Poetas

Poesía de Argentina

Poemas de Alfredo Brandán Caraffa

Alfredo Brandán Caraffa (Córdoba 1898-Buenos Aires 1978) fue un novelista y poeta argentino de la vanguardia del ultraismo. Su participación ayuda a consolidar la literatura de vanguardia en su país.

ROTATIVAS EN MARCHA

El corazón de la tierra se ha puesto a latir:
es necesario pulverizar el silencio y todo ruido
también que no tenga mil años.
El pasado y los muertos
han caído desnudos en un viento de llamas.
Una gran catarata de aceros
golpea incontenible las futuras edades:
HOY
MAÑANA
DESPUÉS
los golpes aterrizan en un planeta sin sombra
bajo el cemento que trepida pectoral victorioso
pulmones gigantescos bombardean atmósferas
y la prole de émbolos da su alegría más clara
que una alegría de astros en el silencio.
Su gran rotativo conecta sus vísceras con un cable
de estrellas
y trepida el espacio
y se pone a trabajar una usina de mundos.
Y el corazón de la tierra es un motor ultrarrápido
enrojece la hélice poderosa del sol tan rápido
que la tarde,
hangar del viento
se ha puesto a temblar anunciando
el gran vuelo.

PRESAGIO

Lunas enormes,
Que toman posesión del mundo,
Y brillan hasta el alba
Como flores monstruosas.
En la muerte del día
Se aparecen trinfando;
Como un impenetrable presagio,
O como un palio.

Parece que trajeran
Una antigua promesa,
Y que fueran a abrila la primera noche.

Pero siempre se marchan,
Maduras y divinas,
Sin dar lo que su carne
Sueña para la tierra.

Secretos de la Torre Eiffel

Ametralladora silenciosa, perfora el cielo de París con sus balines de éter.
A las 5 de la tarde dispara su primer impacto que incrusta un fulgor sobre la bóveda celeste.
Después, no descansa un instante de regalar ventanas a la mística voracidad de los telescopios.
Hasta el alba despierta círculos psíquicos sobre la opaca sonoridad del silencio.
¡Qué crueldad misteriosa abrir tanta llaga de luz en la frente casta de la cuarta dimensión!
Una noche desfondará los cielos y caeremos todos sobre un clamor de ángeles.
Sólo la torre flotará sin zozobra con un gran salvavida de ondas hertzianas.
Éter:

depósito general del silencio, eras una pampa sin huellas donde gritaban su libertad los abismos del cielo.
El Norte no sabía del Sur ni el Este del Oeste porque cada camino transitaba la eternidad desnuda.
El misterio era un huerto sellado que guardaban con su exacto ladrido los cuatro mastines cardinales.
Pero una noche se levantó un gran signo de silencio.
Árbol perfecto, de una simiente de aerolitos, se empinaba sediento de pájaros astrales.
Y en su copa de acero se enredaron los gritos de los cuatro horizontes.
Desde entonces
el polo magnético sufre nerviosos sobresaltos,
y el misterio ha huido de su cárcel sin saber dónde refugiar su insomnio.
Torre Eiffel
tu sombra marca una hora sobre el cuadrante de los océanos.
Cuando los hombres se trepen sobre ti encontrarán la lengua que le quitó el castigo.
En tu antena
filosa espada pronta a rasgar el gran vientre absoluto [45]
anida el verbo que sonó en los ijares de la Babel maldita
Torre Eiffel
Ametralladora de siglos
árbol ultrasensible del moderno génesis.