IV
Rebusco en los cajones unos guantes de cabritilla para arrancarme el alfiler de la lengua. ¡Adel! ¡Deja la pajarería y sé un hombre coño! ¡No seas pendejo!, dice Adel padre. ¡No le grites más, por favor! ¿Qué van a decir los vecinos? dice Cuba.
Ni un par de guantes decentes en esta casa. Ni un miserable encaje de Brujas para romper el embrujo de mi lengua alfiletero.
Se acerca uno de los invisibles. Es un ahogado de fragata colonial.
Unos pescadores han robado las cosas finas de mi naufragio, burbujea. Pero la señora Virginia le hace llegar esto desde Montuiri. Es un disco de Billie Holliday.
Lo pongo bajo la aguja de mi lengua. Lo ensalivo.
Ni una apestosa raspa de flan de calabaza. Ni un buchito de prú oriental. Aun así, que comience el varieté.
Mas se escucha nada.
Lo siento, dice el ahogado. Los Apto Far no tenéis derecho a Billie Holliday.
(Preludian. Bajan la luz. Y sale, sin bata ni mantón, La Nada)
Come away oh human child to the waters and the wild, y verás que yo, La Nada, he vuelto a tragarme tu asteroide de la Fantasía. Esta vez no hay grano de arena, no hay Atreyu que te salve, ni un solo Bastian que te renombre. No habrá derrumbamientos, ni viejitos de la montaña.
¡Imposible!, yo soy Isla. Emperatriz Infantil y tengo el Aurin.
(Le muestro el chupón que me ha dejado Omar Cardona, el mulato de la perla. La Nada ríe mientras se abanica con un periódico estrujado. Se puede apreciar aún el titular de una noticia: Declaran profesionales de endocrinología del MINSAP Cuba es nuestra.)
Imposible no, Impasable. Nada es Imposible.
Pues invoco contra ti al Ángel de la Jiribilla. Ora pro nobis. Lo imposible al actuar sobre lo posible, engendra un posible en la infinidad. Yo soy la Emperatriz, insisto, EL SER. Y tú eres La Nada, el NO SER.
Mira remaricón, conmigo no vale Parménides. No eres el Ser, ni el Ente. Todo existe por una creencia, una repetición ab infinitum, y nadie te repite porque no te tragan, nadie cree en ti. Ni las hadas, ni los centauros, ni los cemíes, ni los dioses. Ni los pelirrojos, ni los tartamudos, ni las tataguas. No hay Atreyus ni Bastianes que quieran nombrarte. Tuyo es el no reino. Hijo bastardo de un dios con cola de serpiente. Leamos tu ficha de la biblioteca.
Adel
Hijo bastardo de: Huracán y Cuba
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Subfilo: Hexapoda
Clase: Reptilia
Orden: Artefacto
Familia: Nyctaginaceae
Categoría: Extinto Preocupación menor
Eres un engendro más, un bastardo más de ese dios que anida en tu isla. Por eso tu sangre se hace agua si no comes de todas las carnes. La carne es lo primero. Pero aun antes que la carne están los vientos y la muerte que llevas en el genoma.
¿Y si primero Me nombro?
Te romperás, porque estás hecho de silencio.
Me rompo, y cada parte rota, será un todo. Nombro mis partes.
¡Alambrada!
alambrada. f. Cerca de alambres afianzada en postes para impedir el paso. || 2. Mil. Red de alambre de espino que se emplea en campaña para impedir o dificultar el avance de las tropas enemigas. Diccionario de la RAE
Soy la Alambrada. Hermana siamesa de aquella del platanal de tía Coaba con crin de caballo enganchada en sus pinchos, (si las pulsas al oído, suenan como una cítara). Con trazos lunares de babosa, momias de orugas, pellejos de la espalda de algún guajiro borracho, zarcillos de cundeamor, de frijol caballero. Dorada por el rocío de los milenios. Sangrante por el óxido. Con los cimientos besados por maticas de tua-tua.
Mi primo Lucas en el platanal de Coaba, con sus amigos, con Pancho El Bobo. Están agujereando un banano para meter los pitos. Sacan babosos los machetes. También los pitos. ¿Qué tú haces aquí? ¡Ahora vas a hacer de matica de plátanos para todos nosotros!, dice Lucas. Hasta para el caballo. Yo haciendo como que corro. Yo que descruzo la alambrada, hacia el manglar. El diente de perro oculto entre las anémonas me rompe la piel. Ellos me alcanzan. Estoy feliz de ser una matica para todos ellos. De darles cobijo. Florezco. Doy frutos que nadie come. Se pudren.
