Poetas

Poesía de Estados Unidos

Poemas de Barry Gifford

Barry Gifford, nacido el 18 de octubre de 1946, se erige como un autor, poeta y guionista estadounidense conocido por su singular mezcla de paisajes americanos y prosa influenciada por el cine noir y los escritores de la Generación Beat.

En sus versátiles creaciones, Gifford teje no solo historias, sino universos distintivos, siendo mejor reconocido por su serie de novelas protagonizadas por Sailor y Lula, dos almas errantes en un eterno viaje por carretera. Estas siete novelas, publicadas entre 1990 y 2015, han sido aclamadas por el Profesor Andrei Codrescu como ejemplos de un estilo “realista y cómico” que explora un “universo innegablemente americano […] poblado por una humanidad inmensa y adorable impulsada en un trágico río de exceso de energía“.

La serie Sailor and Lula no solo ha conquistado las páginas, sino también la pantalla grande. La primera entrega, “Wild at Heart“, fue adaptada por el director David Lynch en 1990, ganando la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. Gifford continuó colaborando con Lynch, contribuyendo al guion original de “Lost Highway” (1997). “Perdita Durango“, la tercera entrega de la serie, se convirtió en una película en 1997, dirigida por Alex de la Iglesia con un guion coescrito por Gifford.

Su obra más reciente, “Black Sun Rising / La Corazonada” (2020), una novela negra del oeste, rastrea la lucha de la primera tribu nativa americana integrada en Norteamérica.

La vida de Gifford, nacido en una habitación de hotel en Chicago, se entreteje con la intriga; su infancia, marcada por un padre vinculado al crimen organizado, se revela en sus cuentos autobiográficos, conocidos como las historias de Roy. La película documental de 2020, “Roy’s World: Barry Gifford’s Chicago“, arroja luz sobre estos relatos. Después de un breve periodo en la Reserva de la Fuerza Aérea y un breve coqueteo con el béisbol, Gifford se entregó al arte de la escritura, tanto como periodista como poeta. Su residencia actual se encuentra en el Área de la Bahía de San Francisco, un escenario que refleja la diversidad y la vitalidad que impregnan su vasta obra literaria.

MI PADRE

El día
que él murió,

mi abuelo, el padre de mi madre, se sentó
en la cocina

a beber
té;

había migajas de pan
en su regazo

mientras lloraba.
Hijo de la muerte, miré

por la ventana
de la sala

en busca del gran
coche azul.

EN EL BAR CHEROKEE, JACKSON, MISSISSIPPI

Las palabras se esfuman
en este recinto
onírico
del
sur profundo

En un gabinete rojo
dos rubias
dejan de murmurar
mientras
los barcos fantasma
bogan
por la noche perfecta
y azul

AUTOPISTA 83

En Zapata, Texas
vi a una muchacha
mexicana
conduciendo una
vieja camioneta Dodge

Era tan hermosa
que por un momento
la tierra
dejó de girar
y todo lo que
me había
pasado
tuvo
un sentido
impecable

MÚSICA LATINA

En mi primera visita
a Barcelona
un marzo gris
pienso en mi amigo
Richard Matas
mitad francés
mitad catalán
poeta
se ahorcó
en un cuarto de hotel
en las Ramblas
cerca del
puerto

Recuerdo
a su hija
alta
hermosa
tenía veinte años cuando
él murió

Mi único amor verdadero
dijo Richard
en su última carta

Al quitarse
la vida
se perdió
la de ella

RESPUESTA A WANG WEI

Los amigos vienen
y se van
hay pocos auténticos

Año tras año
los rostros se evaporan
velozmente
como gotas
de lluvia

UNAS PALABRAS SOBRE RIMBAUD

Hace ciento once años
Rimbaud estaba en
Abisinia
tierra de hombres
con cola
y rostros rayados
llevando armas
esclavos, café
de Tadjoura
o Yibuti
a Harar
y más allá
el primer hombre blanco
que viaja al sur
no ve nada
que lo motive a escribir
lo aburre
el desierto
pero no puede
renunciar a él
truhán profesional
confundido
jodido
por salvajes
palabras inútiles
en la faz
de África
¡Arthur!
¿Te gustó
esta
penitencia?

ODA SEUDOPINDÁRICA A FRANCIS JAMMES

Por supuesto, Jammes estaba loco.
Su realidad era su imaginación:
allí vivía y hacía el amor
con flores, abejas, árboles, vírgenes perfectas.

Era un católico panteísta,
un soñador grácil, espléndido.
¡Qué delirante delicadeza la suya para incrustar
un riachuelo de abejas solares en un roble altivo!

La muchacha desnuda era su Rima, vibraba
como el brote de un membrillo silvestre en la lluvia;
el refugio del poeta se inflamaba de
estrellas de China, suaves plumas de niebla,
un temblor de arco iris.

¿Qué han hecho los hombres para que sufras tanto?,
pregunta la muchacha, ¿para que tu alma sangre?
¡Han mentido!, chilla el poeta.
A veces he querido irme con mis perros lejos,
muy lejos, a una playa remota donde
sólo se vea el sol y el agua
subir y bajar para morir entrelazados.

Es este el corazón de la locura, como dice ella,
y Jammes lo toca con elegancia.