Resumen del libro:
Embárcate en una aventura por los mares de Malasia. Sandokán, el pirata más temido de los mares de Malasia, es valiente, incansable y justiciero. Conocido como el Tigre de Malasia, se enfrentará a mil y un peligros en su lucha por devolver a su pueblo lo que los colonos le quitaron. Pero nunca imaginó que debería librar también una batalla en su corazón. Gracias a su fortaleza, y con la ayuda de su fiel amigo Yáñez y su tripulación pirata, será capaz de salir victorioso de las aventuras más increíbles. Emilio Salgari fue un prolífico autor italiano especialmente famoso por escribir novelas de aventuras, que ambientaba siempre en lugares exóticos y lejanos. Entre las más conocidas están las del ciclo Los piratas de Malasia, protagonizadas por Sandokán, o El corsario negro.
LA NOCHE DEL 20 de diciembre de 1849, un violentísimo huracán se desataba sobre Mompracem, isla salvaje de siniestra fama, refugio de terribles piratas, situada en el mar de Malasia, a pocos centenares de millas de las costas occidentales de Borneo.
Impulsados por un viento irresistible y entremezclándose confusamente, negros nubarrones corrían por el cielo como caballos desbocados, y de cuando en cuando dejaban caer sobre la impenetrable selva de la isla furiosos aguaceros; en el mar, levantadas también por el viento, olas enormes chocaban desordenadamente y se estrellaban con furia, confundiendo sus rugidos con las explosiones breves y secas unas veces, interminables otras, de los rayos.
Ni en las cabañas alineadas al fondo de la bahía de la isla, ni en las fortificaciones que la defendían, ni en los numerosos barcos anclados al amparo de los arrecifes, ni bajo los bosques, ni en la alborotada superficie del mar se divisaba luz alguna; sin embargo, si alguien que viniera de oriente hubiera mirado hacia arriba, habría podido ver brillar en la cima de un altísimo acantilado cortado a pico sobre el mar dos puntos luminosos: dos ventanas vivamente iluminadas.
Pero ¿quién podía velar, en aquella hora y con semejante tempestad, en la isla de los sanguinarios piratas?
En medio de un laberinto de trincheras destrozadas, de terraplenes caídos, de empalizadas arrancadas, de gaviones rotos, al lado de los cuales podían divisarse todavía armas inutilizables y huesos humanos, se levantaba una amplia y sólida cabaña adornada en su cúspide con una gran bandera roja, que ostentaba en el centro la cabeza de un tigre.
Una de las habitaciones de la vivienda está iluminada; las paredes están cubiertas de pesados tejidos rojos y de terciopelos y brocados de gran calidad, pero ya manoseados, rotos y sucios; y el suelo queda oculto bajo una gruesa capa de alfombras persas, relucientes de oro, pero también rotas y manchadas.
En el centro hay una mesa de ébano, con incrustaciones de madreperla y adornada con flecos de plata, repleta de botellas y vasos del más puro cristal; en los ángulos se alzan grandes anaqueles, en parte caídos, llenos de jarrones rebosantes de brazaletes de oro, pendientes, anillos, medallones, preciosos ornamentos sagrados, retorcidos o aplastados, perlas procedentes sin duda de las famosas pesquerías de Ceilán , esmeraldas, rubíes y diamantes, que centellean como otros tantos soles bajo los reflejos de una lámpara dorada suspendida del techo.
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