Resumen del libro:
Dickens, cuando contaba con tal solo veinticinco años y todavía firmaba como Boz, recibió el encargo de escribir las memorias de Joseph Grimaldi, el famoso «clown», a partir de la propia autobiografía que el payaso había dejado escrita poco antes de morir. Grimaldi fue el payaso británico más importante del siglo XIX y, por qué no, de todos los tiempos, hasta tal punto que su «nombre de guerra» (Joey) se usa todavía en Inglaterra como sinónimo de «clown». En sus casi cincuenta años de carrera, Grimaldi trabajó en teatros hoy míticos como el Sadler’s Wells, el Drury Lane o el Covent Garden, por lo que su biografía ofrece también un panorama del teatro británico a comienzos de 1800. A caballo entre el documento testimonial y la novela, lo que está claro es que estas «Memorias», traducidas y anotadas por el escritor Eduardo Berti, no son sólo un documento excepcional de la época, sino que en ellas está esa sabia mezcla de humor y de horror y esa tendencia a la exageración que han hecho de Dickens uno de los autores más admirados de la historia de la literatura.
UN ESPEJO DE UNA VIDA
Eduardo Berti
Nacido en Clare Market (Londres), descendiente de italianos, Joseph Grimaldi fue el payaso británico más importante del siglo XIX y, por qué no, de los todos tiempos, a tal punto que su «nombre de guerra» (Joey) se usa todavía en Inglaterra como sinónimo de clown. En sus casi cincuenta años de carrera, Grimaldi trabajó en teatros hoy míticos como el Sadler’s Wells, el Drury Lane o el Covent Garden, por lo que su biografía ofrece también un panorama del teatro británico a comienzos de 1800.
La vigencia de Grimaldi se comprueba una vez por año, cada primer domingo de febrero, cuando cientos de payasos, arlequines y mimos del mundo entero se dan cita en Haggerston (Hackney), más precisamente en la iglesia de Todos los Santos (All Saints), para celebrar una misa en homenaje a Joey a la que religiosamente sigue un espectáculo.
Charles Dickens tenía veinticinco años cuando recibió la misión de reescribir y mejorar la biografía del célebre clown. De allí salió la primera edición de las Memorias de Joseph Grimaldi, publicada en 1838, poco después de la muerte de Grimaldi y de la aparición de Sketches of Boz y Pickwick Papers, los dos primeros libros de Dickens.
En diciembre de 1836, Joe Grimaldi había puesto fin a una extensa autobiografía cuyo manuscrito se considera en la actualidad extraviado. El original constaba de unas cuatrocientas páginas y era, según llegó a afirmar Dickens, «demasiado voluminoso». Se cree que Grimaldi dictó todas o casi todas las páginas de esta autobiografía y que a principios de 1837, no del todo satisfecho con el resultado, convocó a un ignoto escritor llamado Thomas Egerton Wilks (1812-1854), autor de obras teatrales hoy olvidadas como Halvei the Unknown (Halvei, el desconocido, 1848), para pedirle que puliese el libro a cambio de una porción de las futuras regalías.
Grimaldi falleció casi enseguida, el 31 de mayo de 1837, pero Wilks siguió trabajando por su cuenta abreviando varios pasajes, suprimiendo otros y replanteando la perspectiva del relato, que pasó a ser narrado en tercera persona.
En septiembre u octubre de 1837, Wilks le ofreció el libro a Richard Bentley (1794-1871), un editor que se había hecho rico y famoso tras lanzar las así llamadas «Stardard Novel Series»: versiones económicas y muchas veces en un solo tomo de diversas novelas que previamente habían sido publicadas en el formato entonces usual de tres volúmenes, entre ellas obras de Jane Austen o el Frankenstein de Mary Shelley. Desde 1836, Bentley editaba una exitosa revista llamada Bentley’s Miscellany en la que ofrecía breves ensayos, crónicas, cuentos de autores en ciernes como Edgar Allan Poe, caricaturas de humoristas como John Leech, ilustraciones de George Cruikshank y novelas por entregas. El primer editor de la revista fue un tal «Boz» que ya había trabajado como periodista para The True Sun, The Mirror of Parliament y The Morning Chronicle; se llamaba en verdad Charles Dickens y su segunda novela (Oliver Twist) estaba siendo publicada por entregas en la revista de Bentley por aquel entonces.
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