Los sitios esperados
LOS SITIOS ESPERADOS
Cada muro es preciso de recorrer porque es la piedra la que nos sostiene, la piedra azul que rueda cada día y permanece. Los parques que nos vieron caminar saben que llegaremos a los sitios esperados. El tiempo pasa, la luz termina llevándonos al final del día. El vuelo de las gaviotas anuncia tu llegada. Estamos bajo el árbol, los peldaños están hechos de raíces silvestres. Tu mirada permanece como si el tiempo nos hablara. Se ha de cambiar el alma y la pesadumbre del día mientras la calzada antigua nos acompañe. Todo es un espacio que compromete la forma de caminar, el brillo infinito de las hojas nos muestra el aire. Hay un sitio en que todo permanece. El tiempo pasa. Hoy nada es más importante que el sueño. Aquí todo se resume cuando los muros dejan de ser la venda de los hombres.
EL TIEMPO
He ido descubriendo la bestia de las ferias. El polvo demacrado de las conquistas. He ido trasnochando cada segundo que se devora como una realidad y nada he recibido como estímulo, nadie viene a explicar que no se ha terminado la marcha hacia las puertas. He ido descubriendo la bestia de las ferias, el polvo demacrado de las conquistas. Los tambores emigran hacia la punta del malecón, el cuerpo de Ángela aún yace en la bahía comida por los peces. Mis amigos se despiden de la hojarasca, de una lluvia tranquila. El tiempo cubre el cuerpo.
CAMBIO DE VIDA
Es mi calle el silencio de toda una ciudad. Pienso en tu noche lejos de este olor a neblina, a sudor esmaltado en mi piel. No significa nada estar perdido, caminar otra vez con la mirada en busca de un por qué metafísico que nos desplome. Escojo pensar en tus piernas cortando mi aire, tomas el grito de mi vientre en tu garganta. Pienso entonces en emigrar a otra dimensión, en no salir de esta isla mientras me besas los ojos. Todos los días miro tu rostro, imagino el tiempo en que andábamos dispersos, rodeados de amigos fantasmas, de té y semillas que alguien siembra con amor. Escojo quedarme en tu sitio de no podador de árboles. No significa nada estar perdido. Ha pasado otro tiempo de cenizas, tiempo difícil de soltar y perder como se pierde el hambre. Escojo este sitio en que nada me condena.
LA PARED
Tuvimos un árbol. Yo jugué hasta cansarme las piernas. Jugué y recité poemas sobre las familias, sobre la soledad del hombre que no resiste su rostro. Jugué entre mis cenizas hasta donde pude. La pared no tiene un nombre común mientras la mires como una pared. No supe andar descalza por mi piso. No supe encontrar el árbol que sembramos en tu patio. Árbol que fue cortado sin piedad. Sin luz pequeña en las manos cortantes. Fui toda pieza de un círculo abstracto, marco de cuadro en galería. La pared no tiene un nombre común mientras la mires como una pared. Tuvimos un árbol. Triste convertir sus hojas en esqueleto de árbol que sufre la ausencia. Es mentira que muera o deje de crecer. Es mentira que saques de tu cama mis olores. Es mentira el país con sus monedas falsas. Yo no muevo mi esqueleto para que lo abandones como si fuera un árbol. Es mentira mi ausencia en tu pecho. Reciclo mi espalda y me bebo toda la hierba posible. No huimos como si fuésemos la palabra que no se quiere oír, no soy la palabra ni nada al alcance de tu pared. Soy el árbol.
DENEGADOS
Viajes, remesas familiares. Eso tiene un nombre apócrifo o narcótico. Pasaporte, seguro de vida, sello de diez pesos convertibles. Agencia DHL si olvidas los papeles necesarios. Fotocopias recientes de las páginas uno y dos, cuños sin discurso del por qué se viaja a otro minuto de vida, perfume y cascarilla debajo del zapato, flores amarillas y azules para cruzar el mar. Cruz en la espalda por si ese día coges el virus de la demencia. Demencia no es viajar sin seguro de vida hacia lo desconocido. Demencia es vivir sin viajar con seguro de vida hacia lo desconocido. Viajes, remesas familiares. No se tira la muchacha debajo del camión con papeles que dicen Denegado, se tira en una balsa hecha de corcho y cámaras del camión. Luego aparece su rostro en los arrecifes. Muchacha que sueña con viajes y remesas familiares. Hoy yace con mordiscos de peces salvajes en la bahía.
