Traidor, inconfeso y mártir

Resumen del libro: "Traidor, inconfeso y mártir" de

«Traidor, inconfeso y mártir», la obra sin duda mejor construida de José Zorrilla (1817-1893), fue una de las que más estimó su autor y en la que, según propia confesión, más esfuerzo y entusiasmo puso. Si «Don Juan Tenorio» significó, dentro de la literatura de la primera mitad del siglo XIX, la culminación de una forma dramática a la vez que su superación, «Traidor, inconfeso y mártir» significa la prolongación de esa forma: el drama histórico de orientación nacional. De ahí su doble condición de paradigma (es la síntesis más acabada de modo zorrillesco) y de hito de referencia (representa la conclusión de un modo y forma dramáticos y de la propia obra teatral de Zorrilla).

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Personajes

DOÑA AURORA.

GABRIEL ESPINOSA.

DON RODRIGO DE SANTILLANA, (alcalde de casa y corte).

DON CÉSAR DE SANTILLANA, (capitán de jinetes del primer tercio de Flandes).

UN ESCRIBANO.

SOLDADOS.

OTROS CRIADOS.

ARBUÉS.

BURGOA Y NAO D’ANDRADE.

EL MARQUÉS DE TAVIRA.

EL DOCTOR N.

ALGUACILES.

UN CRIADO DE BURGOA.

La escena en los dos primeros actos pasa en una posada de Valladolid; y el tercero, en Medina del Campo, en el año de 1594 de N. S. J. C.

Acto I

Antesala en una posada de Valladolid. Puerta en el fondo, que da al exterior. Dos a la izquierda, que dan al interior. Ventana a la derecha.

Escena I

BURGOA, que aparece; un CRIADO que sale por el fondo.

CRIADO.—

Señor amo.

BURGOA.—

¿Qué hay?

CRIADO.—

Un hombre.

BURGOA.—

¿Qué quiere?

CRIADO.—

Veros.

BURGOA.—

Que pase.

CRIADO.—

Entrad aquí, seor hidalgo.

Escena II

BURGOA; el MARQUÉS, embozado.

MARQUES.—

Buenas noches.

BURGOA.—

Dios le guarde.

MARQUES.—

¿Eres tú el huésped?

BURGOA.—

Yo soy.

MARQUES.—

¿Luis Burgoa?

BURGOA.—

Y Nao d’ Andrade.

MARQUES.—

¿Portugués?

BURGOA.—

Lo canta el nombre: de Alfontes, en el Algarbe.

MARQUES.—

Paisanos somos.

BURGOA.—

¿Sois vos también?…

MARQUES.—

Escúchame y cállate.

BURGOA.—

Callo y escucho.

MARQUES.—

Esta noche vendrá a pedir hospedaje en esta posada un hombre, cuyas señas voy a darte para que no le equivoques.

Edad, cuarenta años; traje negro, cabello rapado, barba crecida, semblante pálido, mirada de águila, sonrisa triste, andar grave.

BURGOA.—

Con tantas señas, señor, que le equivoque no es fácil.

MARQUES.—

Aún faltan más; una dama en su compañía trae de apenas diecisiete años, y haciendo veces de paje, viene sirviéndoles a ambos un veterano de Flandes, en quien, por más que se afana por tosco labriego en darse, se revelan a la legua las costumbres militares.

Lo mismo sea sentirles a tus puertas acercarse con luz y sombrero en mano saldrás hasta los umbrales; mandarás de sus caballos cuidar, y sus equipajes subir a los aposentos mejores que puedas darles.

Los servirás a su antojo los más sabrosos manjares y los vinos más añejos, y entre tanto que ocuparen cuarto en tu posada, en ella no recibirás a nadie.

Yo toda entera la alquilo para ellos. Ahí va parte del gasto que hacerte puedan. Cuando esa suma se acabe te rellenaré esa bolsa; lo que sobre, para gajes del huésped y de los mozos.

Adiós y silencio, Andrade.

BURGOA.—

Un momento, caballero. ¿Y si ese hombre preguntare quién paga su gasto?

MARQUES.—

Nada digas.

BURGOA.—

¿Y si se obstinare en saberlo?

MARQUES.—

Guardarás silencio; y la cuenta al darme tu silencio y sus porfías pondrás como cantidades en guarismos, y yo sólo veré las sumas totales. Pero ten cuenta, Burgoa, porque el oro que aquí ganes crecerá con tu prudencia y te se irá con tu sangre; porque indiscreciones de oro con hierro es bien que se atajen, y fortuna que se canta siempre se la lleva el aire.

BURGOA.—

Señor…

MARQUES.—

Adiós, que no quiero que aquí, si llegan, me hallen.

(Vase.)

Traidor, inconfeso y mártir – José Zorrilla 

José Zorrilla. Autor teatral y poeta español, José Zorrilla nació en Valladolid el 21 de febrero de 1817 y falleció en Madrid el 23 de enero de 1893. Aunque estudió Derecho en varias universidades, su afición al dibujo y otros menesteres hicieron que su padre, un seguidor acérrimo del absolutismo, lo enviara a su tierra natal para que se dedicara a la agricultura. Zorrilla escapó a Madrid a lomos de una mula robada, iniciando su carrera literaria en medio de una gran precariedad.

Un poema improvisado a la memoria de Larra tras su muerte le dio popularidad y le acercó a literatos de su tiempo como Juan Eugenio Hartzenbusch o José de Espronceda. Sustituyó al propio Larra como articulista en el periódico El Español, al tiempo que publicaba diversos poemas y estrenaba varios dramas con bastante éxito. Viajó a Francia en 1845, donde conoció a autores que él admiraba como Víctor Hugo, Théophile Gautier o Alejandro Dumas, regresando un año después a España, con motivo de la muerte de su padre, que se negó a perdonarle por una vida muy alejada de sus ideales.

Zorrilla viajó de nuevo por diversos países huyendo de su esposa y de las deudas contraídas en España, pasando tiempo en Francia, Inglaterra, México y Cuba. Con la subida al poder de Maximiliano I fue nombrado director del Teatro Nacional de México, lo que alivió las penurias económicas que lo habían acompañado en su periplo americano.

De vuelta a España volvió a depender de la protección de algunos amigos de la clase pudiente, aunque se fueron acumulando distinciones como ser nombrado Cronista de Valladolid o su coronación como Poeta Laureado en 1889, en Granada. Tanto por su obra como por su vida es uno de los personajes más importantes del movimiento romántico español.

De entre su obra habría que destacar, de entre el resto de títulos, el Don Juan Tenorio, obra de gran influencia no sólo en la literatura en castellano, sino también a nivel europeo. La representación del Tenorio se ha convertido en un clásico que se realiza la noche de difuntos.