Los cuentos de Beedle el bardo
Resumen del libro: "Los cuentos de Beedle el bardo" de J. K. Rowling
Los cuentos de Beedle el Bardo contienen cinco cuentos de hadas muy diferentes, cada uno con su propio carácter mágico, que deleitarán al lector con su humor y la emoción del peligro de muerte. Muggles y magos por igual disfrutarán de los comentarios añadidos al final de cada relato, escritos por el profesor Albus Dumbledore, que cavila en ellos sobre las enseñanzas que nos dejan los cuentos, revelando al mismo tiempo pizcas de información sobre la vida en Hogwarts. Con ilustraciones realizadas por su autora, J.K. Rowling, este libro único y mágico perdurará como un pequeño tesoro en los años venideros.
Introducción
Cuentos de Beedle el Bardo es una colección de relatos infantiles para magos y brujas. Se trata de historias muy populares desde hace siglos; para muchos alumnos de Hogwarts, «El cazo saltarín» y «La fuente de la buena fortuna» son tan familiares como «La Cenicienta» y «La Bella Durmiente» para los niños muggles (no mágicos).
Las historias de Beedle se parecen a nuestros cuentos de hadas en muchos aspectos. Por ejemplo, la virtud a menudo tiene recompensa; y la maldad, castigo. Sin embargo, hay una marcada diferencia. En los cuentos de hadas de los muggles, la magia suele ser la causa de los problemas del héroe o la heroína: la bruja malvada ha envenenado la manzana, ha sumido a la princesa en un sueño de cien años o ha convertido al príncipe en una bestia espantosa. En los Cuentos de Beedle el Bardo, en cambio, los héroes y heroínas saben hacer magia, pero aun así les resulta tan difícil como a nosotros resolver sus problemas. Las historias de Beedle han ayudado a muchas generaciones de padres magos a explicar a sus hijos esta dolorosa realidad: que la magia, además de solucionar problemas, también los ocasiona.
Otra diferencia destacada entre esas fábulas y sus equivalentes muggles es que, a la hora de buscar la fortuna, las brujas de Beedle son mucho más diligentes que las heroínas de nuestros cuentos de hadas. Asha, Altheda, Amata y Babbitty Rabbitty son brujas que se encargan personalmente de perseguir su destino, en lugar de echarse una larga siesta o esperar a que alguien les devuelva el zapato que han perdido. La excepción a esta regla —la doncella sin nombre de «El corazón peludo del brujo»— observa un comportamiento más parecido al de las princesas de nuestros cuentos infantiles, pero el relato no concluye con ningún «y comieron perdices».
Beedle el Bardo vivió en el siglo XV y gran parte de su vida está rodeada de misterio. Sabemos que nació en Yorkshire, y el único grabado suyo que se conserva revela que lucía una barba hermosa y abundante. Si sus historias reflejan fielmente sus opiniones, simpatizaba bastante con los muggles, a los que no consideraba malvados sino sólo ignorantes. Desconfiaba de la magia oscura, y creía que los peores excesos de la raza mágica provenían de rasgos tan humanos como la crueldad, la apatía o el uso arrogante de sus habilidades. Los héroes y heroínas que triunfan en sus historias no son los que poseen la magia más poderosa, sino los que demuestran mayor bondad, mayor sentido común y mayor ingenio.
Un mago de nuestro tiempo que tenía unas opiniones muy parecidas a las suyas era, por supuesto, el profesor Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, Orden de Merlín (Primera Clase), director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos y Jefe de Magos del Wizengamot. Pese a esa similitud de puntos de vista, supuso una sorpresa descubrir una serie de notas sobre los Cuentos de Beedle el Bardo entre los numerosos papeles que Dumbledore legó en su testamento a los Archivos de Hogwarts. Nunca sabremos si esos comentarios los escribió para su propia satisfacción o con intención de publicarlos; con todo, la profesora Minerva McGonagall, actual directora de Hogwarts, ha tenido la deferencia de permitirnos imprimir las notas del profesor Dumbledore junto a la nueva traducción de los cuentos, obra de Hermione Granger. Esperamos que los comentarios del profesor Dumbledore, que incluyen observaciones sobre la historia del mundo mágico, recuerdos personales e información esclarecedora acerca de los elementos clave de cada historia, contribuyan a que una nueva generación de lectores, tanto magos como muggles, entienda mejor los Cuentos de Beedle el Bardo. Todos cuantos lo conocimos personalmente creemos que al profesor Dumbledore le habría encantado prestar su apoyo a este proyecto, dado que todos los royalties serán donados a la organización Children’s High Level Group, que trabaja en favor de los niños desvalidos.
