Traición
Resumen del libro: "Traición" de Harold Pinter
Traición, de Harold Pinter, es una obra de teatro que explora las complejidades y las consecuencias de la infidelidad. La trama se desarrolla en un orden cronológico inverso, empezando por el final de la relación adúltera entre Emma y Jerry, y retrocediendo hasta el momento en que se conocieron. A lo largo de la obra, se revelan los secretos, las mentiras y las traiciones que han marcado la vida de los personajes, incluyendo a Robert, el esposo de Emma y el mejor amigo de Jerry.
La obra es una de las más aclamadas del dramaturgo británico Harold Pinter, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005. Pinter se inspiró en su propia experiencia como el amante de la presentadora de televisión Joan Bakewell durante siete años. La obra se estrenó en Londres en 1978 y desde entonces ha sido representada en numerosos escenarios del mundo, así como adaptada al cine y a la televisión.
Traición es una obra que cuestiona la naturaleza del amor, la amistad, la lealtad y la memoria. Con un estilo sobrio y minimalista, Pinter crea unos diálogos llenos de tensión, ironía y humor. Los personajes se enfrentan a sus propias contradicciones y a las de los demás, mostrando las diferentes perspectivas y los diferentes grados de conocimiento que tienen sobre lo que ha ocurrido. La obra también juega con el tiempo, creando un efecto de contraste entre el pasado y el presente, entre lo que fue y lo que es.
Traición es una obra maestra del teatro contemporáneo, que nos invita a reflexionar sobre las relaciones humanas y sobre las verdades ocultas que pueden determinar nuestro destino.
ESCENA 1ra.
1977
Bar. Primavera. Tarde. Londres.
EMMA Está sentada en una silla de la esquina derecha. JERRY Se aproxima a ella llevando bebidas: Un vaso de cerveza para él, un vaso de vino para ella. JERRY toma asiento. Sonríen, brindan en silencio, beben. JERRY se arrellana y mira a EMMA.
JERRY.- Bueno…
EMMA.- ¿Cómo estas?
JERRY.- Muy bien.
EMMA.- Te ves bien.
JERRY.- Bueno, en realidad no estoy tan bien.
EMMA.- ¿Por qué? ¿Cuál es el problema?
JERRY.- ¡La cruda! (Levanta el vaso) ¡Salud…! (Bebe.) ¿Tú, cómo estás?
EMMA.- Yo estoy bien (Mira alrededor, luego a JERRY.) Como en los viejos tiempos.
JERRY.- Humm. Han pasado muchos años.
EMMA.- Sí. (Pausa) Pensé en ti el otro día.
JERRY.- Válgame Dios. ¿Por qué? (EMMA se ríe) ¿Por qué?
EMMA.- Bueno a veces es agradable acordarse. ¿No crees?
JERRY.- Totalmente. (Pausa) ¿Cómo va todo?
EMMA.- Pues no va mal. (Pausa) ¿Sabes hace cuánto que no nos vemos?
JERRY.- Bueno, fui a esa exposición privada… ¿cuándo fue?
EMMA.- No, no me refiero a eso.
JERRY.- Ah, ¿quieres decir solos?
EMMA.- Sí.
JERRY.- Uuhm…
EMMA.- Dos años.
JERRY.- Sí, hace como dos años. Mmm. (Pausa)
EMMA.- Mucho tiempo.
JERRY.- Sí, mucho… (Pausa) ¿Y cómo va todo? La galería…
EMMA.- ¿Cómo crees que va?
JERRY.- Bien. Muy bien yo diría.
EMMA.- Me da gusto que lo digas. Bien, realmente muy bien. Me gusta.
JERRY.- Son chistosos ¿no? Los pintores…
EMMA.- No son nada chistosos.
JERRY.- ¿No? ¡Qué lástima! (pausa) ¿Cómo está Robert?
EMMA.- ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?
JERRY.- No lo he visto en meses. No sé por qué. ¿Por qué?
EMMA.- ¿Por qué, qué?
JERRY.- ¿Por qué me preguntas cuando fue la última vez que lo vi?
EMMA.- Por curiosidad. ¿Cómo está, Sam?
JERRY.- Judith, querrás decir.
EMMA.- ¿Sí?
JERRY.- Acuérdate de lo que hacíamos. Yo te preguntaba por tu marido y tú me preguntabas por mi esposa.
EMMA.- Sí, claro. ¿Cómo está tu esposa?
