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Segunda Fundación

Resumen del libro:

Hari Seldon predijo la caída del Imperio, y, con el fin de restaurar la civilización en el menor tiempo posible, creó dos Fundaciones.

La primera fue establecida en Términus a plena luz del conocimiento público. La segunda, «en el otro extremo de la galaxia», tomó forma bajo un velo de total silencio, ya que custodia las leyes de la psicohistoria, que solo son válidas mientras permanezcan en secreto.

Cuando la Primera Fundación fue conquistada por el poder de una sola persona, un mutante llamado el Mulo, la Segunda Fundación se vio forzada a revelar su existencia y, lo que es peor, una parte de su poder. El Mulo y los vestigios de la Primera Fundación harán cualquier cosa por descubrirla.

Esta es la historia de la Segunda Fundación.

Prólogo

El Primer Imperio Galáctico había resistido durante decenas de miles de años. Había incluido a todos los planetas de la galaxia en un gobierno centralizado, en ocasiones despótico, en ocasiones benévolo, pero siempre disciplinado. Los seres humanos habían olvidado que podía haber otras maneras de existencia.

Todos excepto Hari Seldon.

Hari Seldon fue el último gran científico del Primer Imperio. Fue él quien llevó la ciencia de la psicohistoria a su máximo desarrollo. La psicohistoria era la quintaesencia de la sociología: era la ciencia de la conducta humana reducida a ecuaciones matemáticas.

El ser humano como individuo es impredecible, pero las reacciones de las aglomeraciones, según descubrió Seldon, pueden tratarse estadísticamente. Cuanto mayor sea la aglomeración, tanto mayor será la exactitud que se consiga, y el tamaño de las masas humanas con las que trabajó Seldon abarcaba nada menos que la población de la galaxia al completo, que en aquella época se contaba por trillones.

Fue Seldon, entonces, quien predijo, contra toda lógica y en contra también de la opinión generalizada, que el rutilante Imperio que tan fuerte parecía estaba en un estado de irremediable decadencia y declive. Predijo (o resolvió las ecuaciones e interpretó los símbolos, pues en lo mismo resulta) que dejada a su albedrío la galaxia pasaría por un período de treinta mil años de penuria y anarquía antes de que un gobierno unificado se irguiera de nuevo.

Puso en marcha un plan para remediar la situación, para dar lugar a un estado de cosas que restaurara la paz y la civilización en tan solo un milenio. Cuidadosamente estableció dos colonias de científicos a las que llamó «fundaciones». Las instaló deliberadamente en «extremos opuestos de la galaxia». Una de ellas se estableció a plena luz del conocimiento público; la existencia de la otra, la Segunda Fundación, se ahogó en el silencio.

En Fundación (Gnome, 1951) y Fundación e Imperio (Gnome, 1952) se relatan los tres primeros siglos de historia de la Primera Fundación. Esta comenzó como una pequeña comunidad de enciclopedistas perdidos en la yerma periferia exterior de la galaxia. De forma periódica se enfrentó con crisis en las que las variables de las relaciones humanas, de las corrientes sociales y económicas del momento la constreñían, limitando su libertad de movimiento a una sola línea de actuación posible, de modo que cuando avanzaba en esa dirección un nuevo horizonte de desarrollo se desplegaba ante sí. Todo había sido planeado por Hari Seldon, fallecido mucho tiempo atrás.

La Primera Fundación, con su ciencia superior, tomó el control de los planetas que la rodeaban, que habían caído en la barbarie. Se enfrentó a los anárquicos generales que partían del Imperio moribundo y los venció; se enfrentó a los restos del Imperio bajo su último emperador poderoso y su último general fuerte y también resultó victoriosa.

Entonces se las vio contra algo que Hari Seldon no podía prever: el sobrecogedor poder de un único ser humano, un mutante. La criatura conocida como el Mulo nació con la habilidad de moldear las emociones de los hombres y manipular sus mentes. Sus más encarnizados oponentes se convirtieron en sus devotos sirvientes. Los ejércitos no podían (o mejor dicho, su voluntad alterada no quería) luchar contra él. Frente al Mulo, la Primera Fundación sucumbió y los planes de Seldon quedaron en parte en ruinas.

Se mantenía la misteriosa Segunda Fundación, objeto de todas las búsquedas. El Mulo tenía que encontrarla para completar su conquista galáctica; los fieles a lo que quedó de la Primera Fundación, por motivos bien diferentes. ¿Pero dónde se encontraba? Nadie lo sabía.

Esta es, pues, la historia de la búsqueda de la Segunda Fundación.

Segunda Fundación – Isaac Asimov

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