Resumen del libro:
En esta historia llena de lujuria, locura y éxtasis, habitan doce personajes distintivos que vivieron en la misma región del centro de Inglaterra durante un período de seis mil años. Sus narraciones se entrelazan a través de acontecimientos recurrentes, extrañas tradiciones y visiones misteriosas. El primero es un niño en una cueva, quien ha perdido a su madre y que se enamorará y aprenderá una lección mortal. Le sigue un extraordinario elenco de personajes: una asesina que personifica a su víctima, un pescador que cree haberse convertido en una especie diferente, un emisario romano que se da cuenta de la amarga verdad sobre el Imperio, una monja discapacitada que es curada milagrosamente por una perturbadora aparición, un viejo cruzado cuya fe es destruida por el testimonio de la reliquia final, dos brujas, amantes, que queman en la hoguera… Cada cuento interconectado traza un camino en un viaje de descubrimiento de los secretos de la tierra. Siguiendo la tradición de la obra de Kipling, Puck de la colina de Pook, las Vidas imaginarias de Schwob o Historia Universal de la infamia, de Borges, Alan Moore viaja a través de la historia mezclando verdad y conjetura en una novela deslumbrante, a veces trágica, pero siempre fascinante.
El cerdo de Hob
Detrás de la colina, lejos del sol que cae, el cielo se ha vuelto como el fuego, y yo sube, tomar aire es duro, la hierba se vuelve fría en los pies de yo y los moja.
No hay hierba en lo alto de la colina. No hay sino tierra, todo alrededor, esa colina es como un hombre sin pelo en la cabeza. Yo se levanta, y gira la cara hacia el viento para oler, y aún no le llega olor alguno desde muy lejos. La tripa duele, en medio de yo. A la boca llega el aire de la tripa, y lamer eso es como no lamer nada. Un bulto de sangre seca está negro en la rodilla, y pica. Yo rasca, y sale más sangre aún.
Encima de yo están muchas bestias del cielo, grandes y grises. Se mueven despacio, sin fuerza. Puede que quieran comida, como yo quiere. Una de ellas tiene ahora tanto vacío en la tripa, que la cabeza se le sale y se va flotando lejos, y corre detrás de ella más rápido, porque quiere cogerla. Debajo del cielo está la hierba y los bosques que llegan muy lejos, donde yo ve otra colina, tras ella sólo hay arbolitos que crecen alrededor de la orilla del mundo.
Ahora yo mira abajo, a la hierba colina abajo, y ve cerdos. Cerdos grandes, y largos, uno en la espalda del otro y trotando sobre ella, por lo que parece. Ver eso hace que a yo se le ponga dura. Dentro de la tripa cosecho que yo puede correr colina abajo hasta los cerdos, y golpear con una piedra a uno de ellos y hacer que quede sin vida, para comerlo entero. Ésa es la cosecha de yo. Ahora hay que hacerlo.
Desde lo alto de la colina de tierra seca sale yo, corre rápido a través de la hierba fría, se lanza sobre los cerdos cuando no hay un dio para cambiar de forma que no pueda comérselos, como la rata que hace un rato ha cogido y que se ha vuelto piedrecitas. Yo se lanza rápido sobre los cerdos, que aún son cerdos cuando los alcanza. A yo se le ha puesto para arriba, está dura, se mueve de un lado a otro en la carrera, bajo la tripa. Corre rápido, pero oh, los pies de yo vuelan por la hierba mojada y cae, oh, y cae de culo colina abajo.
Arriba rápido, para coger los cerdos. La caída hace lento a yo, ellos pueden cambiar, porque no huele ningún cerdo. Ahora la tripa de yo tiene miedo, por lo que corre más rápido, y mira a los cerdos mientras se acerca más a ellos, pero oh. Oh, uno ha cambiado, las patas de atrás no están. La cara negra de ella está doblada del todo hacia adentro, y ahora es un agujero lleno de oscuridad. Yo corre más rápido, y aún son un poco cerdos cuando se acerca, pero oh, no se mueven, y huelen a podrido. Se vuelven menos cerdos cuanto más pasos da.
Ahora yo está al lado de ellos, y sólo son troncos de madera blanca, apoyados uno sobre otro. Los ojos son agujeros en la madera. Los pies de cerdo son trozos de ramas perdidas. Ah.
…