Martín Fierro
Resumen del libro: "Martín Fierro" de José Hernández
Escritos en 1872 y 1879, respectivamente, los dos volúmenes que componen el poema épico Martín Fierro son la culminación del género gauchesco y el máximo exponente de la literatura argentina a nivel mundial. A través de la narración de las peripecias del héroe -el gaucho Fierro, uno de los personajes más vitales, brutales y contradictorios de las letras nacionales-, José Hernández pone en evidencia la cruda realidad a la que se veían enfrentados los hombres del siglo XIX enviados a la frontera a luchar contra los indios, y denuncia los abusos de poder por parte de un Estado corrupto y arbitrario.
El poema viene precedido por una magnífica introducción del escritor Carlos Gamerro, quien advierte que el mundo de Martín Fierro se ha convertido prácticamente en el nuestro y que constituye un punto de inflexión crucial en la literatura argentina.
El Gaucho Martín Fierro
I
Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena estrordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.
Pido a los santos del cielo
que ayuden mi pensamiento:
les pido en este momento
que voy a cantar mi historia
me refresquen la memoria
y aclaren mi entendimiento.
Vengan santos milagrosos,
vengan todos en mi ayuda,
que la lengua se me añuda
y se me turba la vista;
pido a mi Dios que me asista
en una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores,
con famas bien otenidas
y que después de alquiridas
no las quieren sustentar:
parece que sin largar
se cansaron en partidas.
Mas ande otro criollo pasa
Martín Fierro ha de pasar;
nada lo hace recular,
ni las fantasmas lo espantan,
y dende que todos cantan
yo también quiero cantar.
Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del Eterno Padre;
dende el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.
Que no se trabe mi lengua
ni me falte la palabra;
el cantar mi gloria labra
y, poniéndome a cantar,
cantando me han de encontrar
aunque la tierra se abra.
Me siento en el plan de un bajo
a cantar un argumento;
como si soplara el viento
hago tiritar los pastos.
Con oros, copas y bastos
juega allí mi pensamiento.
Yo no soy cantor letrao
mas si me pongo a cantar
no tengo cuándo acabar
y me envejezco cantando:
las coplas me van brotando
como agua de manantial.
Con la guitarra en la mano
ni las moscas se me arriman;
naides me pone el pie encima,
y, cuando el pecho se entona,
hago gemir a la prima
y llorar a la bordona.
Yo soy toro en mi rodeo
y torazo en rodeo ajeno;
siempre me tuve por güeno
y si me quieren probar
salgan otros a cantar
y veremos quien es menos.
No me hago al lao de la güeya
aunque vengan degollando;
con los blandos yo soy blando
y soy duro con los duros,
y ninguno en un apuro
me ha visto andar tutubiando.
En el peligro ¡qué Cristos!
el corazón se me enancha,
pues toda la tierra es cancha,
y de esto naides se asombre;
el que se tiene por hombre
donde quiera hace pata ancha.
Soy gaucho, y entiéndalo
como mi lengua lo esplica:
para mí la tierra es chica
y pudiera ser mayor;
ni la víbora me pica
ni quema mi frente el sol.
Nací como nace el peje
en el fondo de la mar;
naides me puede quitar
aquéllo que Dios me dio:
lo que al mundo truje
yo del mundo lo he de llevar.
Mi gloria es vivir tan libre
como el pájaro del cielo;
no hago nido en este suelo
ande hay tanto que sufrir,
y naides me ha de seguir
cuando yo remuento el vuelo.
Yo no tengo en el amor
quien me venga con querellas;
como esas aves tan bellas
que saltan de rama en rama,
yo hago en el trébol mi cama
y me cubren las estrellas.
Y sepan cuantos escuchan
de mis penas el relato
que nunca peleo ni mato
sino por necesidá
y que a tanta alversidá
sólo me arrojó el mal trato.
Y atiendan la relación
que hace un gaucho perseguido,
que padre y marido ha sido
empeñoso y diligente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.
…
José Hernández. Periodista, político y militar argentino, es conocido por su poema narrativo El Gaucho Martín Fierro, obra canónica de la literatura gauchesca y que fue publicada por primera vez en 1872, convirtiéndose en uno de los textos fundamentales de la identidad argentina.
Hernández creció en Buenos Aires, pero tras la muerte de su madre y sus problemas de salud su familia se trasladó a la zona de las pampas, donde entró en contacto con los gauchos que allí vivían, siendo esta experiencia base para el desarrollo de su conocimiento del mundo rural y de la realidad del hombre del campo.
Formó parte de las milicias del Estado de Buenos Aires, llegando a ocupar el grado de teniente, pero abandonó el ejército en 1858 por razones políticas. Posteriormente participó en varias batallas de lado de la última rebelión gaucha. Tras su derrota se tuvo que exiliar en Brasil y en Uruguay hasta que pudo volver a Argentina tras una amnistía, dedicándose entonces al periodismo y la política, siendo elegido diputado y senador por Buenos Aires.
Hernández fue un destacado periodista, donde defendió su visión del estado y la forma de vida de los gauchos. En lo literario, Hernández siempre estuvo vinculado al mundo de la poesía, con una gran influencia de su pensamiento político. A lo largo de su carrera publicó títulos como Vida del Chacho, Los teinta y tres orientales o Instrucción del Estanciero, siendo El Gaucho Martín Fierro y su segunda parte, La vuelta de Martín Fierro, sus obras más conocidas.