Poesía de Uruguay
Poemas de Andrés Echevarría
Andrés Echevarría, nacido en Melo, Cerro Largo, Uruguay, el 26 de noviembre de 1964, se erige como una figura luminosa de la literatura contemporánea uruguaya. Poeta, ensayista y dramaturgo, su obra trasciende fronteras, resonando con una intensidad que dialoga tanto con el paisaje de su tierra natal como con las inquietudes universales del espíritu humano. Desde su adolescencia, marcada por el traslado a Montevideo, Echevarría ha tejido una carrera literaria de profunda reflexión y sensibilidad. Miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, su voz se alza como una de las más singulares de su generación.
Galardonado con prestigiosos reconocimientos, entre ellos el Premio Onetti y el Premio Nacional del Ministerio de Educación y Cultura, Echevarría ha llevado su palabra más allá de Uruguay, siendo declarado Hijo Adoptivo y Huésped Ilustre en Santiago de Chuco, Perú. Sus poemas y ensayos figuran en importantes antologías y revistas literarias internacionales, confirmando su lugar en el ámbito literario de habla hispana.
Su poesía, contenida en obras como Hotel de solitarios vodeviles (2017) y El animal inútil (2020), explora con precisión quirúrgica las aristas de la existencia y las sombras que habitan el alma humana. En el teatro, con piezas como Cuando la luna vuelve a su casa (2012) y La Historia en dos cuerpos (1992), construye escenarios donde la palabra se convierte en un espejo del tiempo, del amor y de la memoria colectiva.
A través de su participación en festivales y congresos internacionales, como el Congreso Internacional Vallejo Siempre en Montevideo y su rol protagónico en Lima durante los homenajes a Ciro Alegría, Echevarría se ha consolidado no solo como un creador, sino también como un curador e investigador literario. Destaca su curaduría en Juana, escándalo en la luz (2009), donde se amalgaman su pasión por la poesía y su meticulosa aproximación académica.
La obra de Andrés Echevarría es un jardín de luces y sombras, donde el lenguaje revela su capacidad de transformarse en puente hacia lo invisible. En cada verso y en cada diálogo, late la búsqueda incesante de una verdad poética que ilumine las esquinas más recónditas del ser. Su legado, sin duda, continuará marcando generaciones, guiando a quienes encuentran en la literatura un refugio y un espejo.
las horas vacías
cada tarde lleva un gesto dibujado
en el canto que respira su silencio
y las horas se contemplan con las horas
y a las horas se le escapan sus vacíos
el lector
en sus libros habita una insistente polilla
que separa las hojas le señala
la sombra quieta de la letra efe
le palpa la risa con su cosquilleo
y le azota el ahogo en la frente
escucha en la página la nota más blanca
y pasa de hoja y pasa de siempre
Letras infieles
Julieta ha huido en brazos de un íncubo; Romeo baila un tango con Justine; Thérése se desprende de las garras de Mauriac; Dulcinea observa fascinada a Zola mientras Nana le pasa su tarifa a Goethe quien, descaradamente, le manifiesta su pasión a Cassandra; Madame Bovary intenta atrapar a Ronsard; Don Quijote y Manon se envuelven en un vals; Baudelaire corta una rosa ante la mirada desconfiada de Flaubert; Marianne y Werther se han entregado a la lujuria; Francois sucumbe al vértigo de un súcubo travieso; Shakespeare llora de amor (amor inconcluso); “nunca te seré infiel” suspira Eros enamorado; “¡jamás!”.
Manifiesto de la irrealidad
Dada la posibilidad de un ángulo equidistante a otro que no lo sabe, encontrar el posible vínculo entre dos segmentos de una misma recta que sufre por haberse fraccionado. Todo esto teniendo en cuenta que el ángulo obtuso sufre de un agudo dolor de cabeza. También deberá tomarse en cuenta la posibilidad de que el álgebra se nos revele, y los números se nos escurran por la mesa con pancartas en la mano y el claro propósito de terminar con esta dictadura de la exactitud.
Fatuo
Su esposa aparentaba quererlo y su perro simulaba moverle el rabo; mientras, un apócrifo pájaro trinaba tras la ventana y el ilegítimo pez daba vueltas en la artificiosa pecera. Almorzó un supuesto filete de vaca, bebiendo la sangre de unas falsas naranjas (una mosca imaginaria se posó en el borde del ilusorio plato de porcelana). Recorrió las quiméricas habitaciones de su aparente casa y fingió sentarse en su inexistente sillón predilecto; un incierto control remoto se hospedó en su mecánica mano. Desde la automática voluntad, encendió el brillo fatuo de su dudoso televisor; allí, bajo la tutela autenticada de un mundo existente, un hombre verdadero, envestido de propiedad, le habló cruelmente del mundo real.
gotas catódicas
cuatro gotas catódicas: la que cayó sobre mi primera ausencia; la que golpeó tu ventana confundida con la lluvia; la que recorrió tu rostro impune y transparente; la que imaginé (tan solo); y la que me enseñó a contar hasta cuatro, hasta seis, hasta mil, hasta más.
- Augusto Rubio Acosta
- Ximena Adriasola
- Blas de Otero
- Manuel Scorza
- Manuel de la Torre Lloreda
- Eunice Odio
- Mercedes Marín del Solar
- Zahur Klemath Zapata
- Jorge Castillo Fan
- Bob Perelman
- Hugo Mujica
- Juan de Tassis y Acuña
- Victor Hugo
- Domingo Zerpa
- Jorge Pimentel
- Cecilia Vicuña
- Paul Géraldy
- Rafael Cadenas
- Quiteria Varas Marín
- Armand Gatti