Sinuhé, el egipcio
Resumen del libro: "Sinuhé, el egipcio" de Mika Waltari
En el ocaso de su vida, el protagonista de este relato confiesa: «porque yo, Sinuhé, soy un hombre y, como tal, he vivido en todos los que han existido antes que yo y viviré en todos los que existan después de mí. Viviré en las risas y en las lágrimas de los hombres, en sus pesares y temores, en su bondad y en su maldad, en su debilidad y en su fuerza». Sinuhé el egipcio nos introduce en el fascinante y lejano mundo del Egipto de los faraones, los reinos sirios, la Babilonia decadente, la Creta anterior a la Hélade…, es decir, en todo el mundo conocido catorce siglos antes de Jesucristo. Sobre este mapa, Sinuhé dibuja la línea errante de sus viajes; y aunque la vida no sea generosa con él, en su corazón vive inextinguible la confianza en la bondad de los hombres.
LA CESTA DE CAÑAS
Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo del porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros.
Porque todo lo que se ha escrito hasta ahora lo fue para los dioses o para los hombres. Y sitúo entonces a los faraones también entre los hombres, porque son nuestros semejantes en el odio y en el temor, en la pasión y en las decepciones. No se distinguen en nada de nosotros, aun cuando se sitúen mil veces entre los dioses. Son hombres semejantes a los demás. Tienen el poder de satisfacer su odio y de escapar a su temor, pero este poder no les salva la pasión ni las decepciones, y cuanto ha sido escrito lo ha sido por orden de los reyes, para halagar a los dioses o para inducir fraudulentamente a los hombres a creer en lo que ha ocurrido. O bien para pensar que todo ha ocurrido de manera diferente de la verdad. En este sentido afirmo que desde el pasado más remoto hasta nuestros días todo lo que ha sido escrito se escribió para los dioses y para los hombres.
Todo vuelve a empezar y nada hay nuevo bajo el sol; el hombre no cambia aun cuando cambien sus hábitos y las palabras de su lengua. Los hombres revolotean alrededor de la mentira como las moscas alrededor de un panal de miel, y las palabras del narrador embalsaman como el incienso, pese a que esté en cuclillas sobre el estiércol en la esquina de la calle; pero los hombres rehuyen la verdad.
Yo, Sinuhé, hijo de Senmut, en mis días de vejez y de decepción estoy hastiado de la mentira. Por esto escribo para mí solo, lo que he visto con mis propios ojos o comprobado como verdad. En esto me diferencio de cuantos han vivido antes que yo o vivirán después de mí. Porque el hombre que escribe y, más aún, el que hace grabar su nombre y sus actos sobre la piedra, vive con la esperanza de que sus palabras serán leídas y que la posteridad glorificará sus actos y su cordura. Pero nada hay que elogiar en mis palabras; mis actos son indignos de elogio, mi ciencia es amarga para el corazón y no complace a nadie. Los niños no escribirán mis frases sobre la tablilla de arcilla para ejercitarse en la escritura. Los hombres no repetirán mis palabras para enriquecerse con mi saber. Porque he renunciado a toda esperanza de ser jamás leído o comprendido.
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Mika Waltari. Mika Toimi Waltari (Helsinki, 19 de septiembre de 1908-Helsinki, 26 de agosto de 1979) fue un prolífico escritor finlandés, reconocido mundialmente por sus novelas históricas. Hijo de Toimi Armas Waltari y Olga Maria Johansson, contrajo matrimonio con Marjatta Luukkonen en 1931, con quien tuvo una hija, Satu. El apellido Waltari fue adoptado por su abuelo paterno, Gustaf Helenius, quien se trasladó a Helsinki como albañil, cambiando el apellido por el nombre de la granja de su familia.
Waltari fue un autor extremadamente prolífico, escribiendo al menos veintinueve novelas, seis colecciones de poesía, veintiséis obras de teatro y diversos guiones para radio y cine, además de traducciones, reseñas y artículos. Su obra más conocida, "Sinuhé, el egipcio" (1945), fue adaptada al cine en 1954 y ha sido traducida a más de treinta idiomas.
Entre sus obras publicadas en español se destacan: "Sinuhé, el egipcio", que relata las aventuras de un médico egipcio en el mundo antiguo; "El etrusco", una historia de un joven huérfano que participa en la Rebelión Jonia y luego se encuentra en Roma y el mundo etrusco; "Mikael Karvajalka", una narración sobre las aventuras de un aventurero en el siglo XVI, testigo de eventos como el baño de sangre de Estocolmo y el saqueo de Roma; "Mikael Hakim", segunda parte de Mikael Karvajalka, donde abraza la fe musulmana y vive aventuras en el Imperio otomano; "Johannes Angelos", que narra la defensa de Constantinopla contra los ejércitos del sultán otomano Mehmed II, y "Juan el Peregrino", una precuela que relata las aventuras de Juan Angelos en su juventud.
La vasta producción de Waltari incluye una amplia gama de géneros, desde novelas históricas hasta obras cortas, en las que retrata la complejidad de la historia y la sociedad con una maestría única. Su capacidad para sumergir al lector en épocas y lugares lejanos, combinando ficción con una profunda investigación histórica, lo convierte en uno de los autores más destacados de su tiempo. Su legado literario sigue cautivando a lectores de todo el mundo hasta el día de hoy.