Soy un gato

Soy un gato

Resumen del libro: "Soy un gato" de

“Soy un gato” es una novela magistral de Natsume Sōseki que cautiva al lector desde su primera línea: “Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre.” La historia está ambientada en el Japón de la era Meiji y sigue las divertidas y perspicaces reflexiones de un astuto gato callejero que se ve involuntariamente inmerso en el mundo de la bienpensante clase media de Tokio.

El protagonista, el gato sin nombre, vive en la casa del profesor Kushami y su familia, aunque los humanos apenas se percatan de su presencia. Desde su posición privilegiada, observa con agudeza las idiosincrasias y peculiaridades de los seres humanos con los que comparte espacio. La sátira descarnada que el gato realiza sobre la burguesía Meiji, sus costumbres, modales y vanidades, revela tanto su ingenio a prueba de bombas como su humor mordaz.

El círculo de personajes que rodea al gato es una galería de individuos excéntricos: el profesor Kushami, un hombre de mal genio y tendencia a los estornudos; Meitei, el amigo charlatán e irritante del profesor; y Kangetsu, un joven estudioso que, en vano, trata de conquistar el corazón de la hija de los vecinos. A través de las interacciones con esta disparatada tropa de humanos, el gato expresa su visión cínica y reveladora sobre la naturaleza humana y la sociedad en general.

La obra de Natsume Sōseki trasciende la mera comedia y se convierte en una aguda crítica social. A medida que el lector se sumerge en las ocurrencias y reflexiones del felino, también se sumerge en la esencia de la sociedad japonesa de la época. Las observaciones ingeniosas y la astucia del gato revelan aspectos profundos de la psicología humana, las contradicciones y aspiraciones de la clase media emergente durante la era Meiji, y la complejidad de las relaciones humanas.

El estilo narrativo de Sōseki es impecable y fluido, permitiendo al lector ser testigo de las situaciones cómicas y, al mismo tiempo, reflexionar sobre cuestiones más profundas. “Soy un gato” es una obra maestra que se destaca por su agudeza satírica, su habilidad para capturar la esencia de la sociedad japonesa en un momento crucial de su historia y su capacidad para entretener y provocar la reflexión al mismo tiempo.

En resumen, “Soy un gato” es una novela que trasciende el tiempo y la cultura, con personajes inolvidables y un protagonista poco convencional que nos muestra la humanidad desde una perspectiva única. A través de su humor y crítica social, la obra sigue siendo relevante en la actualidad, deleitando a los lectores con su ingenio y ofreciendo una visión profunda de la sociedad y la naturaleza humana.

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Capítulo 1

Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre. No sé dónde nací. Lo primero que recuerdo es que estaba en un lugar umbrío y húmedo, donde me pasaba el día maullando sin parar. Fue en ese oscuro lugar donde por primera vez tuve ocasión de poner mis ojos sobre un espécimen de la raza humana. Según pude saber más tarde, se trataba de un ejemplar de lo más perverso, un shoshei, uno de esos estudiantes que suelen realizar pequeñas tareas en las casas a cambio de comida y de alojamiento. En algún sitio he escuchado incluso que, en ocasiones, esos crueles individuos nos dan caza y nos guisan, y luego se nos zampan. Aunque he de decir que, debido quizás a mi ignorancia y a mi poca edad, no sentí nada de miedo cuando lo vi. Simplemente noté que el shoshei en cuestión me levantaba por los aires en la palma de su mano, y que yo me sentía flotar. Una vez me acostumbre a esta novedosa perspectiva, tuve ocasión de estudiar tranquilamente su rostro. El sentimiento de extrañeza todavía permanece en mí hoy en día. En primer lugar hablaré de su cara: por lo que yo sabía, las caras de todo bicho viviente suelen estar cubiertas de pelo. Sin embargo, la suya estaba lisa y pulida como la superficie de una tetera. He conocido a lo largo de mi vida a muchos gatos, de orígenes diferentes, pero ninguno tenía una deformidad como la de ese tipo. Pero no sólo era eso. Había más. El centro de su rostro estaba ocupado por una enorme protuberancia, con dos agujeros en medio por los que, de vez en cuando, emanaban pequeños penachos de humo; algo que consideré ciertamente sofocante y fastidioso. Durante un rato me sentí enfermar por causa de esas asfixiantes exhalaciones. Ha sido sólo recientemente cuando he aprendido que aquel humo era producido por el tabaco, una cosa que, por lo visto, a los humanos les pirra.