¿Qué te pasó en esos pies, en esas nalgas, en esos brazos?
Tía Coaba, es que eran las doce de la noche, salí corriendo, y se me rompieron los zapatos de cristal de la Cenicienta. ¡Que eran de murano! Los cristales se me encajaron por todo el cuerpo y yo me convertí en arabesco de plata.
Te dije que no caminaras descalzo en el monte. Que no cruces la alambrada. Cada vez que uno cruza esa cerca, se queda allí algo de nosotros. Deja que venga Lucas, le voy a decir que te regañe, porque yo no sé regañarte. Anda y lávate bien que te voy a echar mierda de gallina en ese arabesco para que no te dé gangrena.
Leamos tu diario. Dice La Nada mientras se abanica con la carátula de mi historia clínica deshecha en menudos pedazos.
Querido diario, le digo a Lucas: yo no quiero más cocuyos, son muy feos. Cuando le pregunto a los cocuyos cuántos novios tendré, brincan, y brincan y brincan. Prefiero las animitas.
Dice Lucas: claro pajarita, eso es porque serás la puta del pueblo, porque los cocuyos alumbran por la cabeza, y los que alumbran por la cabeza, se vuelven putas de la cabeza. Las animitas alumbran por el culo. Así que serás puta de culo y de cabeza, tú eres una animita mitad cocuyo.
Y le mordí la mano.
Y él, para que yo aprendiera, me amarró en la cerca para que Pancho el loco me preñara. Pero lo que parí de nuevo fue agua.
Se despide de usted,
Isla
Ves, te rompiste. Y tus partes nunca llegarán a ser tu todo, dice La Nada abanicándose con una hoja de uva caleta. Ahora vas a crecer hacia dentro, sin fotosíntesis, hacia lo oscuro, como aquellas semillas que viste en la gruta sin luz, germinadas para morirse de sombras. Pasto de murciélagos. Último vuelo antes de enraizar en la gruta. De nada les sirve pedir auxilio con zarcillos. Da las gracias.
Arigato, thanks, grazie, moltes gracies, merci.
¡Tía Coaba! Que no me pongan en lo obscuro a morir como un traidor.
Come away, oh human child, allá tú me ves allá. Estaré con las bibijaguas y las cochinillas. Estaré con los huesos de mis muertos, de tus muertos.
Ay de mí, Llorona, Llorona, Llorona, llévame al río
Y vino la Llorona a ordenar a machetazos, ¡hazte alambrada, carajo, para que la gente pueda secar sus trapos y sus ollas! Para que amarren a los caballos y ellos puedan rascarse. Para que no huyan las vacas y sus niñas lecheras. Para colgar el pellejo de perro que desayunaron un martes.
Se dice carnero de portal Adelito, pero es perro. Se dice pavo de altura, pero es aura. Se dice conejo de tejado, pero es gato. Todo para ti, así no se te agua la sangre. ¿Asco de qué? ¡Nada de ascos con la carne! La carne es lo primero. De jicotea, de cocodrilo, de jutía, de cangrejo, de sigua, de sapotoro, de zunzún. Tú tienes que comer carne porque sino se van a dar cuenta todos de que no eres gente.
¿Soy entonces alambrada? ¿Con sus plumas de gallina de Guinea, sus ramas de jibá y de pepinillo, de coralillo, de platanillo? ¿Con sus polimitas y sus mojones de lagartija?
Coaba yo quiero vivir aquí contigo.
¡Díselo a tu mamá!
Yo: Buenos días compañeros. Hoy el matutino le toca al grupo 5 B. Para decir el lema, yunndooosstreessss: Musa Paradisiaca ampara a los amantes. Platanus orientalis desampara a los amantes.
(Aplauso deportivo)
Adel remaricón
Firma anónimo
Y ellos: compañeros, para hacer esta alambrada, júntense todas las manos, los negros sus manos negras los blancos sus blancas manos.
Y yo: Ombra mai fu. Vengan a mí los queer, los dementes, las niñas solas, los desvariados, los incestuosos, los berdache. Vengan todos mis hermanos hijos de Huracán. Ya está el té, hora del varieté.
