Poesía de Francia
Poemas de André Pieyre de Mandiargues
André Pieyre de Mandiargues, una figura literaria de vastos horizontes, nació en el París de 1909, en el seno de una familia arraigada en la tradición calvinista. Su vida se tejió entre las letras y los misterios de la arqueología, encontrando fascinación en la antigua civilización etrusca y explorando las tierras mediterráneas con ojos ávidos de conocimiento. Durante la Segunda Guerra Mundial, halló refugio en Mónaco, donde las musas le susurraron versos y sus primeros poemas vieron la luz.
El encuentro con la pintora Bona Tibertelli de Pisis marcó un nuevo capítulo en su vida, llevándolo de regreso a París en un torbellino de pasión y creatividad. Allí, entre las calles adoquinadas y los cafés bohemios, se cruzó con las sombras del surrealismo, pero su pluma singular trazó su propio camino, alejándose de las influencias convencionales para explorar los recovecos más profundos del alma humana.
Su consagración llegó en 1967, cuando fue galardonado con el prestigioso Premio Goncourt por su novela “La Marge“, una obra que sumerge al lector en los callejones sombríos de una Barcelona decadente y provocadora. Su prosa, rica en matices y sugerencias, conquistó los corazones de los lectores y trascendió las fronteras lingüísticas, llevando su obra a la gran pantalla en películas que exploran los límites del deseo y la transgresión.
Mandiargues, además de novelista consumado, fue un poeta de hondas raíces, explorando los rincones más oscuros del alma con versos cargados de belleza y melancolía. Su sensibilidad única lo llevó a ser reconocido con el Grand Prix de Poésie de la Academia Francesa en 1979, un tributo merecido a su talento excepcional.
La fascinación de Mandiargues por el erotismo se refleja en su obra y en su vida misma, coleccionando juguetes eróticos y explorando los límites de la sensualidad humana con una curiosidad sin límites. Su legado, como el de un moderno alquimista de las palabras, sigue vivo en cada página de sus obras, recordándonos la eterna búsqueda del significado en un mundo efímero y cambiante.
El 13 de diciembre de 1991, Mandiargues cerró los ojos por última vez en su amada París, pero su voz sigue resonando en las letras y en los corazones de quienes se aventuran en el laberinto de su imaginación. En las calles de París, una calle lleva su nombre, y en las páginas de la literatura, su legado perdura como un faro de creatividad y pasión.
EN COIMBRA
a J.
Estoy en Coimbra o sea en Portugal
Los franceses se compran muñecas con traje regional
Yo en cambio compré jabón en la “Droguerie Astrale”
Ya que tengo la firme intención de lavarme las manos
De mi país y del resto incluido el tuyo
Lo más curioso en este sucucho
Es una especie de edificio que nada tiene de jardín
Y que no obstante se llama el jardín de la Mancha
Tiene pinta de alambique de cuatro trompas
Sus cuatro retortas son cuatro mini pabellones
Que podrían haber servido para sublimaciones,
Ahí de noche los tristes se vuelven medios [maripositas
Al ruido de una fuente tacaña de gotitas
Lo que no tiene nada que ver con la Fuente de la [Juventud
Cada uno lo sabe o por doctrina o experiencia,
Todo eso es de un hastío lo bastante agobiante como [para gustarme
Un atardecer al menos
Y sustraerme algún instante de los pensamientos.
LULÚ
La impúdica Lulú
Frota el último fósforo
En el muro de la cámara de gas,
Amen a Lulú que supo
Ofrecer a su último instante
El lujo de una llama
Chica y personal
Desafiando al fuego del crematorio
Amen a Lulú
Lulú
Que se burló de todo
Del amor y de los hombres
De ella misma y del resto
Y murió a los dieciséis
Luminosamente
Amen con frecuencia elogien
El gesto deschavetado
Que le hace honor a todas
Ojo con el instante fosforescente
en que el tiempo fue glorificado.
EL TRANSISTOR
Nido de abejas en el extremo de la rama
Un transistor se balancea del brazo derecho de [un idiota
El otro brazo que no lleva nada
Marca el paso a ras del muslo
Docta militarmente
La voz del gran idiota que gobierna el estado
Hace un ruido de abejorro al fondo de los alveólos
Está impeque el aparatito
Dice la hembra del idiota
Enamorada de los inventos
Orgullosa de la puntualidad de sus ovarios
Ignora que para los fines de la reproducción
Su mecanismo es artesanal
Y que se espera de las reinas de idiotas
Que serán considerables guatas blancas
Alojadas en celdas con forma de guata,
Cien mil idiotas por minuto
Más aún
Elevando la frecuencia copulativa,
A imagen del vientre original
Pronunciará el gran idiota
En un lindo movimiento de alas
A la loïe fuller en la tele
Luego la dicha querrá que su lengua se pegue
En la miel infinita de la idiotez final
XIII
Un viajero que fue a la India afirma
Que los rajás se lavan secretamente los pies
En un mueble en forma de reina Victoria
XXXVIII
Unas plumas sobre la boca del pueblo
Una verruga para los labios de las putas
Una garra que se encarna en los dientes del unicornio
Un gran dedo sobre la lengua del Papa
El más pequeño rizo como un pájaro pardillo
Roza el pelo que lo degüella.
