Los hijos del capitán Grant
Resumen del libro: "Los hijos del capitán Grant" de Julio Verne
Julio Verne, reconocido como uno de los padres de la ciencia ficción y la literatura de aventuras, nos sumerge en un viaje épico a través de su obra “Los hijos del capitán Grant”. Ambientada en la Patagonia chilena y argentina, Australia y Nueva Zelanda, la trama sigue la búsqueda del capitán Grant, cuya nave ha naufragado en aguas desconocidas. A través de esta emocionante odisea, Verne no solo entretiene a sus lectores, sino que también educa, ofreciendo un vasto conocimiento sobre geografía, fauna, flora, culturas indígenas, exploradores y la historia de los lugares visitados.
La narrativa de Verne cautiva desde el primer momento, con descripciones vívidas y personajes carismáticos que guían al lector a través de intrincadas selvas, majestuosas montañas y peligrosos océanos. A medida que los protagonistas se enfrentan a desafíos y peligros, el lector se sumerge en un viaje lleno de suspense y descubrimientos.
La riqueza de detalles geográficos y culturales que Verne presenta en “Los hijos del capitán Grant” no solo enriquece la trama, sino que también educa a sus lectores de manera sutil y absorbente. Desde la flora y fauna únicas de la Patagonia hasta las tradiciones de los pueblos indígenas de Australia y Nueva Zelanda, Verne ofrece un festín de conocimientos que estimula la curiosidad y la imaginación.
A través de las páginas de esta obra, Verne demuestra su maestría en la construcción de mundos imaginarios que, a pesar de su fantasía, están arraigados en una base sólida de investigación y conocimiento. “Los hijos del capitán Grant” no solo entretiene, sino que también inspira a sus lectores a explorar el mundo que les rodea y a valorar la importancia del conocimiento y la aventura en la vida.
En resumen, “Los hijos del capitán Grant” es una obra magistral que combina la emoción de la aventura con la riqueza del conocimiento geográfico y cultural. Julio Verne nos invita a embarcarnos en un viaje inolvidable que estimula la mente y cautiva el corazón, dejando una impresión duradera en todos aquellos que se aventuran a sus páginas.
Capítulo I
Balance-fish
El 26 de julio de 1894, un magnífico yate, favorecido por un nordeste bastante fresco, surcaba a todo vapor las aguas del canal del norte. En su palo de mesana flotaba el pabellón de Inglaterra, y en el tope del palo mayor una grímpola azul con las iniciales E. G., bordadas en oro debajo de una corona ducal. El yate, que se llamaba el Duncan, era propiedad de Lord Glenarvan, uno de los dieciséis pares escoceses que tienen asiento en la cámara alta, y el miembro más distinguido del Royal Thames Yacht Club, tan célebre en todo el Reino Unido.
Lord Edward Glenarvan se hallaba a bordo con Lady Elena, su joven esposa, y con el Mayor Mac Nabbs, uno de sus primos.
El Duncan, recién salido del astillero, maniobraba para regresar a Glasgow, no habiendo hecho más que dar un paseo por vía de ensayo a algunas millas fuera del golfo del Clyde.
Cuando ya la isla de Arren se bosquejaba en el horizonte, el vigía señaló un pez enorme que seguía el curso del buque. El capitán, John Mangles, puso inmediatamente en conocimiento de Lord Edward el aviso del vigía. El Lord subió a la toldilla acompañado del Mayor Mac Nabbs, y preguntó al capitán cuál era su opinión acerca de aquel animalazo.
—Creo, Milord —respondió John Mangles—, que es un marrajo de buen tamaño.
—¡Un marrajo en estos sitios! —exclamó Glenarvan.
—Nada tiene de particular —replicó el capitán. El marrajo pertenece a una especie de tiburones que se encuentran en todos los mares y en todas las latitudes, y mucho me engaño si no vamos a tener que bregar con un balance-fish. Si Vuestro Honor consiente en ello y Lady Glenarvan tiene gusto en presenciar una pesca curiosa, pronto sabremos a qué atenernos.
—¿Qué os parece, Mac Nabbs? —dijo Lord Glenarvan al Mayor. ¿Intentamos la aventura?
