Asimov habla en esta obra de la Luna y de otros pequeños mundos que pueblan nuestro sistema solar; se ocupa del carbono, del descubrimiento del DNA, de la función de la glándula tiroidea, de los microorganismos y de la velocidad de la luz; reflexiona sobre cuestiones sociales tan importantes como el racismo y el futuro de los medios de comunicación.
Introducción
Douglas W. Jerrold, un autor inglés del siglo XIX, oyó en cierta ocasión que un amigo suyo, escritor pronunciadamente mediocre, iba a dedicarle un libro. Una mirada de melancolía cruzó por su rostro. Sacudió la cabeza y dijo: «¡Arma terrible la que tiene el hombre en sus manos!».
Con dedicatorias claramente inscritas en más de un centenar de libros míos, la triste observación de Jerrold me viene a veces al pensamiento y me enerva. Nunca pido permiso antes de estigmatizar a alguien o algo sobre la página de la dedicatoria, y a veces pienso con vergüenza que algún buen amigo mío podría no desear que le colocaran tan conspicuamente en la picota. (En cierta ocasión fui bendecido por una enérgica carta exigiendo la supresión de una dedicatoria, que fue suprimida en consecuencia; pero ésa es otra historia).
Además, las dedicatorias suelen ser también harto escuetas y misteriosas. Dedicamos un libro «a fulanito de tal, por su ayuda», y en seguida todos quieren saber cómo y cuándo ayudó y cuál era la dificultad a resolver. ¿Qué nos dio? ¿Dinero, una coartada, una palabra amable? Lo más probable es que uno no llegue nunca a saberlo.
Permitidme, pues, que consagre algunas páginas a explicar la dedicatoria.
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Sobre el autor:
Isaac Asimov. Está considerado uno de los más grandes escritores de ciencia ficción de todos los tiempos. Nacido en Rusia, su familia decidió emigrar a Estados Unidos cuando Asimov sólo contaba con tres años de edad. Se crió, pues, en Brooklyn, Nueva York, donde su padre mantenía una tienda de venta de golosinas y revistas. Desde pequeño ya demostró su interés por la ciencia ficción, siendo un ávido consumidor de revistas pulp.
Su atracción por la ciencia le llevó a estudiar Ingeniería Química, donde luego lograría doctorarse en Bioquímica y ser profesor en la Universidad de Boston durante varios años, hasta que su labor literaria le llevó a abandonar el mundo de la docencia.
Tras acabar la carrera, Asimov publicó su primer cuento en 1939, en la revista Astounding Science Fiction -dirigida por el famoso John W. Campbell- y también colaboró con Amazing Stories. Asimov nunca abandonó la escritura de cuentos y a lo largo de su vida publicó gran número de antologías.
Su obra más importante es sin duda La Fundación (1942) proyecto que se publicó en diversas entregas a lo largo de los años y que compuso poco a poco el universo en que Asimov centró la mayor parte de su trabajo. También ese año (1942) Asimov se casó con Gertrude Blugerman con la que vivió hasta 1970, momento en que se divorció.
En 1950 publicó su primera novela larga Un guijarro en el cielo, que significó el pistoletazo de salida para una larga y prolífica serie de títulos en los que Asimov no sólo trató la ciencia ficción sino que se introdujo en géneros como el policiaco, el histórico o la divulgación científica.
A lo largo de su carrera literaria recibió gran número de galardones literarios, entre los cuales se encuentran varios Premios Hugo, Nébula o Locus. Asimov formó parte, junto a Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, de el mejor exponente de la época dorada de la ciencia ficción.
Asimov volvió a casarse en 1973 con Janet Opal, un año después de publicar otra de sus obras más importantes Los propios dioses (1972). Varios de sus libros fueron llevados al cine, como El hombre del bicentenario o Yo, Robot. En 2015 se anunció la producción de una serie de televisión basada en la saga Fundación a cargo de la HBO.
La producción de Asimov siguió siendo importante, tanto en cuentos como libros, hasta su muerte el seis de Abril de 1992.