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Todos los cuentos

Todos los cuentos - Clarice Lispector

Todos los cuentos - Clarice Lispector

Resumen del libro:

Autora de brillantes y personalísimos relatos que figuran entre los más emblemáticos de la literatura brasileña, Clarice Lispector está unánimemente considerada como una de las más importantes voces del siglo XX. Su figura y su legado irradian a día de hoy el mismo poderoso magnetismo que ha venido cautivando a los lectores de todo el mundo desde que en 1943 apareciera publicado su primer texto.
Todos los cuentos recoge por primera vez en un único volumen la totalidad de su narrativa breve, reconocida como la vertiente más rica, fascinante y acabada de su obra. En su centro, siempre con el inimitable hálito que Lispector supo insuflar a todos sus escritos, se encuentra la suma de sus inquietudes vitales: el impacto abrumador de la realidad cotidiana, lo efímero de la fulguración poética o el perpetuo interrogante sobre la identidad femenina y la condición del ser humano.

Glamur y gramática

«¿Renunciáis al glamur del mal y rechazáis el dominio del pecado?», pregunta el cura anglófono a los fieles en Pascua. La pregunta contiene una fusión, hoy poco frecuente, de glamur y hechicería. El glamur era una cualidad que confundía, cambiaba de forma, envolvía las cosas con un aura de misterio. Como escribió sir Walter Scott: «es el poder mágico de engañar la visión de los espectadores de tal manera que la apariencia de un objeto sea totalmente diferente de la realidad».

La legendariamente bella Clarice Lispector, alta y rubia, con sus extravagantes gafas oscuras y su bisutería de gran dama carioca de mediados del siglo pasado, se adecuaba a la definición moderna de glamur. Trabajó como periodista de moda y sabía encarnar muy bien su papel. Pero Clarice Lispector es glamurosa en el sentido más antiguo de la palabra: como una hechicera, literalmente encantadora, un nervioso fantasma que embruja todas las ramas de las artes brasileñas.

Su hechizo creció de forma exponencial después de su muerte. En los idus de 1977 habría sonado a exageración afirmar que era el escritor más importante del Brasil moderno. Hoy, cuando ya no parece una exageración, las cuestiones de prevalencia artística son, hasta cierto punto, irrelevantes; lo que importa es el amor magnético que inspira a sus admiradores. Para ellos Clarice es una de las mayores experiencias emocionales de su vida. Pero su glamur es peligroso. «Cuidado con Clarice», advirtió hace décadas un amigo a una de sus lectoras: «Eso no es literatura, es brujería».

La conexión entre literatura y hechicería forma parte importante de la mitología de Clarice Lispector. Esa mitología ha sido poderosamente impulsada por internet hasta el punto de poder ser considerada hoy una rama menor de la literatura brasileña. Circula sin igual online y allí se encuentra una obra fantasmal, llena de falsas profundidades, vibrante de pasión. Online también, Clarice ha adquirido un cuerpo virtual póstumo porque aparecen constantemente imágenes de actrices interpretándola en vez de su verdadero retrato.

Aunque la tecnología ha cambiado de forma, su transformación en mito no es una novedad. Clarice Lispector se hizo famosa a finales de 1943, cuando se publicó Cerca del corazón salvaje. Había acabado de cumplir veintitrés años, una estudiante anónima de una familia de inmigrantes pobres; su primera novela tuvo un impacto tan grande que un crítico escribió: «No tenemos registro de un estreno tan sensacional, que haya elevado a un lugar tan destacado un nombre que, poco antes, era completamente desconocido». Pero pocas semanas después de hacerse conocido el nombre su propietaria dejó Río de Janeiro.

Durante casi dos décadas ella y su marido, el diplomático Maury Gurgel Valente, vivieron en el extranjero. Aunque hacía visitas regulares al Brasil, no volvió para quedarse hasta 1959. Durante ese intervalo florecieron las leyendas. Su apellido de eco extranjero se convirtió en objeto de especulación; un crítico sugirió que era un seudónimo, otros que en realidad era un hombre. Esas leyendas reflejan una inquietud, una sensación de que Clarice no era exactamente lo que parecía ser: «que la apariencia de un objeto sea totalmente diferente de la realidad».

Todos los cuentos – Clarice Lispector

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