EL FARO
Ayer fuimos amantes apacibles, tiernos amantes apacibles como ninguno en esta época. Vuelvo de entre las esquirlas de mi cuerpo, del mar y su ventisca que insiste en atrapar mi duelo hacia la noche. Pude fabricarle al niño un barco de papel que se desmorona con la lluvia, pero insisto y el barco de papel no se hunde. La arena soporta todo el tiempo mi espera, cuerpo lastimado e indemne. Vuelvo desde las monedas que alguien guarda. En mi isla han puesto nuevas estatuas que roen el devenir, el credo y la distancia de alguien que huye, el tiempo miserable que pasa. Seguiremos siendo los amantes apacibles de toda una ciudad. Alguien hace estatuas por placer. Sentada en la arena me despido de los amigos que no han llegado. Por esa forma de disecar sus cuerpos, de desnutrirlo todo es que me confundo. Me escondo y miro sus tatuajes de los ochenta. Amigos míos, cada noche que escapas de la isla viene siendo la misma en New Jersey, o la Habana. No a las estatuas, no al mar que come de tus piernas. Seguiremos sentados sobre el muro, seguiremos siendo los amantes apacibles. Tus besos han renovado mis escamas y pude fabricarle al niño un barco de papel, barco de papel que se desmorona con la lluvia. Pero insisto y el barco de papel no se hunde.
PENSAR
Suelto en la noche anda un muchacho pensando. Nunca fue pensar el destino de un hombre. Pensar que el camino transforma su calma precisa puede cambiar el destino de un viajero. No soy el viajero que busca cambiar la ciudad. No soy la puerta. No soy el muchacho que piensa. Nadie puede cambiar el destino de un viajero.
LA OVEJA NEGRA
Negra es la oveja que hay en las familias. La oveja negra de mi familia no espera un porvenir brillante. No aprende la lección sobre símbolos patrios, ni supera su miedo a caer. La oveja negra de mi familia se esconde en los techos y mira la noche que no aguarda tampoco el porvenir. La oveja negra nunca es igual que las demás ovejas. Sueña la verdad que no existe, de cómo cruzar tranquila los pueblos de otros lugares y mirar la noche desde los techos. La familia de la oveja negra no enseña cómo soportar la realidad que consume sus hilos diariamente. Sus hilos y su carne cubren los cuerpos desnudos del invierno y dan alegría a otros seres que no miran la noche desde los techos.
MONEDAS
Las monedas son la razón del aire. El aire es la razón de querer arrancar este sitio de piedras. Este sitio de piedras viene siendo mi escondite. Mi escondite va a ser mi temor a lo que huye de mí, a mi pecho desplomado y muerto por los perros. Los perros de mi cuerpo han ido a cazar. No encuentran pasaje de libre acceso a los trenes. Las monedas brillan en tus manos, cuelgan en tu pecho, reconocen el sitio despoblado. Las regalo sin dolor de regalar monedas y huyo.
EL OBRERO
No seré hormiga muerta en la arena de mi calle, donde los obreros luchan la madera de su casa, la arena será la mezcla del hotel o de la casa que lucha el obrero. No seré la hormiga muerta por un ciclista, el ciclista será un asesino que nunca cumplirá su condena, irá entretenido, pensando en la casa que ve construir, que sería bueno si fuera su casa la casa del obrero. Pisa a la hormiga. Yo. Y no quedo en su goma vieja de bicicle abandonada, quedo en la arena de playa como una hormiga insignificante. Podré ser una hormiga muerta, estaré en una de las paredes que el obrero luchó para su casa, pero no quiero ser hormiga muerta en la pared del obrero.
EL PESCADOR
No hay tijeras que corten la soga de mi cuello frente al mar, no hay lancha esperando al viejo pescador semidesnudo, hay soga con nudo alrededor de mi cuello, no tijeras ni lanchas esperando al viejo pescador que sabe. Pudo un hombre cruzar sin soga alrededor de su cuello, pudo resistir un hombre y cruzar sin soga frente al mar.
Zurelys López Amaya. La Habana, 1967. Poeta y narradora
Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido varios premios en encuentros literarios. Poemas suyos han sido incluidos en las revistas: Universidad Autónoma de México; Somos Jóvenes; Orobó, de Brasil; Matanzas; El Caimán Barbudo; Unión; La Jiribilla; El Mar y la Montaña,de Guantánamo; Ariel, de Cienfuegos y Paralelo Sur, deMadrid. Tiene publicados los poemarios Pactos con la sombra, por la Editorial Unicornio (2009), Rebaños (2010), por la Editorial Extramuros, con reedición en los Estados Unidos por la Editorial Atom Press. Actualmente labora como especialista en el Centro de Información de Escritores de Literatura Cubana Contemporánea, del Centro Cultural Dulce María Loynaz en la ciudad de La Habana.