JERRY.- Muy bien. (Pausa)
EMMA.- Sam ya debe estar… muy alto.
JERRY.- Es alto. Bastante alto. Corre mucho. Le gusta correr largas distancias. Quiere ser zoólogo.
EMMA.- No ¿de veras? Qué bien. ¿Y Sarah?
JERRY.- Ya tiene diez años.
EMMA.- Dios mío. Claro que sí.
JERRY.- Sí, diez años. (Pausa) Ned tiene cinco ¿verdad?
EMMA.- Qué bien te acuerdas.
JERRY.- Bueno de eso sí me acordaría. (Pausa)
EMMA.- Sí. (Pausa) Estás bien, pues, de todos modos…
JERRY.- Oh…sí, claro (Pausa)
EMMA.- ¿A veces piensas en mí?
JERRY.- No necesito pensar en ti.
EMMA. – Oh…
JERRY. – No necesito pensar en ti. (Pausa) Bueno, de todos estoy bien. ¿Tú cómo estás?
EMMA.- Bien. Realmente muy bien.
JERRY.- Te ves muy linda.
EMMA.- ¿De veras? Gracias. Me da gusto verte.
JERRY.- A mí también. Quiero decir verte.
EMMA.- ¿Piensas en mí a veces?
JERRY.- A veces pienso en ti. (Pausa) Vi a Charlotte el otro día.
EMMA.- No… ¿Dónde? No me dijo nada.
JERRY.- Es que no me vio. En la calle.
EMMA.- Pero si no la has visto en años.
JERRY.- La reconocí.
EMMA.- ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste saber?
JERRY.- Pues la reconocí.
EMMA.- ¿Y qué aspecto tenía?
JERRY.- Como tú.
EMMA.- No, en serio. ¿Qué pensaste de ella…?
JERRY.- Pensé que era encantadora.
EMMA.- Sí, es muy… Es despampanante. Tiene trece años. (Pausa) ¿Te acuerdas de aquella vez… cuando, oh, Dios mío… cuando la levantabas y la tirabas hasta el techo y luego la agarrabas?
JERRY.- Era muy liviana.
EMMA.- Se acuerda de eso, sabes.
JERRY.- ¿De veras?
EMMA.- Mmm. Eso de que la avienten a una.
JERRY.- Qué memoria. (Pausa) No sabe… lo de nosotros ¿verdad?
EMMA.- Claro que no. Solo se acuerda de ti, como de un viejo amigo.
JERRY.- Eso es. (Pausa) Sí, todo el mundo estaba allí ese día, viendo alrededor, tu esposo, mi esposa, todos los niños, me acuerdo.
EMMA.- ¿Qué día?
JERRY.- Cuando la levanté hasta arriba. Fue en la cocina de tu casa.
EMMA.- Fue en la de tu casa. (Silencio)
JERRY.- Amor mío.
EMMA.- No digas eso. (Pausa) Todo…
JERRY.- Parece que fue hace muchísimo tiempo.
EMMA.- ¿Sí?
JERRY.- ¿Igual, te sirvo otra? (JERRY toma los vasos, va a la barra, EMMA se queda quieta en la silla. JERRY regresa con los vasos en las manos, se sienta)
EMMA.- Pensé en ti el otro día. (PAUSA) Iba manejando por Kilburn. De repente me di cuenta donde andaba. Me detuve, así nomás, luego di vuelta en Kinsale Drive y avancé hasta Wesex Grove. Pasé frente al edificio y luego me detuve como cincuenta yardas más adelante, como hacíamos antes ¿te acuerdas?
JERRY.- Sí.
EMMA.- Había gente saliendo del edificio. Luego se iban por la calle.
JERRY.- ¿Qué clase de gente?
EMMA.- Ah…gente joven. Luego me bajé del carro y subí las escaleras. Vi los timbres, ya sabes, los nombres en los timbres. Busqué nuestro nombre. (Pausa)
JERRY. – Green. (Pausa) Y no lo viste ¿verdad?
EMMA.- No.
JERRY.- Es porque ya no vamos allí. No hemos ido allí en años.
EMMA.- No, no hemos ido.
JERRY.- Oí decir que has estado viendo de vez en cuando a Casey.
EMMA.- ¿Qué?
JERRY.- A Casey. Me acabo de enterar de que… a veces lo ves.
EMMA.- ¿Dónde oíste eso?
JERRY.- Ah… gente… en pláticas.
EMMA.- Qué cosa.
