Resumen del libro:
Durante unas placenteras vacaciones en Egipto, el detective Hércules Poirot coincide con Linnet y Simon, unos conocidos suyos que están de luna de miel en el país de los faraones…
CAPITULO 1
—¡Linnet Ridgeway!
—¡Es ella misma! —dijo el señor Burnaby, propietario de «Las Tres Coronas», dirigiéndose a su compañero.
Ambos se quedaron mirando fijamente, con los ojos formando un círculo y la boca ligeramente entreabierta.
Un «Rolls Royce», rojo y sinuoso, acababa de detenerse frente a la oficina de Correos local.
Una muchacha se apeó del automóvil, una muchacha tocada con sombrero y luciendo un vestido que parecía —sólo parecía— sencillísimo. Una muchacha de cabello dorado y rasgos autoritarios. Una muchacha de formas encantadoras. Una muchacha como se veían pocas en Malton-Under-Wode.
Con paso imperioso penetró en la oficina de Correos.
—¡Es ella! —repitió de nuevo el señor Burnaby. Y continuó en voz baja, en tono confidencial—: ¡Posee millones…! Se gastará aquí miles y miles de dólares. Hará construir piscinas, jardines italianos y una sala de baile. Hará derribar la mitad de la casa y la volverá a edificar.
—Traerá dinero a la ciudad —dijo su compañero.
Éste era un individuo flaco. Hablaba con tono gruñón en que se advertía algo de envidia.
El señor Burnaby parecía estar complacidísimo.
—Sí, es una suerte para Malton-Under-Wode. Una gran suerte.
El señor Burnaby asintió, moviendo la cabeza.
—¡Qué diferencia con sir Jorge! —exclamó el otro.
—Los caballos tuvieron la culpa —aseguró su compañero, con indulgencia—. Nunca tuvo suerte.
—¿Cuánto se gastó él en esto?
—Apenas unos sesenta mil dólares, según dicen.
El hombre delgado dejó escapar un silbido.
—Y se asegura que ella se habrá gastado sesenta mil antes de acabar.
—¡Maldita sea! —dijo el hombre delgado—. ¿De dónde ha sacado tanto dinero?
—De América, por lo que yo he oído. Su madre era hija única de uno de esos groseros millonarios. Como en las películas, ¿sabe?
La muchacha salió de la oficina de Correos y subió al coche.
El hombre delgado la devoró con la mirada mientras ella emprendía la marcha, y murmuró entre dientes:
—No me parece justo que sea tan guapa. Dinero y belleza… es demasiado. Cuando una joven es tan rica como ésa, no tiene derecho a ser bella al mismo tiempo… Y ella es bella al mismo tiempo… ¡Y ella es bella de verdad…! Tiene todo lo que puede apetecer una mujer… ¡No es justo!
…