Primera persona del singular
Resumen del libro: "Primera persona del singular" de Haruki Murakami
Amores de adolescencia evocados con serena nostalgia, jóvenes apenas vislumbradas, reseñas de jazz sobre discos imposibles, un poeta amante del béisbol, un simio parlante que trabaja como masajista y un anciano que habla del círculo con varios centros… Los personajes y las escenas de este esperadísimo volumen de relatos hacen saltar por los aires los límites entre la imaginación y el mundo real. Y nos devuelven, intactos, los amores perdidos, las relaciones truncadas y la soledad, la adolescencia, los reencuentros y, sobre todo, la memoria del amor, porque «nadie podrá arrebatarnos el recuerdo de haber amado o de haber estado enamorados alguna vez en la vida», asegura el narrador. Un narrador en primera persona que, a veces, podría ser el propio Murakami. ¿Es entonces un libro de memorias, unos relatos con tintes autobiográficos o un volumen exclusivamente de ficción? El lector tendrá que decidir.
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Áspera piedra, fría almohada
Pese a ser la protagonista de la historia que me dispongo a narrar a continuación, no hay mucho que pueda contarles de aquella mujer de quien incluso he olvidado su rostro y su nombre, y de la que, no obstante, confío en que haya hecho lo propio conmigo.
Cuando la conocí, yo todavía me encontraba cursando segundo en la universidad y no había cumplido aún veinte años, mientras que ella debía de tener veintitantos. El azar nos llevó a coincidir mientras trabajábamos en el mismo turno de uno de esos empleos a tiempo parcial, y a que nos conociéramos allí, y las insondables chanzas del destino quisieron que pasáramos una noche juntos y que no volviéramos a vernos.
A mis diecinueve años, no sabía nada de los asuntos del corazón, ni del mío ni, por supuesto, del de los demás, y aunque de vez en cuando me veía sorprendido y zarandeado por los bandazos de la tristeza y la alegría, todavía era incapaz de entender que, entre ambos extremos, podía desplegarse todo un abanico de estados intermedios, lo cual me desconcertaba a menudo y me desanimaba bastante.
Pero hablaré de ella.
Los únicos detalles biográficos que conozco son que escribía tankas, es decir, poemas de métrica clásica japonesa, y que había publicado un poemario. Nada más. Y lo de publicado es un decir, porque lo cierto es que todo, desde la encuadernación realizada con hilo burdo de cometa hasta la impresión de sus páginas y su precaria cubierta, parecía haber corrido por cuenta propia. Lo llamativo del asunto es que un buen número de aquellas tankas se me quedaron profundamente grabadas en la mente, e incluso diría que en mi corazón, y nunca he llegado a olvidarlas pese al paso de los años; tankas de amor y de muerte en las que se rechazaba la separación nominal de ambos conceptos.
Un largo trecho / se interpone entre ambos, / mar infinito.
¿Fue acaso sensato / volar hasta Júpiter?
Áspera piedra, / en ti mi sien apoyo, / fría almohada,
y el flujo palpitante / de mi sangre escucho.
Yacíamos ambos desnudos en la cama cuando ella me preguntó:
—¿Te molestaría que dijera el nombre de otro chico en el momento de correrme?
—No —repliqué.
…
Haruki Murakami. Es uno de los escritores japoneses más conocidos de la actualidad, tanto en su país como fuera de él. Su generación de escritores fue influenciada por la literatura contemporánea norteamericana. Él mismo ha traducido a Tobias Wolff, Francis Scott Fitzgerald, John Irving o Raymond Carver, a los que considera indudables maestros.
Murakami nació en Kioto pero se crio en Kobe, sus padre eran profesores de literatura japonesa por lo que de ahí vino su interés por ella. Influenciado por la cultura occidental tanto en la literatura como en la música, son esas influencias las que lo diferencian de otros autores japoneses.
Estudió literatura y griego en la Universidad de Waseda (Sodai), donde conoció a su esposa Yoko. Su primer negocio fue un bar de jazz llamado "Peter Cat", una muestra de su gran amor por la música, uno de los grandes y necesarios referentes a lo largo de toda su obra.
Tokio Blues fue la primera de sus obras que despuntó y su fama le convirtió en una verdadera estrella en Japón. Tras pasar una larga temporada en Estados Unidos en la que escribió sus siguientes obras, Al sur de la frontera, al oeste del sol (1992) y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1995), Murakami decidió volver a Japón tras el famoso terremoto de Kobe y el atentado terrorista con gas sarín al metro de Tokyo, sucesos sobre los que escribiría posteriormente.
Desde su vuelta a Japón, publicó Sputnik mi amor (1999) y Kafka en la orilla (2002), que le valieron el definitivo espaldarazo internacional y el seguimiento fiel de una verdadera legión de lectores, seguidos por After Dark (2004), 1Q84 (2009) y Los años de peregrinación del chico sin color (2013). Murakami ha sido postulado al Premio Nobel de Literatura gracias a obras monumentales como 1Q84, trilogía que rompió todos los récords de venta en Japón.
Sus obras tienen un marcado toque surreal y de fatalismo, en ellas refleja la soledad y el ansia de encontrar y poseer el amor, crea mundos donde mezcla lo real y lo onírico, la felicidad con la oscuridad, consiguen atraer la curiosidad e inquietud de los lectores. Su carrera literaria no consta solo de novelas, también cuenta con recopilación de relatos, ensayos y cuentos ilustrados.
En 2015, Murakami abrió un consultorio online donde los internautas pudieron preguntarle y pedirle consejo durante varios meses. A partir de esa experiencia, el autor japonés decidió escribir un libro relatando los momentos más interesantes de esa conversación virtual.
Reconocido en todo el mundo, ha sido galardonado con premios como el Noma(1982), el Tanizaki (1985), el Yomiuri (1996), el Franz Kafka (2006) o el Jerusalem Prize (2007). En España, ha recibido la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno Español y el Premi Internacional Catalunya 2011.