JERRY.- Lo curioso del caso fue que lo único que realmente sentí fue irritación, quiero decir irritación de que nadie chismeara de nosotros así, en aquellos días. Estuve a punto de decir, pues mira, tal vez se tome una copa de vez en cuando con Casey, a quien le importa, pero ella y yo tuvimos una relación durante siete años y ninguno de ustedes, idiotas, tuvo la menor idea de lo que estaba sucediendo. (Pausa)
EMMA.- Me pregunto. Me pregunto si todo el mundo lo sabía, todo el tiempo.
JERRY.- No seas tonta. Estuvimos geniales. Nadie supo. ¿Quién podía andar por Kilburn en esos días? Sólo tú y yo. (Pausa) De todas maneras ¿qué es eso de tú y Casey?
EMMA.- ¿Qué quieres decir?
JERRY.- ¿Qué está pasando?
EMMA.- Tomamos una copa de vez en cuando.
JERRY.- Pensé que no te gustaban sus libros.
EMMA.- He cambiado. O sus libros han cambiado ¿Estás celoso?
JERRY.- ¿De qué? (Pausa) No podría tener celos de Casey. Soy su agente. Lo asesoré en lo de su divorcio. Leí todos sus manuscritos. Convencí a tu marido de que publicara su primera novela. Lo acompañé hasta Oxford para que hablara en la Unión. Es mi… Es autor mío. Lo descubrí cuando era poeta y de eso ya hace muchísimo tiempo. (Pausa) Incluso me ha llevado a Southampton a conocer a su mamá y su papá. No podría estar celoso de Casey. Como quiera que sea no es como si estuviéramos teniendo una relación ahora, ¿verdad? No nos hemos visto en años. En realidad, yo soy muy feliz si tú eres feliz. (Pausa) ¿Y qué hay de Robert? (Pausa)
EMMA.- Bueno… creo que nos vamos a separar.
JERRY.- ¿Sí?
EMMA.- Tuvimos una larga plática… anoche.
JERRY.- ¿Anoche?
EMMA.- ¿Sabes de qué me di cuenta…anoche? Me ha estado traicionando durante años. Ha tenido… otras mujeres, durante años.
JERRY.- ¿No? ¡Qué barbaridad! (Pausa) Pero nosotros lo traicionamos a él muchos años.
EMMA.- Y él me traicionó a mí durante años.
JERRY.- Bueno, yo nunca lo supe.
EMMA.- Ni yo. (Pausa)
JERRY.- ¿Y Casey sabe de esto?
EMMA.- Me gustaría que no le siguieras llamando Casey. Se llama Roger.
JERRY.- Sí, Roger.
EMMA.- Yo te telefoneé a ti. No se por qué.
JERRY.- Qué cosa más curiosa. Éramos muy buenos amigos ¿verdad? Robert y yo, aunque no lo he visto en muchos meses, pero en todos esos años, en todos esos tragos, todas esas comidas… que tuvimos juntos, a mí nunca se me ocurrió… nunca sospeche siquiera… que hubiera otra persona… en su vida, aparte de ti. Nunca. Por ejemplo, cuando estás con un amigo en un bar, o en un restaurante, por ejemplo, de tanto en tanto se va a hacer pipí, ves, quien no, pero lo que quiero decir es que, si tiene que echar un telefonazo así, muy discreto, como que uno lo siente, como que uno puede oír el ring, ring, ring. Bueno, nunca tuve esa sensación con Robert. Nunca hizo ese tipo de llamadas ring, ring, en ninguno de los bares donde estuvimos juntos. Lo curioso es que yo era el que hacia las llamadas ring, ring… a ti, cuando lo dejaba emborrachándose en el bar. Eso es lo curioso. (Pausa) ¿Cuándo te dijo todo esto?
EMMA.- Anoche. Creo que estuvimos toda la noche sin dormir. (Pausa)
JERRY.- ¿Hablaron toda la noche?
EMMA.- Sí, claro que sí. (Pausa)
JERRY.- ¿No hablaron de mi, verdad?
EMMA.- ¿Qué?
JERRY.- Es que…
EMMA.- Te llamé hoy en la mañana, sabes, eso es todo, porque yo… porque somos viejos amigos… He estado de pie toda la noche… todo ha terminado… de repente sentí que quería verte.
JERRY.- Bueno, mira, me da mucho gusto verte. Me da. Me da pena que… lo de…
EMMA.- ¿Te acuerdas? Quiero decir ¿te acuerdas?
