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Poesía de Chile

Poemas de Jorge Torres Ulloa

Jorge Torres Ulloa fue un destacado poeta, editor, actor y director teatral chileno, nacido en Valdivia el 25 de septiembre de 1948 y fallecido en la misma ciudad el 3 de octubre de 2001. Su vida y su obra estuvieron marcadas por su pasión por las artes y por su lucha contra una insuficiencia renal crónica que lo acompañó durante gran parte de su existencia.

Torres Ulloa se formó como profesor normalista y luego estudió teatro en la Escuela de Teatro de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Austral de Chile, hasta que esta fue clausurada tras el golpe de Estado de 1973 que instauró la dictadura militar de Augusto Pinochet. Su debut literario fue en 1975 con el libro de poesía Recurso de amparo, al que le siguieron otros como Palabras en desuso (1977), Graves, leves y fuera de peligro (1987), Poemas encontrados y otros pretextos (1989) y Poemas renales (1992), con el que obtuvo el Premio Municipal de Literatura de Santiago en la categoría Poesía. Este último libro refleja su experiencia personal con la enfermedad renal que lo obligaba a someterse a hemodiálisis y que finalmente pudo superar con un trasplante renal. Poemas renales fue publicado en una edición bilingüe alemán-español con el título Nierengedichte en 1997.

Además de su labor poética, Torres Ulloa se dedicó al teatro como actor y director, fundando el grupo Teatro del Sur y dirigiendo obras como El zapato roto, El señor Galíndez y La pérgola de las flores. También fue editor del sello Barba de Palo, bajo el cual se publicaron importantes libros de poesía del sur de Chile en las últimas décadas del siglo XX. Asimismo, dirigió talleres literarios y la revista de literatura y humanidades Pluvial, hasta poco antes de su muerte.

Su interés por la música popular latinoamericana lo llevó a interpretar boleros y tangos, géneros en los que editó casetes y realizó giras artísticas por Colombia y Estados Unidos. Su último libro de poesía fue La dicha vacante (2000), al que le siguió el texto póstumo Origen, fulgor y vigencia del valdiviano (2001), una reflexión histórica-literaria-culinaria sobre un plato típico del sur de Chile.

Jorge Torres Ulloa fue un creador multifacético que dejó una huella imborrable en la cultura chilena. Su obra poética se caracteriza por su originalidad, su sentido del humor, su compromiso social y su capacidad para transformar el dolor en belleza.

Cuando llueve en julio

Cuando llueve en Julio
me preocupo por el bosque de mi infancia.
Ese bosque del que no recogí
ni moras, ni murtas,
del que no traje
ni el olor de los eucaliptos,
los sorpresivos hongos.
Ese bosque de dudosa fisonomía
en el que tal vez nunca estuve
y del que trato ahora de salir,
buscando algunas marcas en los árboles,
las piedras que guiaron mi posible entrada,
temeroso de sus aviesas sombras,
empapado de lluvia,
enterrado en el lodo,
soy un árbol más.

STATUS DE NÁUFRAGO

Cuando víctimas todos del mismo naufragio
Vosotros,
los que moristeis de muerte total
Vosotros,
Contumaces
ya no sois más mis compañeros deste juego.

Bien lo sabíais;
tratábase de una cuestión de palabras
(y de su fe irrenunciables en ellas).
Eso sí,
de mixtura y proporción exacta.
Ustedes,
los ufanos verborreicos
no bastáronles el desangre de esos días
en que campeaba la anemia
tanto y tan perniciosa.
Desatendísteis las palabras que importaban
dándoos con gula al festín parlante.
(Dilema de facultativos el atender
las veleidades de la semiología).

Recordaréis a las blancas susurrantes diciéndoos:

¡No le escuchéis!
¡Haced oídos sordos!
Guardia de mi propia vigilia
que es donde mora mi cordura
y este desvarío mío se consuela,
os dije:
¡Utilizad las palabras adecuadas!
¡No os desgastéis en las vacuas!
¡Utilizad las palabras pertinentes!

Pero, nada.
Bien sabíais que no se trataba de exorcismos ni taumaturgias.
Sólo alimentar el verbo.

SIMPLEMENTE ALIMENTAR EL VERBO

Se explicarán ahora mis frecuentes ataques de mudez,
una cierta lentitud en el hablar:
Buscaba la precisión del adjetivo.
La conjugación cabal.

Y ahora,
que ya no sois más mis compañeros deste juego
junto a tácita convicción
yazgo
distrayéndome en nuevos ocios,
mementando vuestras vocinglerías:

YO

el dialítico

el dialéctico
especulando qué hacer
para cuando la barca de Caronte zozobre y
aferrado a la mísera condición destas palabras,
mantener el exiguo
status de náufrago
para, socorrido por las potestades, tener
libre acceso a la vastedad de todas esas playas.

ÚLTIMO LAMENTO DEL SPEAKER

Rasmilladura de aguja sobre el acetato.
soy el que anuncia la nostalgia del futuro
enfermo grave de lozanía y bisoñez
regalo un silbido para la ausencia
o la cancioncilla sonza con que
sorteamos los umbríos pasajes.

El que obsequia algunos segundos para que
los momentos rutilantes de vuestras
vidas tengan un poco de música estelar,
uno que otro salmo personal
en sordina.
Abrimos los días de esplendor.
Cerramos los días del fracaso.

Mi voz se cuela en el micrófono.
Canta mi voz adentro en la coraza
jovialidad y optimismo,
bronco silba el metal
de las palabras sin eco
prontamente consumidas y desgastadas
repetidas,
por la víctima amparada
por el victimario redimido
por el verdugo corrupto.

Los años tenaces le empatan al tedio.
Toda jovialidad se marchita.

Perdida la curiosidad :
se envejece.

Caricia del láser sobre el surco
hoy quiero anunciarles gentilmente
el próximo hit
para el olvido.

APUNTES PARA UN ENSAYO A PROPÓSITO
DE EL LUGAR COMÚN MÁS HABITADO

Granítica lápida la del sepulcro
que amorata los nudillos de la diestra.
oídos tardos para el urgido,
sordos para el que vehemente exhorta.

Se sabe por qué niega el que abatido yace:
es que asaltado por la triste edad de los lutos,
la acuciante hora de bustos y retratos,
con la implacable convino acuerdo en tiempo exacto.
Así pues, con-la-dulce-serenidad-de-los-difuntos-pintada-en-el-rostro
solitario navegante en la vastedad de esta comarca,
sólo acepta el abrazo de la hiedra que ya comienza
a cubrir su catafalco.

Por cierto, ya conoce los afanes del olvido,
su memoria se empobrece día a día,
su retrato es aureola en las paredes,
con el árbol en que amante inscribió esas
promesas, hoy féretros construyen.

Mientras, y pese a toda invocación
del que a sus pies se desgañita
preguntando plañidero lo sabido,
acepta la común circunstancia de su estado,

HA ELEGIDO EN PROPIEDAD EL PARAJE QUE LO HABITA:

cementerio es igual a caémeterium,
caémeterium es igual a koimeeteerion,
koimeeteerion es igual a dormidero,
dormidero es el esapcio de quien duerme,
el que duerme ha entrado en el letargo,
fragmentario letargo de otros sueños,
de otros sueños que se buscan en sus partes,
nostalgia del conjunto y del Todo,
fervor de pertenencia,
certeza de vestigio,
vocación infinitésima
y gozo
de ser consumido en lo Absoluto.