Poetas

Poesía de Perú

Poemas de Felipe Sassone

Felipe Sassone Suárez, nacido en Lima el 10 de agosto de 1884 y fallecido en Madrid el 11 de diciembre de 1959, es un notable escritor y periodista peruano de origen italiano. Su vida y obra están marcadas por una rica diversidad de intereses y talentos, destacando como dramaturgo prolífico y acertado, aunque también incursionó con éxito en la poesía, la narrativa y el ensayo. Su notable oratoria lo hizo un conferencista ameno y fluido, y su pasión por las artes lo llevó a ser tenor de ópera, torero, comediante y actor de cine.

Hijo de Egidio Sassone, un napolitano, y de Delfina Suárez, sevillana, Felipe cursó sus estudios en el Colegio Santo Tomás de Aquino y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudió Filosofía y Letras, y Medicina entre 1902 y 1905. Sin embargo, su inclinación por las letras y la música lo llevó a abandonar los estudios formales. Bajo el seudónimo «El Nene«, se hizo popular en la prensa limeña por sus crónicas taurinas, escandalizando a la sociedad limeña de su tiempo con sus aventuras bohemias.

A los veinte años, Sassone emprendió un viaje que lo llevaría a recorrer el mundo. En Italia, se dedicó al canto como barítono, y en París y Madrid, frecuentó tertulias literarias que alimentaron su espíritu creativo. Su afán por la escritura lo llevó a colaborar en múltiples diarios y revistas, incluyendo el prestigioso ABC, Blanco y Negro, La Esfera, y Mundo Gráfico. Su contribución a colecciones de novela corta como La Novela Semanal y La Novela de Hoy consolidó su reputación literaria.

En 1909, retornó brevemente a Lima y luego a Buenos Aires, antes de asentarse definitivamente en España en 1914. Durante la Guerra Civil Española, se refugió en el consulado peruano en Madrid y salió clandestinamente de España en 1936 con el apoyo del ministro peruano Juan de Osma. Durante esos años turbulentos, vivió en Perú, haciendo campaña a favor de Franco, y tras la guerra, regresó a Madrid.

En 1950, Sassone volvió a Lima brevemente, pero fue nombrado agregado cultural en España al año siguiente, permaneciendo en Madrid hasta su muerte. Su matrimonio con la actriz María Palou resultó en la creación de una compañía teatral que representó muchas de sus obras.

Entre sus obras más destacadas se encuentran las memorias «La rueda de la Fortuna» (1958) y «España, madre nuestra» (1939). Su teatro, influenciado por Jacinto Benavente, posee una gran calidad y un toque sentimental y nostálgico, evidente en obras como «¡Calla, corazón!» (1923). En sus más de cincuenta comedias, destacan «Noche de amor» (1927) y «¡Sí señor, se casa la niña!» (1928), que cuestionan las convenciones de la comedia burguesa. Su lirismo y crítica social se ven reflejados en piezas como «El intérprete de Hamlet» (1915) y «La canción de Pierrot» (1912).

Conservador y tradicionalista, Sassone expresó su ideología en comedias de posguerra como «Un minuto… ¡y toda la vida!» (1944) y «Preludio de invierno» (1947). Sus obras escénicas y crónicas periodísticas le dieron fama, y sus novelas cortas y largas destacan por su maestría del lenguaje, dedicando muchos artículos a aclaraciones filológicas.

Felipe Sassone, un verdadero maestro del lenguaje y un espíritu incansable, dejó una huella imborrable en la literatura hispanoamericana. Su vida y obra son testimonio de un hombre profundamente comprometido con el arte y la cultura.

CANCIÓN DE PRIMAVERA

Esta vaga inquietud de primavera
que a tu belleza de emoción llenara
en la verde quietud de la pradera, XGF 8
brilla en los oros de la tarde clara
y en los rizos de tu áurea cabellera.

El carmín de tus labios sensuales
que con tus besos al amor inmolas,
triunfa de tus mejillas virginales,
como la sangre de las amapolas
en la rubia extensión de los trigales.

Los arroyos su música de plata
del campo en los rincones más floridos
dicen en fresca y juvenil cantata,
y vibran en tu carne los sonidos
y el paisaje en tus ojos se retrata.

Va cayendo la tarde. Los pastores
conducen el rebaño a los rediles;
el sol va ya amenguando sus ardores,
y el eco de las flautas pastoriles
resuena como un cántico de amores.

Tú sigues ensoñando en la pradera:
los candidos albores de una toca
monjil, la luna finge, y yo quisiera,
viendo tu soledad que a amar provoca,
apagar en la fuente de tu boca
esta vaga inquietud de primavera.

SONETO MISTICO DE AMOR HUMANO

Junto al inmenso orgullo de quererte
y la espantosa pena de dejarte,
la certeza fatal de no olvidarte
y el temor de llegar a aborrecerte,

complica la amargura de mi suerte
tu crueldad que me obliga a abandonarte:
solo quiero vivir para llorarte,
y el dolor de partir me da la muerte.

Orgulloso de ser tu enamorado,
al verme de tu amor abandonado,
a mi Dios olvidarte no le pido,

que si el olvido fuérame otorgado,
muriérame de olvidarte avergonzado,
igual que muero porque no te olvido.