Resumen del libro:
Publicada por vez primera en 1928, la presente obra viene a cumplir, respecto al análisis de los relatos, una función similar a la del Curso de Saussure para la teoría lingüística: la de fuente de inspiración fundamental de donde emanan todas las elaboraciones posteriores. El detallado estudio de cien cuentos de hadas pertenecientes al folclore ruso permite al autor identificar la matriz originaria de donde han surgido todos los restantes. Reconociendo a su precursor, Lévi-Strauss ha señalado su inmenso mérito, así como lo que ha llegado a calificar de «intuiciones proféticas».
1. Historia del problema
La historia de la ciencia adopta siempre un aspecto muy importante en el punto en que nos encontramos; por supuesto, estimamos a nuestros predecesores y nos congratulamos, hasta cierto punto, del servicio que nos han prestado. Pero a nadie le gusta considerarles como mártires a los que una inclinación irresistible llevaba a situaciones peligrosas y a veces casi sin salida; y, sin embargo, a menudo se encuentra más seriedad en los antepasados que han puesto los fundamentos de nuestra existencia que en los descendientes que derrochan esta herencia.
Goethe
A finales del primer tercio de nuestro siglo, la lista de las publicaciones científicas dedicadas al cuento no era muy rica. A parte de que se editaba muy poco sobre el tema, las bibliografías tenían el siguiente aspecto: se publicaban sobre todo textos; los trabajos sobre tal o cual tema particular eran bastante numerosos; las obras generales eran relativamente raras. Las que existían, tenían un carácter de diletantismo filosófico en la mayoría de los casos, y estaban desprovistas de rigor científico. Hacían pensar en los trabajos de los eruditos filósofos de la naturaleza del siglo pasado, cuando lo que hacía falta eran observaciones, análisis y conclusiones precisas. He aquí como describía esta situación el profesor Speranski: «Sin detenerse en las conclusiones establecidas, la etnografía prosigue sus investigaciones, juzgando que el material reunido es aún insuficiente para una construcción general. Así es como la ciencia vuelve a la recopilación de material y a su tratamiento, trabajando en provecho de las generaciones futuras; pero de cómo serán los estudios generales y de cuándo estaremos en condiciones de hacer los, de eso no sabemos nada».
¿Por qué esta importancia, por qué este callejón sin salida en que estaba encerrada la ciencia del cuento en los años veinte?
Según Speranski, la culpa era de la insuficiencia del material. Pero desde que se escribieron esas líneas han pasado muchos años. En ellos apareció la obra capital de Bolte y Polivka titulada Notas sobre los cuentos de los hermanos Grimm. Cada cuento de esa recopilación va seguido de variantes recogidas en el mundo entero. El último volumen acaba con una bibliografía que da las fuentes, es decir una lista de todas las colecciones de cuentos y de todas las demás obras que contenían cuentos y que conocían los autores. Esta lista incluye más de 1.200 títulos. Es cierto que en ella se incluyen algunos breves textos sin gran importancia, pero también están colecciones tan voluminosas como las Mil y una noches o la recopilación de Afanassiev, que incluye casi seiscientos textos. Y eso no es todo. Un número inmenso de cuentos no ha sido publicado todavía; en parte, ni siquiera ha sido inventariado. Estos textos se encuentran en los archivos de diversos establecimientos y en poder de particulares. Algunas de estas colecciones son accesibles a los especialistas. Por eso el material de Bolte y Polivka puede ser ampliado en algunos casos particulares. Si esto es así, ¿cuál es el número total de cuentos a nuestra disposición? ¿Hay muchos investigadores que dominen aunque sólo sea el material impreso?
En estas condiciones, no resulta conveniente en absoluto decir que «el material reunido aún no es suficiente».
Por tanto, el problema no es el de la cantidad de material. Es el de los métodos del estudio.
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