Ellos: Ven tú, Alambrada, ven tú, Ánima Sola, ven tú La Llorona. Estamos invitados a tomar el té, no en jícaras, no en plásticos, ¡nunca en aluminio! Queremos tu tazón de prímulas. Queremos que nos cantes tu ausencia de andrógenos, que nos cantes tu andrógino. Danos la mano y danzaremos danos la mano y amarás. Eres isla que indefine su forma aligatórida, tu forma de cocodrilo. Te indefines en manatí. Sirénido. Todos se atan al mástil de su chalupa por huirte el canto. Chuparemos tu pezón adolescente, ginecomástico. Lámenos tú las axilas mientras dormimos la borrachera. Lámenos el pecho, el cuello, los labios, el vello púbico, las corvas. Chúpanos entre las nalgas mientras hacemos como que dormimos. Trágate todo el alambre y la pendejera. Caga y teje como una araña.
A LLosuan le gusta Adelito
Anónimo
Yo: No quiero ver las cosas ocho veces, no quiero repetir las cosas ocho veces.
Ellos: Hagamos de ti una alambrada, cortante y tajante. Una frontera entre los tullidos y las reinas. La puerta del cuarto de las meninas. Que el alambre entre y salga por tu nariz, por tu boca. Que deje raíces, lianas, fósiles, y para siempre, en antebrazos, muslos, camisetas de poliéster y sueños REM de quien te cruce. Tuyo es el reino del humus. Este reino de pinchos. Bocas que tragan sin mascar. De dormidos y marjales.
Adelito, cariño, convence a Coaba para que se mude para La Habana. A ti te va a hacer caso. Espero que te gusten los calcetines. ¡Son de marca! Que no te los quite Lucas. ¿Vale? Besos, tu prima Lucía.
¿Dónde va la cojita que miraunflí que miraunflá? ¿A dónde va la niña sola? Voy al río a comer cundeamor, tía Coaba. No comas más cundeamor te he dicho, eso es de biajacas y sinsontes. Luego te vas a ir volando. Mira, ¿viste? ¡ya cantas como un sinsonte! Ay Coaba. Yo quiero al cundeamor, para que el amor me cunda.
Nunca serás cundido, a no ser de piojos. Nunca amado ni amada porque amar lo amable no es amor. Eres cerco de espino, puercoespín. Todos irán doblándote hacia la tierra, para poder cruzarte. Te robarán pedazos para un corral de puercos. Querrán verte doblado, lamiendo de tu propio culo, enfermando de Escherichia coli, aprendiz de ciempiés humano. Y donde iban a salirte las flores, te saldrán raíces. Serás un ouróboros, y todas tus hojas irán a dar a los charcos. No podrán ser humus porque se ahogarían las lombrices.
Soy la alambrada que mantiene a raya a los hombres del estero. Quien no les deja dormirse en el légamo ni en la tembladera sin robarles un rezo al Sagrado Corazón de Jesús. La casa de coleópteros lepidópteros, himenópteros y dípteros.
Yo, el ánima sola: los negros con sus manos negras y los blancos con sus blancas manos. Vengan, ¡vengan ya! A meterme mano. Hagan de mí alambrada. Para siempre, frontera.
Ellos: No nos gustan tus pies semejantes a escaramujos del pantano. Tus pies no caben en el río que te ha de conducir a la nada, al país en que no hay grandes pies, ni pequeñas manos, ni ahorcados. Grotesca criatura de gruta. Grutesco.
grutesco, ca. (Del it. grottesco, der. de grotta, gruta). adj. Perteneciente o relativo a la gruta (ǁ estancia subterránea artificial). Columna grutesca. Artífice grutesco. || 2. (Porque imita los que se encontraron en las grutas, nombre con el que se conocen las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, en Roma). Arq. y Pint. Se dice del adorno caprichoso de bichos, sabandijas, quimeras y follajes. U. t. c. s. m. Diccionario de la RAE
Adiós, La Nada, adiós, adiós.
(Fin del Varieté)
¡Ay! Ni un guante, ni una chalina. Ni una cochosa zapatilla de ballet.
Basta ya, ¡cojones! Dos años se pasan hasta debajo de una piedra, grita Adel padre.
Justo ahí
donde la sombra de la roca
el agua mansa
Santoka