XLII
Un enorme culo medio azul medio verde
Entre la camisa blanca
Y el vivo pantalón rojo
Reunió dos hermanas latinas.
LA ROCA NEGRA LLEVA UN BORCEGUÍ ROSA
La roca negra lleva un borceguí rosa
Zócalo del faro cuya pantorrilla se comba
Destella oro y ámbar en finas mallas
Por debajo de la liga que ciñe la plataforma
Donde asienta el fuego protector de los navíos
Fue así como por orden expresa del soberano
El real arquitecto de las costas
Modeló el más audaz de sus faros
Sobre la misma pierna de la favorita.
MEDIODÍA
A la orilla del mar Tirreno
Al pie de una torre en ruinas
Bajo la roja luz del mediodía
Tres amigos están sentados
Ellos conversan de cosas vagas
De cosas simples que suavemente se agitan entre amigos.
Viajan arrodillados en ese buque
Todo blanco en el fuego de mediodía
El cual huye a toda vela hacia mar adentro
Y hacia el resplandor del Oriente color de rosa
El navío desaparece en el otro lado del mundo
Al amanecer el cielo se colma de pureza
Y los amigos fundan el silencio
Unidos en una reposada nostalgia
¿Pues qué es esto que llega y no vendrá más
Cuál es el secreto de un instante perdido
Cuál es la sombra súbitamente extraviada
Como un gavilán silvestre
En la dorada luz de mediodía
Sobre un mar calmo y sobre una hermosa jornada?
LA HABITUAL
Ella está desnuda negra y blanca
Ella recarga su boca en la ventana
Sobre la encrucijada de un pequeño jardín
Se embellece cuando llueve
Cuando llora o cuando ríe
Ella siempre está ensimismada
Y los paseantes no la miran más a pesar de su gran belleza.
Ella es altiva y habitual
Como todas las puertas cerradas
De todas las casas de este país luterano.
LA ILUSORIA BELLEZA
En esta noche de luna y nieve
Tú estás más a la sombra que de costumbre
De este modo el estanque detrás de los abedules
Disco de aguas muertas enmudecidas en plomo
Más negro más pesado bajo el cielo pálido.
Tú no ves más que otro espejo
Donde estás solitario y desnudo
Aguerrido ante tu imagen
Tan verdaderamente fría que los pájaros
Vienen a morir en tu ventana
Y tú los ves morir
Sin consentir abrirles tus labios
Que los atraerán fuera del bosque.
Tan cálidos como un nido
Tus labios pegados a las baldosas
Por un artificio de besos
Muy rápidamente desvanecido.
EL CAFÉ ESPAÑOL
El otro blanco tres muros son azules
Bajo el techo azul más claro
Una canción desparramada
De las frutas demasiado verdes para nuestros dientes
Y el vino en mi garrafa
Es como una boca pintada
Que tiembla y no sabe decir nada,
Ya no me dices nada, no más,
Levántate yo me levanto
Donde tú vayas yo iré.
LA SAVIA
Un recuerdo del verano
Florece en la ventana fría,
A veces el pan de los sollozos
En un tronco salino
Donde reventó la ola ayer
Como un cultivo de aceitunas
Bajo la fértil esclavitud,
Las prisiones los talleres
Las losas de la ciudad
Son trampolines en pleno cielo
Donde el escupitajo espiritual
Ensanchó salvajemente
Al desafío de las servidumbres.
EL CAZADOR
Lo peor es la nieve
Dice Pierre otra vez
Y él veía a los ciervos
Correr en el ojo de su perro,
Él veía al ciervo
Morir otra vez
En el seno de una blancura manchada,
La bestia desnuda como una muchacha
El hombre rojo
Los cuerpos humeantes en el aire frío.
PEÑÓN DE IFACH
Ojo de un asno infinito
El sol meridiano
Aterrador el tiempo
Muero,
La sombra herida por una arista
Trabaja la arena
Hasta la matriz universal,
Las palabras en parte
Están tiradas en un lugar curvo
Que desciende
Que no cesará de descender,
Un bosque emerge
Blanco como un carnero muerto
Imagen del rey del mundo,
El cielo auxilia
Ardiendo en el azul
El pensamiento está en el umbral de la inmundicia.
FEBO FRÍO
Lord idiota de la muerte
Sol helado con blanco
Luna que se emboba con los perros
Dios luna
Fara de obsidiana
Febo invertido
Delos en los mármoles
Me opongo como un espejo
En las astillas heladas de tu risa
En el brillo de mi risa incendiaria.
- Roberto Cabral del Hoyo
- Antonio de Villegas
- León Felipe
- Esperanza López Parada
- José de Espronceda
- Manuel Maples Arce
- Salarrué
- Sergio Mondragón
- Alejandro Romualdo
- Magaly Alabau
- Luis Carlos López
- Omar Lara
- Roberto de las Carreras
- Hernán Miranda Casanova
- Carlos Aránguiz
- María Cristina Menares
- Rafael Mendoza
- Amílcar Osorio
- Amanda Castro
- Laura Riding