Narrativa

Pedro, regresa

Denis Álvarez Betancourt

No sabes, Pedro, cuánto lamento que te hayas ido, y lo peor, que me pusieras en la disyuntiva terrible de elegir entre Pedrito y tú. Sé que al final recapacitarás y volverás a este, nuestro hogar, donde hemos pasado tanto juntos. Él está aquí, al lado mío y muy preocupado por ti.

La llamada del vampiro

Mariam Diéguez Sánchez

Cuando cerré el libro de Lestat, el vampiro supe lo que quería ser en el futuro: una vampiresa. Pero no una cualquiera, sino la jeba de Lestat. Me importó poco que fuera medio cherna, estaba segura que al verme las tetas, cambiaría de opinión. Fue entonces cuando empecé a frecuentar otro tipo de grupo…

Escaleras al suelo

Zulema de la Rúa Fernández

No sé de dónde soy, le respondo, ni cómo he llegado aquí… Ella me sonríe y regresa al hardcore, a la apoteosis de cuerpos enloquecidos, a los cabellos en remolinos.
El tiempo empuja las nubes de la ventana y las canciones de Rammstein quedan en absoluta libertad para estrujar las columnas de esta casa.

Te enseñaré a matar

Ernesto Pérez Chang

Aquí en la Isla todos recuerdan la llegada de Stevens Franz la misma noche tormentosa que la radio de tierra firme alertó a los del faro sobre una embarcación que había perdido el rumbo y quizás, de no haber sido tragada por las aguas, había encallado en los arrecifes cercanos al farallón…

El perro sobre el linóleo

Miguel Huezo Mixco

Fragmento de la novela La casa de Moravia, publicada por la casa editorial Alfaguara Penguin Random House en 2017…

La furia de los vencidos

Mauricio Escuela

El taller literario es eso, la furia moribunda de los no escritores. Nos miramos con el recelo y el melindre de expertos en la nada, jugamos al precio despreciado de unas obras que quedan en la gaveta o en el closet o en el cesto, junto al papel sanitario más común…

Naturaleza muerta con Lezama

Mauricio Escuela

El gordo se sienta con un tabaco en la puerta de su casa y la gente lo saluda con un “quéhaydonlezama”, él mira y devuelve el gesto. Es tan infeliz como yo, tiene cara de no conocer el sexo…

El juego de las estrellas

Laura Domingo Agüero

No tengo conciencia clara de mi espacio. Me desnudo lentamente. Soy como una estatua, una cosa blanca y resistente, y un poco fría. Sobre mí resplandecen muchos instrumentos…

El renacido

Yoandry Avila Guerra

Renato miró el aplanado y pequeño cuerpo en la inmensa palma de su mano y se mordió con fuerza, hasta sangrar, el labio inferior con sus blancos y enormes incisivos de conejo.

Los sueños de la carne

Ramiro Sanchiz

El que la encontró fue un pescador, muy temprano, y después se sentó ante su cuerpo Emilio, el loquito del pueblo, quien había presentido días atrás que la ballena iba a encallar…

Edén

Alianet Beltrán

He estado contento en los últimos días porque solo me falta un espécimen para completar mi tarea. Tengo un hobby, me fascina coleccionar flores. Dediqué alrededor de dos años a leer sobre botánica y jardinería.

Novios y otras microficciones

Rolando Revagliatti

Sí que tuvo novios la señorita Calistri: cuantiosas simpatías. Pero, a menudo, cuando le atraía el fondo humanitario del candidato, no se sentía conmovida por lo físico o lo facial…

Corazón sin fichas

Eduardo Caballero

Una cara feliz significa que te sientes bien, una cara triste significa que no. Así nos comunicaremos, podremos entendernos. El sol significa que hace buen día; la nube gris, que no hace buen tiempo

Tranquilo, tigre, nada nuevo

Pedro Juan Gutiérrez

Estoy acostumbrado a que todos mis romances sean excitantes y estremecedores. Amores de impacto. Huellas profundas. Finales psiquiátricos. Lo comprendía ahora, después de seis meses solo. Prácticamente solo, quiero decir.

Ahora que no estás

Eduardo Caballero

Fragmento de la obra homónima que ha sido considerada: “una novela conmovedora y directa que alcanza profundo al lector”…

Isla

Ahmel Echevarría

La muerte y el duelo por el líder histórico de la Revolución cubana confieren valor profético a este capítulo 16 de la novela Días de entrenamiento (Premio Franz Kafka 2010)…

Los voladores

J. Daniel Abrego

Una moneda, dos, tres o cuatro. Que más da. Ni todas las riquezas del mundo se comparan con la sensación de estar allá arriba y sentir que eres capaz de todo…

Trahit Sua Quemque Voluptas (Cada cual tiene una afición que le arrastra)

Orlando Cuéllar Castaño

Cuento del libro Kamadeva rendido a los pies de Tlazoltéotl, 2015…

La composición del guitarrista

Rusvelt Nivia Castellanos

El músico, sobre su escaño de hierro, deleita a todos con su melodía, les hace cómplices de su sensibilidad, de su magia, de su asombrosa creación…

El Príncipe Azul que dio Calabazas a la princesa que creía en cuentos de hadas (fragmento)

Rosetta Forner

Sobre este libro dice Marcos de Quinto en el prólogo: Rosetta Forner no nos habla desde la cátedra, sino desde el taburete de al lado, compartiendo unas Coca-Colas en la barra de un bar cualquiera…