Poetas

Poesía de Argentina

Poemas de Fausto Burgos

Fausto Burgos, nacido el 6 de enero de 1888 en Medinas, Tucumán, Argentina, es una figura prominente de la literatura argentina. Escritor, novelista, cuentista y poeta, Burgos se destacó por su vasta producción literaria y su colaboración en importantes publicaciones nacionales e internacionales. Hijo de Pedro José Burgos Niño y Carmen Bulacios, Burgos estudió en la Universidad de La Plata y se dedicó a la docencia. Su vida personal también estuvo marcada por su matrimonio con la artista plástica María Elena Catullo, y por sus extensos viajes que enriquecieron su obra.

Burgos recibió reconocimientos significativos como el Primer Premio de Literatura por su libro “El Surumpio” (1942) y el Premio Municipal de Mendoza por “Kanchis Soruko” (1929). Su bibliografía incluye una prolífica cantidad de títulos, entre los cuales destacan relatos dedicados a Juancho el zorro, donde demuestra la astucia y la inteligencia de este personaje en el contexto del “Monte“.

Fausto Burgos colaboró con diversas publicaciones periodísticas como “Caras y Caretas“, “Mundo Argentino“, y fue corresponsal para medios como “La Nación” y “La Prensa” de Argentina, “El Mercurio” de Chile, y “ABC” de España, entre otros. Su trabajo periodístico y literario lo llevó a intercambiar correspondencia con destacados escritores de su época como Manuel Lizondo Borda y Ricardo Rojas.

Fallecido en 1953 en San Rafael, Mendoza, Burgos dejó un legado literario perdurable, honrado por escuelas en Tucumán y Mendoza que llevan su nombre. Su obra abarca desde los primeros libros como “En La Tierra del azahar” (1910) y “Flores de Averno” (1910), hasta novelas y cuentos que capturan la esencia de los paisajes y las costumbres regionales argentinas. Entre sus títulos más destacados se encuentran “Aventuras de Juancho el zorro“, “La Sonrisa de Puca-Puca“, y “Kanchis Soruco“.

Burgos también cultivó la poesía, con obras como “Huankaras, Poemas tucumanos” (1928) y “Poemas del Regreso“, mostrando su habilidad para captar la belleza y la melancolía del paisaje argentino. Su obra refleja un profundo amor por su tierra y su gente, inmortalizando en sus páginas la vida y el espíritu del norte argentino.

Loros

Bandadas de loros,
en el naranjal.
Uno parla aquí,
otro grita allá.

De su jerigonza,
propia de un rapaz,
ni un solo vocablo
yo pude alcanzar…

En la carne rubia
del fruto en sazón,
hunden el picacho
negro, cortador.

Sin que nadie sienta,
llega el cazador,
no le tiembla el pulso,
mira como azor.

Tras del fogonazo
del tiro fatal,
los loros heridos
rompen a gritar…

Y los sanos, locos,
se vienen y van…
¿Qué dicen los loros,
en el naranjal?…

Casita de Tablas

Casita de tablas,
en la umbrosa punta de algún callejón;
de cedro los muros
y el techo moreno de paja de arroz.

Casita de tablas,
de los limoneros, del jazmín en flor.
del parejo patio,
barrido de afatas, bañado de sol.

Callada y sombría…
Tuviera yo en ella mi casa mejor…
Casita de tablas,
De los limoneros, del jazmín en flor…