Poemas:
ESTRATEGIAS DE BABOSAS
Una de estas noches que se pasan en blanco
sin erratas sin dormir
ven, tigre, a devorar hipopótamos/ gacelas
sobre mi mano adormilada
herida por mil picas por mil hielos.
Ayer en una fiesta
tuve la visión del tempo de las actrices porno
los productores de televisión y las cantantes mundanas
de cabaret
oíamos el último disco del trovador iluminado
y una mujer orinaba
—la saya rosa dejando ver el pubis sin rasurar
estremecido—
en un cuadro contra la pared.
En nuestra única noche
quiero reunir todas las sensaciones probables
pitos de trenes
tremando
perdidos sobre rieles
oros del horizonte disueltos en la arena
de playas privadas vacías
el sabor de las aceitunas negras en vinagre
chocolates con semillas
helados de menta
vinos y yogures de fruta
hongo
de quesos azules holandeses
vello púbico
de una princesa sefardí.
Cuando caiga la noche no me dejes dormir
he preparado un mus
un striptease/ un baile de disfraces
he llenado la alacena
y he secado la leña
puse geranios junto a la ventana
cortinitas suaves
y margarina entre mis nalgas
como en aquellas
tostadas francesas
que te comías en París
hay agua fría en la nevera
y agua caliente en la ducha
si no lo hacemos
por lo menos no dirás
nadie
me atendió en esta casa.
La naturaleza es sabia:
hay serpientes que se pasan por muertas
hay palomas ratas ranas
que despiden un hedor de cadáver
cuando las asfixia el miedo
el pez vampiro se protege virándose al revés
con una capa de espinas de goma
alardes celebración y mímesis.
Gira conmigo hasta que ya no sienta el suelo
fornica conmigo hasta que deje de temer.
Las babosas de mar
convierten el agua en una gelatina viscosa
una baba que se queda entre las manos
mientras escapan mararriba hechas un nudo.
Voy a ponerme bocabajo
tengo miedo del tedio
voy a ponerme bocarriba y de costado
hazme la quinta posición
cuando se ponga la luna
no me dejes dormirme
no me dejes caer
no dejes
no.
ORTIGAS DE MAR/ BARQUITOS PORTUGUESES
Por las mañanas voy a nadar
como un sano ejercicio del espíritu.
El cuerpo sobre la arena
dando vueltas de carnero con las boas de la orilla
que en mal tiempo me incrustan
contra las piedras
los fragmentos de conchas
y las medusas siniestras
que se apoltronan al borde
—guadañas
transparentes medias lunas.
Si a un sitio/ de inmenso ardor/ quieres llegar
abandona tu cuerpo entre las barcas
sostén tu boca entre la espuma
y ancla fuerte tu cabeza a la mortaja
en la colonia de sargazos.
Bajo la malla de las sombrillas gelatina
como una boca/ una vulva
una babosa que por fin te cubre
se te abrirán nuevos placeres.
PARPADEO CON COLA DE PESCADO
Con cola de pescado o colapez
encuadernaban los turcos
sus libros de regalo.
Se trataba de álbumes bizarros
donde mezclaban tsunamis
con antiguas batallas de las que habían vuelto
qué importa si triunfales o vencidos.
Los daban en invierno a sus esposas.
A veces sus amantes/ de las vecinas riberas
deslizaban en el libro una flor púrpura
una marisma/ un marisco de oleada persistente
una maroma de agua que dejara saber.
Cuando la esposa de un turco descubría el engaño
preparaba un gran bol de gelatina
y debía comérselo de pie:
sin parpadear de pie.
Remedio santo —decían las parteras
cortando el palo encerado/ del cordón
a un lado y otro de las playas
ordeñando/ ordeñando la gelatina de Wharton
para hacer sus brebajes.
Pero siempre hubo partidas misteriosas
fugas de gas
debidamente enmascaradas/ por las mujeres de casa
con agasajos de áspic:
ese manjar frondoso
sierpe enjaulada en gelatina
ese secreto casero/ que cortado en rodajas
cuando cae a la boca/ se traga sin pensar.
Ifigenia/Polixena/Casandra
No esperes comprender la poda
ni añores
que la raíz te atraviese vertical como un tentáculo,
te penetre viole(n)ta.
Túmbate.
Piensa en el sexo de las mutiladas y las brujas las débiles las retrasadas las caídas piensa en las ciegas las locas las mudas las lisiadas las cojas las tullidas
las lerdas y las lelas
las enanas
piensa en el sexo de las tardas
que no llega nunca.
Ovación
Entro en el submundo de los veedores del fútbol
como en las arcas del Infierno –por supuesto–
hay risas gritos humo de cerveza
y ese olor tan característico…
hay torneos:
los veedores se piden las cabezas
se amenaza con violar al cabecilla
o a la novia del cabecilla
de cada bando contrario.
Tiemblo
me pregunto quién será el cabecilla de nuestro bando
sé que a esta hora
ningún striptease los sacará de quicio
los meterá en cintura
con el ojo en el gol
pero también sé que si perdiéramos
si fueras tú el cabecilla
olvidado de ti
me violarán 1-2-3 mil vencedores
no mirando mi carne
sino la portería.
Maldito cuerpo de mujer
con esta forma de falsa valla
red encubierta
que no tiene el valor de la penetración en público.
A fin de cuentas
qué es un gol sino una violación
cien mil veces aclamada
–bajo el cielo–
en la garganta abierta del estadio.
Entre las dos fechas de nacimiento y muerte
se sienta a esperar
protegida como en un m/cascarón.
Me interesa más el espacio entre
de la mujer de piernas bien cerradas
a la mujer completamente abierta
acuchillada por dos falos.
Y cuando lo deslizan de una boca a otra boca
¿qué pensará la mujer de un tiempo al otro?
Biografía:
Jamila Medina Ríos (4 de septiembre de 1981) emerge como una destacada voz en la poesía contemporánea cubana, desplegando su talento como profesora, narradora, ensayista y editora. Licenciada en Letras por la Universidad de La Habana en 2007, ha forjado su camino literario con una riqueza académica que abraza tanto la literatura como las ciencias de la religión y la lingüística aplicada.
Partícipe activa del grupo Vórtice, Medina Ríos ha dejado huella como editora y codirectora de la revista estudiantil Upsalón, así como impartiendo clases de Literatura y Lingüística en la Universidad de La Habana y la Escuela Latinoamericana de Medicina. Su presencia se ha extendido internacionalmente, destacando su participación en el Encuentro Iberoamericano de Poetas en México en 2011.
Como autora, ha tejido una obra variada y profunda que abarca poesía, ensayo y cuentos. Algunas de sus creaciones notables incluyen “Huecos de araña” (2009), “Ratas en la alta noche” (2011), “Primaveras cortadas” (2012) y “País de la siguaraya” (2017). Su talento se ha internacionalizado con antologías poéticas en lugares como Puerto Rico y Costa Rica.
Medina Ríos ha desempeñado roles clave en el ámbito editorial, siendo redactora jefa de poesía en Ediciones Unión y miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Su influencia se extiende en diferentes direcciones, consolidando su posición como una figura destacada en la literatura cubana contemporánea.