Poemas:
Brújula sur
(Fragmentos)
Yo soy el ángel que bajó del cielo
para sembrar con demonios
los ojos de la vida
¡Qué harás! ¡Sur de las distancias!
Millares de días nos tienen separados
Lo que dejé al partir ahora es agua,
océano, leve espuma dormida en los
quebrados arrecifes del amor
y la melancolía
…
Sol de llanto tiene la madre víscera del Sur
de ser gobernada por cínicos timadores
cuyas manos golpean, matan y enseñan
a matar lo verdaderamente bueno,
humano, elemental, y es cuando mis
palabras se hunden profundamente en
los frenéticos mundos del infierno
Fusión cósmica -esquizofrenia de cielos
estrellados- Torres que se hunden
entre las perfumadas sombras de Abril
y en las almas temporales del recuerdo
Angustia de tacto de escarmiento
¡Oh brújula del Sur! Te has mentido
y has aceptado todas las traiciones
del planeta
Imagen viva
(Fragmentos)
Escucha como llega esta música ideada para tí
subirá de vino rojo por
la cuesta de la tarde con su soledad efímera y
salvaje
el dolor desatará los sonidos que yo aprisiono
en el corazón de todas estas melodías
que arderán silenciosas en tus manos
y en otras latitudes. Soy tan sólo un simple
trovador cuyas canciones
se abren como las alas de un cisne ardiente de
amor y primavera
Muchacha joven, te quiero brindar tierra pura
¡Oh muchacha! fresco está tu diapasón humano
Bajo el peso de la noche eres de Luna Nueva
que brilla a lo largo de ciudades y de campos
Laz voz presente
Ya sin golpes ya sin penas
el camino fue muy duro
olvidando por apuro
los dolores y condenas.
a Julio Carmona
a Martin Fierro
Estos versos que escuchas
es sobre una conquista
y las historias son muchas
y es muy poca la escrita.
Al norte de nuestra tierra
les hicieron reservados,
los postraron como fieras
quedando crucificados.
Rompieron toda su historia
forma de ser castigado,
pero nunca la memoria
se olvidará del pasado.
Tiene su débil mirada
infinitos horizontes.
Águila triste, callada
que vuela solo en el monte.
La tierra ya no resiste
la forma que es explotada,
pero el colono persiste
hasta que no quede nada.
Con esos ojos azules
que brillan como luceros
más parecen abedules
en la boca del infierno.
Solo sé que nada sé
y de esto nada saben
como usted bien lo ve
sólo maldad es la que traen.
La Luna fue conquistada
por naves tan poderosas
y con antenas llenadas
la inspiración luminosa.
Todo el mundo es importante
con un móvil en la mano,
es la histeria la causante
la tragedia del engaño.
El vivir tan agitado
sólo piensan con rapidez,
por eso van angustiados
mirando todo al revés.
Yo te alerto amigo mío
de cuidarse en lo mejor
las aguas que trae el rio
no es seguro ni el peor.
El amor es una mezcla
por la gran pigmentación.
Recuérdate de éstas letras
que escribo de corazón.
Hada amorosa
Déjame beber tus visiones
¡Oh hada maravilla!
Mis aventuras fueron vertiginosas,
abiertas para los templos de locura
y los templos de la dicha.
Estirado en las tardes
sobre la hierba seca,
el Sol del verano achicharraba
la piel, las comarcas ausentes.
Parecía un felino sediento
de mirada seductora,
las jóvenes morían
en la espesura
del tiempo.
No pude arrancar de ti
la imaginación extrema.
Se agolpaban los hombres.
La calle era un cordón de acero
en cuya lápida
estuvo escrita mi condena.
A donde iría sin ti
¡Oh hada maravilla!
Desconocido y triste
en un andar lejano.
La eternidad se evapora
en esta vida de nadie.
Sólo abundan los pozos
de la desolación.
No quiero ser poeta
soñando estrellas muertas,
ni quiero ser en tu alma
la última canción.
Fiesta, sabor y locura
La fiesta capitalista se ha llenado de burbujas.
De orquestas populosas en las calles y en los puertos,
con el ruido metálico de sus portaaviones enterprise
de última generación.
Los parques están ausentes de pájaros cantores.
La flores ya no huelen con fragancia desde que tienen
muerto los perfume naturales.
Desde lejos todo se ve maravilloso.
Las casas, los edificios, la ciudad, la alegría, las luces.
Las muchachas se adormecen como un poderoso
barbitúrico, cuando les depositan el deseo solamente
salvaje.
¡Estalla! Y su felicidad es un longines tres estrellas.
O se arrebata y se arroja desde la fortaleza más alta
precipitándose a las profundidades del olvido.
Ante ese infinito de perturbación enloquece.
La fiesta capitalista se ha llenado de sorpresas
en el largo camino de la industria existencial.
Las ofertas son numerosas, la carnicería innumerable
y el canibalismo profesional en su historia.
Ellos son un misterio en las cuentas públicas
o en las finanzas de sus mercados, sobre todo,
cuando se infectan los presupuesto de las compañías
y se pudren.
Entonces, el rock suena toda la noche, el blue se convierte
en melodía infecto contagiosa languideciendo
entre escalofríos y estertores.
La fiesta sube de temperatura y las calles amanecen
machacadas de ron y coca cola.
Entonces, las vaginas son peculiares y carnívoras
que solicitan asilo humanitario a su desolación,
porque carecen de afectos sentimentales
y es carnada pública para el placer y el jolgorio,
sí señor.
En esas pomposas fiestas, los neutrones, esos bichos
microscópicos cómo pueden ser tan destructores.
En estado latente son inofensivos mientras
no sean manipulados.
Si los despiertan son temibles y peligrosos.
