Poesía de Uruguay
Poemas de Cristina Peri Rossi
Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941) es una voz audaz y apasionada que ha dejado una huella profunda en la literatura hispanoamericana. Exiliada en 1972 durante la dictadura uruguaya, encontró en Barcelona no solo un refugio, sino el escenario perfecto para continuar su prolífica carrera literaria, marcada por un compromiso inquebrantable con la libertad, el erotismo y la identidad. Con un estilo que aúna melancolía y picardía, humor e ironía, su obra toca temas sensibles e inéditos para la época, entre ellos el amor entre mujeres, una declaración tan íntima como revolucionaria en la década del setenta, cuando la poesía y la prosa aún no habían normalizado esas miradas.
La obra de Peri Rossi ha sido censurada, prohibida y, al mismo tiempo, celebrada y traducida a más de veinte idiomas, desde el yidis hasta el coreano. En cada uno de sus versos y relatos se siente el pulso de una mujer que desafía las convenciones, que se atreve a escribir desde su identidad de latinoamericana y lesbiana en un mundo literario dominado por hombres. Ella es, de hecho, la única mujer relacionada con el boom latinoamericano, un fenómeno literario en el que destacan figuras como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Su poesía, como estos versos llenos de deseos simples y hondos: «Quisiera que mi tumba estuviera en un parque… lleno de pájaros y de niños que juegan en la hierba», expresa con delicadeza esa nostalgia por un mundo mejor, ese anhelo de belleza en cada instante.
Autora pionera y voz emblemática de la literatura contemporánea, Peri Rossi ha sido merecedora de diversos reconocimientos a lo largo de su trayectoria, siendo galardonada en 2021 con el prestigioso Premio Miguel de Cervantes. Además de su labor como escritora, su trabajo como traductora ha sido notable, especialmente al introducir al público hispanohablante a autoras tan singulares como Clarice Lispector y Monique Wittig. Su activismo también ha resonado en su escritura, manteniendo su pluma viva, crítica y comprometida, incluso en el exilio, en medio de regímenes opresivos como el franquismo en España.
Cristina Peri Rossi sigue siendo una figura esencial en la literatura en español, construyendo, desde su exilio y con cada palabra, un puente hacia la libertad, un llamado a la belleza y una oda al coraje femenino.
Aquella noche
La noche en que nos conocimos
yo empecé a perder
La cerilla explotó
y me quemó los dedos
manché mi blusa con el vino
Olvidé por completo el nombre
del mes y del día
Tanta turbacióm
sólo podía ser la prueba
de un deseo muy grande
tan grande
que ni tú misma
podías satisfacer.
Babel desnuda
Babel, desnuda, acaba de nacer.
Babel, desnuda, es como un niño ciego,
no tiene ojos
y mira, horrorizada,
con los ojos del tacto
que descubren superficies
que no siempre es amable tocar.
Babel, desnuda,
palpa, toca, roza, empuja, oprime:
sus manos son las palabras
de un mudo
que en el terror del silencio
sabe que hay un secreto.
Bitácora
No conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remado en ella,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas.
Dedicatoria
La literatura nos separó: todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.
Después
Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:
Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.
Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.
Ya no amo.
Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.
Ya no estoy loca.
Distancia justa
En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
La pasión
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
Escorado
Mirándola dormir
dejé que el barco se inclinara
lentamente hacia un costado
precisamente el costado
sobre el que ella dormía
apoyando apenas la mejilla izquierda
el ojo azul
la pena negra de los sueños
y por verla dormir
me olvidé de maniobrar
pensando en las palabras de un poema
que todavía no se ha escrito
y por ello
era el mejor de todos los poemas
tan sereno
tan sutil como su piel de mujer casi dormida
casi despierta,
tan perfecto como su presencia inaccesible
sobre la cama,
proximidad engañosa de contemplarla
como si realmente pudiera poseerla
allá en una zona transparente
donde no llegan las sílabas orando
ni el clamor de las miradas
que quieren acercarse
en la falsa hipócrita intimidad de los sueños.
Erótica
Tu placer es lento y duro
viene de lejos
retumba en las entrañas
como las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía
Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces
Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo
como una piedra.
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