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J.K. Rowling. Escritora y productora de cine escocesa, es conocida principalmente por su serie de libros juveniles protagonizados por Harry Potter, verdadero fenómeno literario a nivel mundial que ha conseguido vender más de 400 millones de ejemplares, siendo traducida a más de 20 idiomas. Rowling estudió filología clásica y francesa, trabajando como investigadora y secretaria para Amnistía Internacional antes de trabajar en Portugal como profesora de inglés en 1992. Antes de irse a Portugal, en 1990 le vino la inspiración del personaje de Harry Potter en un viaje de Mánchester a Londres, al llegar a casa se puso a crear el mundo mágico más influyente de la literatura juvenil, pero mientras escribía, su madre falleció y este hecho la ayudó para comprender mejor la pérdida de Harry Potter. Tras un corto matrimonio volvió a Edimburgo con su hija, sin empleo y en una situación ciertamente preocupante.
Durante este periodo, Rowling terminó su primer libro de la serie, Harry Potter y la piedra filosofal, manuscrito que fue presentado a numerosas editoriales y rechazado, hasta que Bloomsbury decidió publicarlo. Tras el éxito, basado en el boca a boca, del libro, Rowling recibió una beca y un año después el libro comenzó a venderse en EEUU.
Sus editores le aconsejaron utilizar las siglas J.K. en vez de su nombre real, Joanne, para publicar el primer libro de Harry Potter por miedo a que los lectores tuvieran reticencia a leer sus libros por estar escritos por una mujer, la letra K proviene de su abuela Kathleen.
A partir del segundo libro, Harry Potter y la cámara secreta, el éxito de sus historias creció de manera exponencial, alcanzando con sus obras los puestos más altos de las listas de ventas en prácticamente todo el mundo. Gracias a esto, pudo dedicarse al completo a la escritura y dejar de lado el bache económico que vivía antes de publicar la serie, pasando a ser una de las personas con más ingresos de Gran Bretaña.
Pocos años después, las novelas de Harry Potter comenzaron a ser adaptadas al cine con gran éxito gracias a directores como Chris Columbus, Mike Newell o Alfonso Quarón. Mientras tanto, Rowling recibió numerosos galardones como el Andersen, varios Honoris Causa, el Príncipe de Asturias de la Concordia e incluso la Legión de Honor francesa. En 2007 la revista Time la seleccionó como “Personaje del Año” debido a su gran influencia e inspiración social, moral y política que ha plasmado en los personajes de Harry Potter.
Tras la publicación del último libro de la serie, Harry Potter y las reliquias de la muerte, Rowling ha publicado varios libros en el mismo universo, siempre a título benéfico, como el caso de Los cuentos de Beedle el Bardo.
En 2012 escribió su primera novela para adultos Una vacante imprevista, generando opiniones de todo tipo. Y un año después adoptó el seudónimo de Robert Galbraith para escribir los libros Cormoran Strike una serie de novela negra para adultos, siendo El canto del cuco su segundo libro para adultos y obteniendo una gran acogida por los lectores.
En 2016 trabajó como guionista en la nueva película inspirada en el mundo de Harry Potter “animales fantásticos y donde encontrarlos” y ha coescrito la obra teatral basada en la vida preescolar de Harry Potter, mientras sigue escribiendo novelas para adultos y pasa tiempo con su familia.
Rowling disfruta de su éxito realizando numerosos actos benéficos, conferencias e intervenciones a favor de la lectura, gran parte de sus beneficios son destinados a obras de caridad.