JERRY.- Me acuerdo. (Pausa)
EMMA.- En realidad te resultaba muy latoso mantener el departamento de Wesexx Gove cuando lo pusimos ¿verdad?
JERRY.- El amor se adapta a todo.
EMMA.- Compré las cortinas.
JERRY.- Te adaptaste.
EMMA.- Oye, de veras, no te quise ver por nostalgia, quiero decir ¿de qué se trata? Solo quería ver cómo estabas. De veras. ¿Cómo estás?
JERRY.- Oh, eso que importa. (Pausa) No le hablaste de mí a Robert anoche ¿verdad?
EMMA.- Tuve que hacerlo. (Pausa) Me lo dijo todo. Y yo le dije todo. Estuvimos despiertos… toda la noche. En cierto momento Ned bajó de su cuarto. Tuve que llevarlo a la cama, tuve que regresarlo a dormir. Luego volví a bajar. Creo que las voces lo despertaron. Tú sabes…
JERRY.- ¿Le dijiste todo?
EMMA.- Tuve que decírselo.
JERRY.- ¿Le dijiste todo… lo de nosotros?
EMMA.- Tuve que hacerlo. (Pausa)
JERRY.- Pero si es mi mejor amigo. Quiero decir, he tenido a su propia hija en mis brazos y he jugado con ella subiéndola y bajándola y todo, en la cocina de mi casa delante de él.
EMMA.- No importa. Ya acabó todo.
JERRY.- ¿Sí? ¿Qué es lo que acabó?
EMMA.- Todo. (Emma bebe.)
…
Harold Pinter. Escritor británico. Nació el 10 de octubre de 1930 en Londres. Criado en un barrio del este de la capital poblado por familias obreras inmigrantes, una experiencia que se ve reflejada en muchas de sus obras.
Trabajó para el cine, la radio y la televisión. También es poeta. Tras ingresar en la Royal Academy of Dramatic Art, en 1950 publicó su primer poemario titulado 'Poetry London'.
Durante los años cincuenta recorrió Irlanda y otras regiones de Reino Unido para representar obras teatrales, en las que él mismo participó como actor con el sobrenombre de 'David Baron'. Actor en varias compañías de repertorio. En sus primeras obras se relacionó con el teatro del absurdo.
Desde El cuarto su primera obra estrenada en la Universidad de Bristol en 1957, Pinter mostró los elementos y temas sustanciales que desarrollaría en el resto de sus obras. "Dos personas en un cuarto" escribe Pinter, "La mayoría de las veces me ocupo de esta imagen de dos personas en un cuarto. Se levanta el telón del escenario y la veo como una poderosa pregunta: ¿qué les va a suceder a esas dos personas? ¿Alguien va a abrir la puerta y a entrar?". Las paredes del cuarto de Pinter encierran más preguntas que respuesta. Su teatro nace del principio de incerteza.
Escribió 29 obras, entre ellas 'La fiesta de cumpleaños', 'El portero', 'El retorno al hogar' y 'Betrayal', 21 guiones, entre ellos 'The Servant', 'The Go-Between' y 'La mujer del teniente francés'. Dirigió 27 producciones teatrales, entre las que destacan 'Exiles' de James Joyce, 'Oleanna' de David Mamet y 'Celebration'.
Fue galardonado con el Premio Shakespeare, el Premio Europeo de Literatura, el Pirandello, el Premio de Literatura británica David Cohen, el Laurence Olivier, y el Molière de honor a toda su carrera. En 1999 ingresó en la Compañía de Literatura de la Royal Society. Además de por su producción literaria, es reconocido por su activismo político.
En 2002 sufrió una operación de cáncer y ese mismo año, durante su discurso como doctor 'Honoris causa' por la Universidad de Turín, se declaró claramente en contra de la guerra en Irak. Durante años denunció el bombardeo de la OTAN sobre Serbia o la guerra de Irak, que le llevó a calificar a Tony Blair, presidente del Gobierno británico de "idiota iluso" y a equiparar con el régimen nazi al gobierno estadounidense de Bush, al que calificó de "asesino de masas".
Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2005 por sus "obras, en las que descubre el precipicio en los balbuceos cotidianos y las fuerzas que entran en la opresión de los espacios cerrados".
Contrajo matrimonio con la escritora Antonia Fraser. Casado en segundas nupcias con una historiadora.
Harold Pinter falleció en Londres el 24 de diciembre de 2008.