Durante un rato estuve bastante cómodo, allí en su mano. Hasta que, de pronto, las cosas empezaron a desarrollarse a una velocidad de vértigo. No sabría decir si era el shoshei quien se movía o si era yo, pero, en cualquier caso, noté que empezaba a marearme sin remedio y que el estómago se me revolvía. Estaba ya convencido de que mis días habían llegado a su fin y que el mareo me mataría sin remisión, cuando, de repente, ¡plaf!, sentí un fuerte golpe y mi visión se nubló con miles de estrellas. Mi discernimiento, claro hasta ese momento, se nubló. A partir de ahí, por muchos esfuerzos que haga, no me acuerdo de nada.

Al volver en mí, el shoshei había desaparecido; tampoco había ni rastro de ninguno de mis numerosos hermanos. Ni de mi madre, que hasta entonces había sido la persona más importante de mi vida. Cuando me desperté del todo, descubrí que estaba en un sitio aterrador. Comparado con mi antigua madriguera, aquel lugar estaba excesivamente iluminado. De hecho era tan cegador que los ojos me dolían, hasta el punto de que apenas podía mantenerlos abiertos. ¿Qué me estaba sucediendo? Comencé a arrastrarme como pude, intentando salir de allí, pero la experiencia fue de lo más dolorosa. Al parecer, me habían sacado súbitamente de la cómoda y caliente cama de paja que compartía con mis hermanos para arrojarme de modo inmisericorde a un pinchoso matojo de bambúes.

Soy un gato: Natsume Sōseki

Natsume Sōseki. Seudónimo literario de Natsume Kinnosuke, fue mucho más que un escritor. Nacido en 1867 en el seno de una familia samurái en decadencia, su infancia marcada por la adopción y la soledad prenunciaba un alma atormentada y profunda. A pesar de estudiar inicialmente Arquitectura, su corazón latía por la literatura inglesa, una pasión que lo llevó a adoptar el seudónimo "Sōseki", que significa "terco".

Sōseki, maestro en el arte de la composición de haikus, comenzó su carrera como profesor de inglés en la lejana Matsuyama. Allí, lejos del bullicio de la civilización, halló la inspiración para sus primeras obras, como la aclamada "Soy un gato", donde un felino observa satíricamente la sociedad burguesa Meiji.

Sus años en Londres, becado para estudiar inglés, fueron una experiencia de soledad y penuria económica, pero también de enriquecimiento intelectual. De regreso en Tokio, enseñó literatura inglesa, una labor que le resultaba odiosa, y se entregó por completo a la escritura.

Su pluma incisiva y sarcástica dio vida a obras como "Botchan", "Sanshiro" y "Kokoro", donde exploró las contradicciones de una sociedad en transformación y la lucha interior de sus personajes entre la tradición y la modernidad.

El fallecimiento prematuro de Sōseki en 1916, a la edad de 49 años, dejó un legado literario inigualable. Sus obras, consideradas joyas de la literatura japonesa, continúan resonando en la mente y el corazón de los lectores, explorando las complejidades del alma humana con una maestría incomparable. Natsume Sōseki, un caminante solitario en el paisaje literario, es una figura venerada en Japón y en el mundo, cuyo retrato adorna los billetes de 1000 yenes como testimonio de su inmortalidad en la historia cultural de su país.