—Me parece lo que a vos os parezca —respondió flemáticamente el Mayor.
—Además —repuso John Mangles—, siempre conviene disminuir el número de tan terribles animales. Aprovechemos la ocasión, y si place a Vuestro Honor, haremos una buena acción al mismo tiempo que nos proporcionaremos un espectáculo.
—Manos a la obra, John —dijo Lord Glenarvan.
Mandó avisar a Lady Elena, que subió también a la toldilla, con mucho afán de ser testigo de aquella pesca conmovedora.
…
Julio Verne. Escritor francés, fue uno de los grandes autores de las novelas de aventuras y ciencia ficción del siglo XIX. Destaca por su capacidad de anticipación tecnológica y social, que le ha llevado a ser considerado como uno de los padres del género de la literatura de ciencia ficción y la "moderna" novela de aventuras de su época, prediciendo muchos de los inventos tecnológicos del siglo XX en sus obras.
Nacido en una familia adinerada y siendo el mayor de cinco hermanos, Verne disfrutó de una buena educación y ya de joven comenzó escribir narraciones y relatos, sobre todo de viajes y aventuras. Tuvo una relación conflictiva con su padre debido a su gran autoridad, llegando a no volver a visitar su hogar al alcanzar independencia económica. Debido a su prematuro enamoramiento no correspondido por su prima a los once años, desarrolló una gran aversión hacia las mujeres. No fue hasta 1857 que se casó con una viuda rica, madre de dos hijas, y cuatro años después tuvieron su único hijo juntos, Michael Verne.
Antes de ingresar a la universidad, estudió Filosofía y Retórica en el Liceo de Nantes. Posteriormente, viajó a París y se licenció en Derecho. En 1848 escribió sonetos y algunos libretos de teatro y conoció a la familia Dumas, la cual influenció mucho en sus futuras obras y le ayudó a difundirlas. En 1849 aprobó la tesis doctoral de Derecho pero se decidió por la escritura consiguiendo la decepción y aversión de su padre que quería que ejerciera como abogado.
Verne se dedicó a la literatura pese a no contar con apoyo económico alguno, lo que minó su salud gravemente. Sus primeras obras no tuvieron mucho éxito, por lo que tuvo que compaginar su pasión por la escritura con la docencia para sobrevivir. Emprendió varios oficios como secretario o agente de bolsa antes de poder vivir de sus escritos.
A partir de 1850 comenzó a publicar y trabajar en el teatro gracias a la ayuda de Alejandro Dumas. Sin embargo, es con su viaje de 1859 a Escocia que Verne inicia un nuevo camino gracias a su serie de los Viajes extraordinarios, de los que destaca Cinco semanas en globo o La vuelta al mundo en 80 días. El éxito de las novelas de Verne fue en aumento y con el apoyo de su amigo y editor Hetzel tuvo grandes ventas. Verne era un auténtico adicto al trabajo, pasaba días y días escribiendo y revisando textos.
En 1886 Verne fue atacado por su sobrino, con el cual tenía una relación cordial, sin motivo alguno. Este ataque le causó graves heridas, provocándole una cojera de la que no se recuperaría. Después de esto, y de la muerte de su madre y de su amigo y editor, Verne publicó sus últimas obras con un toque más sombrío que la alegre aventura de sus inicios. En 1888 fue elegido concejal del Ayuntamiento de la ciudad de Amiens, ejerciendo el cargo por 15 años.
Julio Verne murió en Amiens el 24 de marzo de 1905 con 77 años. Tras su muerte, su hijo Michael Verne siguió publicando algunas obras bajo el nombre de su padre, lo que ha creado cierta confusión en la autoría de algunos libros.
Sus novelas han sido y siguen siendo publicadas y traducidas en todo el mundo, siendo uno de los autores más traducidos de la historia. Títulos tan famosos como De la Tierra a la Luna, Viaje al Centro de la Tierra, 20.000 leguas de viaje submarino, Miguel Strogoff, Escuela de Robinsones... hacen de Verne un clásico atemporal de la novela de aventuras y ciencia ficción, con muchas de sus obras adaptadas al cine y la televisión.