Con la publicación de Pasado perfecto por una editorial de Gualajara, en 1991, nació el personaje más representativo del último medio siglo de literatura cubana. De inmediato se impuso en el imaginario de los lectores este policía “cubanazo”, natural de un barrio periférico de La Habana, que adora el ron, compartir con sus amigos de siempre y a Tamara, el amor de su vida.
Fanático de J. D. Salinger y la literatura en general, nostálgico, “un recordador de mierda” —al decir de su creador Leonardo Padura—, y poco ortodoxo a la hora de seguir el ABC de una investigación; pero con la voluntad de sobrellevar un entorno social cuyos valores se van resquebrajando, sin perder el norte de su sentido ético.
Luego vendrían Vientos de cuaresma, Máscaras y Paisaje de otoño, hasta cerrar una cuatrilogía que Padura define como la “crónica sentimental de la vida cubana contemporánea desde la perspectiva de mi generación”.
Abandona Conde su trabajo en la policía; sin embargo, reaparece en funciones de vendedor de libros en novelas posteriores: Adiós Hemingway, La cola de la serpiente, La neblina del ayer y la reciente Herejes. Todas ellas concebidas por el cubano ganador del Premio Princesa de Asturias como “falsos policiales”, donde más que la intriga criminal importa la pintura del contexto socio-histórico.
Tocaba a este 2016 festejar la gloriosa vida y obra de este antihéroe, favorito entre lectores cubanos y ya de alcance universal; y por ello la Embajada de España en La Habana organizó para él su tradicional Jueves de Cine y Literatura. El encuentro del 25 de febrero contaba con el aliciente adicional de que acaba de confirmarse el arribo de Conde al celuloide, con la filmación de las cuatro primeras novelas.
Producida a manera de serie de cuatro capítulos, con hora y media de duración cada uno, y la dirección del ibérico Félix Viscarret; este debut llega marcado por la sorpresa de que la cara de Conde en el cine será Jorge Perrugorría, el afamado actor de Fresa y Chocolate.
Tras un preámbulo musical protagonizado por el bajista Alain Pérez y la interpretación de Cucú Diamantes de un tema titulado “De borrachera en borrachera”, incluido en la banda sonora de la película, llegó el turno a Leonardo Padura y a Pichy Perugorría de presentar al público este proyecto.
El autor de El hombre que amaba a los perros, quien se ocupó personalmente de escribir el guión junto a su esposa Lucía López Coll, comentó: “Fue muy difícil, nos dimos cuenta de que las novelas son muy literarias, transcurren desde la perspectiva mental de Mario Conde y no hay tantos acontecimientos. El cine nos pedía más acción y ¡solo tenía un muerto por novela, no cinco!”
Por su parte, el Pichy confesó: “Llevo más de 15 años soñando con hacer este personaje. Varias veces Padura y yo tuvimos proyectos entre manos para concretarlo, pero hasta ahora no se dio. Y a la hora de la verdad sentí el peso de la responsabilidad de encarnar a un personaje tan conocido. Me está pasando que la gente me dice en la calle: ‛¡Pero tú vas a ser Mario Conde!’ y algunos lo dicen con beneplácito, pero a otros les rompo la imagen mental que se hicieron del personaje”.
A seguidas el público expectante que colmó la Embajada, tuvo el privilegio de ver el primer tráiler que divulga los fotogramas de la serie. Leonardo Padura afirmó después: “Les puedo garantizar que la película es muy atractiva y que Pichy ha creado un Mario Conde muy creíble”.
Hubo tiempo al final para la tanda de preguntas de los asistentes, donde Padura reveló sobre su próximo proyecto literario: “Lo que puedo adelantarles es que regresa Conde, cuando está cumpliendo 60 años y entrando a ‛la cuarta edad’; y la acción culminará durante una peregrinación por San Lázaro, en las vísperas del 17 de diciembre de 2014.1
Al momento de responder acerca de las semejanzas existentes entre autor y personaje, Padura expresó jocoso: “Al principio Mario Conde se parecía a mí. Ahora es Padura quien se está pareciendo cada vez más a Mario Conde.”
NOTA:
1. Fecha en que los gobiernos de Cuba y Estados Unidos anunciaron la decisión de dejar atrás el prolongado diferendo y comenzar una etapa de paulatino acercamiento hacia la normalización definitiva de las relaciones entre ambos países.