Por eso nació el pacifismo en el siglo pasado.
Pero las fiestas capitalistas se han llenado de protones
y ciclotrones, con helio 4 y nitrógeno 14.
Desde su uso en el ’45, ha dado la vuelta al mundo
cargando su cruz electrónica en las cruzadas anglo-
sajonas contra los ejes del mal.
De esa primera caída, el intenso calor deforma
los cuerpos y las radiaciones perfeccionan
la inteligencia y la crueldad del conocimiento,
en las aventuras de la industria y la competición.
Cuando explotó el hongo nuclear se veía los rostros
dulces y emocionados de la guardia tocando
la radioactividad.
Por eso son macabros, por eso son enfermos.
Del coco lógicamente.
Tienen sentenciada a la justicia. A la razón amordazada.
Los valores divididos. La libertad martirizada. La utopía
en silla de ruedas y la democracia corrupta todos los días.
Hasta que todos no estén sometidos a las tiranías
de la voluntad industrial y al chip hedonista
de sus computadoras, no habrá paz.
Entonces nuestras vidas serán de plástico y el robot
nuestro jefe y consejero espiritual.
El corazón será una fiera domesticada durmiendo
en el hostal de las galaxias de mala muerte.
Será el amor capitalista controlando los salarios injustos
que nos corresponda.
Y ya no pensarás en la muerte, en la llegada del último
otoño ni en la caída misma de los propios salvajes.
Orgía celestial
El Mundo y siete mil millones de cerebros en estampida.
Los refugios atómicos resplandecen ante la salvación
divina y creadora, en los condados de york y nueva
Inglaterra.
Se disfruta por la supuesta victoria química de los átomos
contra los ángeles cibernéticos más allá de la ionosfera.
La basura comercial es el paradigma de lo eficaz
y macabro del asunto.
Dispone el infierno espacial de modernos ingredientes
con sus industrias electrotóxicas y te maquilla las neuronas
en los salones de belleza con toda la destreza artificial.
Las técnicas del negocio contaminan, estrangulan
y destrozan los sentimientos humanos, desde que este
infierno se hizo espiritualmente inhumano.
Los valores fueron procesados por la radio, los libros
y la televisión, y por los genios del habla con el discurso
de los homeros comerciales, predicando que …las leyes
de la vida son las leyes del consumo.
Los pacientes del capitalismo esperan en la sala
de los psiquiátricos un salvo conducto para huir de los
paraísos oscuros de la esquizofrenia, y no me sorprende.
Reyes y reinas del colonialismo todavía piensan en una
salud de hierro, con una vida interminable de rentas
y de robos mundiales.
Querían condenar mi voluntad a la terrible guillotina
de la automatización.
Querían lograrlo cada año y cada año fracasaron.
La muerte del planeta será precisamente el refugio
que idealizaron los hidrópicos treponemas del pensamiento
ideológico.
Desde el Canadá hasta Australia el nuevo caos capitalista
es locura industrial ilimitada.
Estamos procesados en esta maquinaria estomacal
que los volcanes del crimen saltan por los aires.
Siete mil millones de cerebros y muchos más sobre
la inmensa parrilla de las ciudades bancarias, asando
las esperanzas de la humanidad bajo el nombre
alucinatorio de…los sueños del siglo XXI, el sueño
predominante de la actualidad.
El amor
El amor sin garantía
camina sobre pantanos
donde se hunden las manos
y también la poesía.
Esa es la forma fría
cuando el alma se congela.
La mente turbia desvela
la crueldad de los sentidos
malsanos y pervertidos
en escritos de novela.
Son bestiales criaturas
para mostrar la carnada
y la maldad coronada
por beatos y por curas
donde expresan las locuras
de sus santas represiones.
Con la fuerza de leones
la lujuria es desatada
por la perversa manada
de sus alucinaciones.
El destino coherente
no es modelo de vida.
En este tiempo suicida
todo cruza de repente.
El acto impunemente
es la que marca la hora,
en el alma sólo aflora
esas turbias pesadillas
donde cae de rodillas
el que sufre y el que llora.
Homenaje a los seductores
Échame tu fanfarria compañero.
También me quiero divertir con este siglo
que lleva mil máscaras de acero.
Quiero arder de hermosura y ver a dónde
llega, cuál estancia de placer me corresponde.
Necesito el talento de una diva silenciosa
cuyos ojos vuelen como un pájaro
divino, tocando el arcoiris de mis ansias.
Biografía:
José Díez Salazar, bajo el seudónimo de “Atawallpac,” emerge como un poeta y artista peruano que desafía las fronteras del arte. Nacido en Chiclayo en 1948, sus raíces en las bellas artes y su distinguida presencia en los juegos florales de poesía lo marcan como un creador talentoso desde temprana edad. El movimiento Hora Zero de Lima, en el que participó en la década de 1970, lo consolidó como una voz poética influyente junto a otros notables como Feliciano Mejía y J. Pimentel.
Díez Salazar, además de sus contribuciones literarias, se destaca en el ámbito artístico como pintor y dibujante bajo su seudónimo “Atawallpac.” Sus obras han conquistado galerías europeas y su afiche sobre los derechos humanos en Perú y América Latina obtuvo un prestigioso premio en París. Su poesía, inicialmente centrada en temas sociales y humanistas, se transformó tras su llegada a Europa, explorando nuevas fuentes lingüísticas y movimientos poéticos.
Entre sus obras poéticas se encuentran “Los Jardines de Iradios,” “La Máscara de tus Dioses,” “Brújula del Tiempo,” “Palabras en el Fuego,” y muchas otras. A través de su versatilidad artística y su inquebrantable compromiso con la creatividad, José Díez Salazar, “Atawallpac,” deja una huella perdurable en el panorama literario y artístico.