Poesía de Chile
Poemas de Claudio Bertoni
Claudio Bertoni (Santiago, 11 de febrero de 1946) es un poeta, fotógrafo y artista visual chileno.
MI BAÑO DE TINA
Envuelto en mi sábana de baño
Medio tiesa de almidonada y blanca
Voy camino del baño de tina
Por el pasadizo alfombrado
Entro en el comedor
Entra el sol
Dando bandejas de oro en los muros
Dando un flamígero mandoble
En el canto de cabinets y anaqueles
Condecorando respaldos
El aire mece las cortinas
Como el ruedo de una modelo en primavera
Ando entre los vítores
De conocidos y conocidas
En kimonos
En saltos de cama
En batas de levantarse
En pijamas de sus maridos
En mañanitas
En calzoncillos y zapatos
Con el platillo en una mano
Y la taza con desayuno en la otra
O anudándose las corbatas
Unos me saludan
Otros me aplauden
Como si fuera una gracia
Me arrojan papel picado
Como si fuera un astronauta
Sentado en un Cadillac descubierto
Me arrojan flores
Como si fuera un torero
Envuelto en la toalla medio tiesa
Voy camino del baño de tina
Por el pasadizo alfombrado
Diviso al fondo la puerta de algodón
Se abre majestuosamente
Inundando la nívea porcelana de los sanitarios
A mis espaldas se oye la secuela evanescente aún
De vítores respetuosa y suavemente amortiguados
Por la delicadeza de la puerta
Para recoger los ruedos
De su vestido de terciopelo.
Jamás lo olvidaré
dejaste que te comprara
sostenes calzones y una
escobilla para el pelo
además de invitarte a
almorzar al Naturista
y como si eso fuera poco
a la salida me pediste
una crema humedecedora
para estar suavecita
para el hijo de puta que
te correría mano ese mismo
día a las seis de la tarde.
EXTASIS MATINAL
Basta levantar la mano y tocar el muro
Música selecta no identificada
Y música de los cubiertos
Un brindis junto al piano caoba
En el living umbroso
Circunferencia de cristal Partida en 2:
–Miti miti–
Rebosante de uvas
Encima del mantel blanco
Claveles y crisantemos
Levanto la mano
Y toco el muro
Aturdido por el sol
Entro desnudo al living
Al mismo tiempo
Que una polera blanca de hilo
¡Extasis matinal!
Más y más turbación
Llego y
me masturbo
¿Que más
puedo hacer?
Me alivia
eyacular
fuera de ti.
No dártelo
todo a ti
todo el tiempo.
Y no es
una masturbación
cualquiera
-como
la de la vaca
lechera-
Es
una masturbación
ausente
sin sentido de culpa
sin curas
sin religión
sin sexo casi.
Es
una guerra
contra ti.
Me
tengo
que defender
de alguna manera
Y
me
masturbo
mirando
a una
modelo
italiana
-la sensualitá
under 20-
parecida
a ti.
CECILIA
Cuando te abrazo
Y tarareas sin darte cuenta
Una canción que se transforma con el tiempo
En una línea melódica simple y monótona
Que sube y baja de a poco
Suavemente como el ruedo de una duna
Y tú no te das cuenta del cambio
Y no te das cuenta de lo que cantas
Y no te acuerdas de lo que gimes
Yo al contrario
Escucho minuciosamente tu lamento
Y lo sigo garganta adentro
Pulmones adentro
Y corazón adentro
Y lo veo saliendo fino
Entre las grietas de tu cerebro
Como una vertiente de agua
Llevando arena y arcillas
Y cada instante que pasa
Y cada milímetro de música que cantas
Veo que nace de ti
Y de tu conciencia
De la inteligencia de tus manos
De tus brazos
De tus glándulas
Y no es casualidad en absoluto
Y no es banal en absoluto
Y no es sinsentido en absoluto
Y no se pierde en absoluto
Y sobre todo
No es como un pie o una mano
A los que nadie mira nunca
Pero al contrario
Es como un brazo
Al que la piel que lo cela
Guarda siempre
Luciano
Siempre que barro
me encuentro con una bolita de cristal
con una “lunita”
que se le quedó una vez a mi sobrino
cuando durmió aquí
Nunca la recojo
ni la guardo
ni se la devuelvo
ni mucho menos la boto
La dejo que dé vueltas por ahí no más
que conviva conmigo
que tenga su vida ahí en el suelo
como una lucecita que dice “Luciano”.
Su novio la toma de la mano
pero ella
le ha entregado además:
los labios la boca
los ojos el
pelo
los brazos el sexo
los senos el
poto la lengua
y los pies.
El ciego
llamo y llamo
y tú no estás
sé que no estás
pero sigo llamando
por lo menos el teléfono suena ahí donde no estás
pero donde sueles estar
en el espacio que sueles ocupar
en el aire que sueles llenar
en las sillas que sueles tocar
en los muebles que sueles tocar
en la cama que sueles ocupar
en el teléfono que sueles contestar
y tomar en tu mano
y acercar a tu boca.
llamo y toco ése lugar.
yo soy el alma el corazón y el ¡ay!
del grito que toca ese lugar.
Soñar no cuesta nada
siempre miraba en la puerta
en el suelo a la entrada
por si había algún papelito
por si se te había ocurrido pasar
por si habías sentido la necesidad de pasar
y siempre que volvía de Viña
tenía el sueño de encontrarte ahí
sentada en la puerta
sentada en la escalera
y siempre te saludaba
y así me aliviaba,
en una ínfima medida me aliviaba.
también cuando los perros ladraban mucho
pensaba que eras tú
que podías ser tú
porque así le ladran los perros a las personas que no conocen
y el viento en las ramas del damasco
y en las hojas
y el viento en las plantas
también eras tú
también podías ser tú
y los perritos que vienen a pedir cáscaras de queso
también podías ser tú
pero nunca fuiste tú
nunca en ninguno de estos casos fuiste tú
siempre fue el viento
y los perritos
y los pasos de otras personas
y los ladridos para otras personas
y ya no te confundo con los pies de los perritos
y ya no te confundo con el viento entre las ramas
y ya no te confundo con el viento entre las hojas
y ya no te confundo con el viento entre las plantas
y ya no te confundo conmigo
y ya no me confundo contigo
y ya no nos confundo a los dos
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