.
la ausencia es una unión definitiva.
todo
tengo prohibido:
incluso la amargura.
Biografía:
Juan Bañuelos (Tuxtla Gutiérrez, México, 6 de octubre de 1932-Ciudad de México, 29 de marzo de 2017) fue un poeta, ensayista, editor y catedrático universitario mexicano.