Poemas:
Todo respira amor…
I
Todo respira amor: la mariposa
se sacia de perfumes y de luz;
ebrios de aromas los insectos vuelan
vacilantes, temblando en el azul.
Las ramas de los árboles se besan
¡Qué más himno, Señor, que el mes de abril!
¡Hasta en la charca resplandece el cielo
y hasta en el fango inmundo ama el reptil!
Cuando los cielos y la tierra brillan
rebosando de músicas y amor,
siento un dolor tan grande como el mundo:
¡Tengo celos de toda la creación!
Realidad, terrible azote
IV
Realidad, terrible azote
del alma que mundos crea
con ese eterno don Quijote
que sueña su Dulcinea.
Soñar ¡donosa locura!,
soñar que un ángel se encierra
en la pobre vestidura
que ha de podrirse en la tierra.
Despertemos -¿Qué es la vida?-.
-Festín de cuervos hambrientos-.
-¿Y el alma?-. Hambrienta rendida
que devora sentimientos-.
-¿Y el cielo?-. El espacio, nada-.
-¿Y Dios? El vano anhelar
de la humanidad cansada-.
Biografía:
Blanca de los Ríos y Nostench, nacida en Sevilla el 15 de agosto de 1859, se destacó como una destacada escritora y crítica literaria española, dejando un legado literario significativo a lo largo de su vida. Nacida en una familia culta, su entorno familiar rico en estímulos intelectuales y su educación sólida la prepararon para una vida dedicada a la literatura y la reflexión crítica.
Desde una edad temprana, Blanca de los Ríos demostró su talento literario, publicando su primera novela, “Margarita”, a la temprana edad de dieciocho años en 1878. Su producción literaria abarcó géneros como la poesía, la novela y el cuento, y su obra “Los funerales del César” (1880) y “Esperanzas y recuerdos” (1881) son testimonios de su habilidad para explorar temas y emociones profundas desde una perspectiva femenina.
A pesar de la discriminación de género que enfrentaba en la sociedad de su época, Blanca de los Ríos no se dejó intimidar y abandonó rápidamente el seudónimo “Carolina del Boss” bajo el cual inicialmente publicaba, firmando sus obras con su propio nombre. Su matrimonio con Vicente Lampérez y Romea, un destacado arquitecto madrileño, la llevó a Madrid, donde pudo sumergirse en el ambiente literario e intelectual de la capital española.
Además de su faceta como escritora, Blanca de los Ríos se destacó como crítica literaria, siguiendo las normas de investigación y crítica históricas propuestas por Marcelino Menéndez Pelayo, su maestro. Su obra “Del siglo de Oro” (1910) es un ejemplo destacado de su labor crítica, que incluyó estudios sobre autores como Tirso de Molina y Calderón de la Barca, así como una edición crítica de las obras completas de Tirso de Molina.
Blanca de los Ríos también contribuyó a la promoción de los derechos de las mujeres y el feminismo a través de su participación en asociaciones y publicaciones, incluida la revista “Raza Española”, que fundó y dirigió desde 1918 hasta 1930. Su preocupación por las mujeres en el trabajo y su activismo en este campo reflejaron su compromiso con la igualdad de género.
A pesar de su intensa y fecunda labor en literatura y crítica, la figura de Blanca de los Ríos a menudo permanece en la sombra de la historia literaria española. Sin embargo, su legado perdura como un ejemplo de valentía, perseverancia y excelencia en un mundo literario y crítico dominado por hombres. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas europeos, y su contribución a la literatura y el feminismo sigue siendo relevante en la actualidad. Su legado es un recordatorio de la importancia de la igualdad de género en la literatura y la sociedad.