Poemas:
Lekechuqunas o Los Lekechos
Dicen que los lekechos a la orilla del lago,
Con ojos inyectados de sangre,
Buscan llorando, su palomita ausente.
Desmayados como si fueran a morir,
los picos verdes y los ojitos colorados,
se preguntan por la borrachera de ayer
y por la de mañana y por la de hoy…
¡Lekechito! ¡Lekechito! ¿para que te emborrachaste?
Hasta tus patitas se llenaron de barro
Ah, pero ten cuidado: no sea que como el buho
Pierdas la partida,
Que por cantar al corazón de la noche
Ahora grita como una gallineta.
Viejo pajarito del alba
Todos los días
En los cocales del valle
Estás llorando
Sin respetar el vientre de tu hembra…
No te alucines, pues,
Y se blanco como la gaviota al medio día
TEOFANOJ QUTIMUNKA
Como la luz se traga a las sombras
Desde que amaneció en la tierra
Él ha sido la sangre de los hombres
¡sería para cerrar los ojos!
Teófano ya volverá
(acú acú ¡papá! ¡papá!)
el hombre nuevo ya viene
(mamá mamá ¡levántame!)
mirará el regocijo alegre
encontrará lo que adoraba
recordará su llanto
y volverá a llorar de alegría
¡muchacho pícaro! ¡saltamontes!
Vendrá por alegrar a su padre
Cantando bellamente
Pero su madre sentirá el corazón renovado
Biografía:
Inocencio Mamani Mamani (Puno, Perú, 2 de diciembre de 1904 – Arequipa, Perú, 1990) fue una figura clave en la literatura peruana del siglo XX, destacándose como poeta, dramaturgo y montañero. Su obra, escrita en quechua puneño, se caracteriza por ambientarse en la contemporaneidad, en lugar de recurrir al pasado incaico, marcando un hito en la dramaturgia quechua.
Mamani creció en Mañazo, el barrio de carniceros de Puno. Desde joven, trabajó como ordeñador de vacas y pastor de cerdos, y más tarde en el puerto de Puno y en los barcos del lago Titicaca. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, asistió a la escuela, estudiando en el colegio La Inmaculada y en el seminario de Puno. Al finalizar sus estudios, cofundó una compañía de teatro en Puno, donde representaron obras en quechua, destacándose la obra “Ccore Chchuspe” del sacerdote cusqueño Nemesio Zúñiga Cazorla.
En 1926, Mamani escribió su primer drama, “Sapan Churi” (Hijo único), representado por primera vez en Arequipa. Esta obra rompió con la tradición de los dramas quechuas ambientados en tiempos incaicos, presentando protagonistas contemporáneos, como un joven del barrio Mañazo que lucha por su derecho a la educación. En 1927, creó la comedia romántica “Tucuipac Munashcan” (Deseada por todos).
Desde 1927 hasta 1932, Mamani colaboró con el influyente escritor Gamaliel Churata en el Grupo Orkopata, un círculo literario en Puno. Publicó sus primeros poemas quechuas en el Boletín Titikaka, una revista literaria dirigida por Churata, que promovió sus representaciones teatrales. A pesar de la represión política que desintegró el grupo en 1932, Mamani continuó su labor literaria, aunque muchas de sus obras quedaron inéditas.
En los años 1950, Mamani se trasladó a Arequipa y Huancayo, dedicándose también a su pasión por la montaña. Fue guía en expediciones a los altos Andes, logrando primeros ascensos en la Cordillera Huaytapallana. Incluso en los años 1980, continuó escalando, alcanzando cumbres como el Kunurana y el Misti.
La obra de Mamani recibió el reconocimiento de importantes intelectuales peruanos, como José Carlos Mariátegui, quien destacó su contribución a la literatura quechua contemporánea en “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana“. Mamani rompió con la tradición colonial, utilizando el quechua como una herramienta para expresar las realidades y aspiraciones del pueblo andino moderno.
Entre sus obras destacan los dramas inéditos “Sapan Churi” (1926), “Tucuipac Munashcan” (1927), “Casarasunchis” y “Corazón mentiroso“. Su legado literario continúa siendo una fuente de inspiración y estudio para quienes exploran la rica tradición cultural y lingüística del Perú andino.