Resumen del libro:
“La Revolución de una Brizna de Paja”, escrito por el visionario agrónomo japonés Masanobu Fukuoka, se erige como un hito en la literatura agrícola y ambiental. Este libro, un detallado testimonio del desarrollo de su método de agricultura natural, trasciende los límites de la mera técnica agrícola para convertirse en una exploración profunda de la relación entre la humanidad y la naturaleza. Fukuoka, un hombre que rechazó las convenciones agrícolas modernas, desafía el paradigma de la agricultura industrial con su revolucionario enfoque que prescinde de arar, herbicidas y pesticidas. En su narración, el autor no solo comparte las técnicas prácticas de la agricultura natural, sino que también explora cómo este método impacta la salud, la nutrición, la educación y la espiritualidad.
Fukuoka, un hombre apasionado por la tierra y sus misterios, nos guía a través de su experiencia personal, demostrando que es posible cultivar cosechas sustentables y nutritivas sin someter a la tierra a las prácticas destructivas que han caracterizado la agricultura industrial. Su profundo compromiso con la simplicidad y la armonía con la naturaleza resuena a lo largo de las páginas de esta obra, atrayendo no solo a los amantes de la agricultura natural, sino también a todos aquellos que buscan una forma más equitativa y sostenible de relacionarse con la tierra.
“La Revolución de una Brizna de Paja” se erige como un faro de sabiduría e inspiración en un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y el equilibrio ecológico. Fukuoka, a través de su escritura apasionada y su profundo conocimiento, nos insta a reconsiderar nuestra relación con la tierra y a abrazar un enfoque más respetuoso con el entorno natural que nos rodea. Este libro se convierte, sin lugar a dudas, en una obra especial y esencial para aquellos que desean comprender y abrazar la filosofía y las prácticas de la agricultura natural.
Capítulo I
Mirad este grano
Creo que esta brizna de paja puede originar una revolución. A primera vista, esta paja de arroz puede parecer ligera e insignificante.
Difícilmente nadie puede creer que puede ser el origen de una revolución. Pero yo he llegado a darme cuenta del peso y del poder de esta paja. Para mi, esta revolución es muy real.
Observa estos campos de centeno y cebada. Cuando hayan madurado rendirán cerca de 5900 kg de grano por hectárea. Creo que esta producción iguala a la mayor producción de la prefectura de Ehime. Y si iguala a la mayor producción de la prefectura de Ehime, puede, fácilmente, igualarse a la producción máxima obtenida en el país, ya que Ehime es una de las mejores regiones agrícolas del Japón. Y, sin embargo, estos campos no han sido labrados desde hace veinticinco años.
Para la siembra, simplemente esparzo a voleo centeno o cebada por estos campos durante el otoño, mientras el arroz todavía está en pie; unas semanas más tarde cosecho el arroz y esparzo su paja sobre los campos.
De la misma forma para la siembra del arroz. Estos cereales de invierno se cosecharán hacia el 20 de mayo.
Cerca de dos semanas antes de que hayan madurado completamente, siembro a voleo la semilla de arroz entre el centeno y la cebada. Después de que los cereales de invierno han sido cosechados y los granos trillados, esparzo la paja de cebada y centeno sobre el campo.
Supongo que la utilización de este método para sembrar arroz y cereales de invierno es único para este tipo de cultivos, pero todavía hay un método más fácil. Mientras nos acercamos al próximo campo, dejadme señalar que el arroz que allí crece fue sembrado el otoño pasado, al mismo tiempo que el cereal de invierno. La siembra de todo el año se finalizó en este campo antes de Nochevieja.
Notarás que en los campos también crece trébol blanco y malas hierbas. El trébol se sembró entre el arroz a principios de octubre, poco antes que el centeno y la cebada. No es necesario sembrar las malas hierbas, se siembran ellas mismas bastante fácilmente.
Así, el orden de siembra en este campo es el siguiente:
A principios de octubre se sembró trébol a voleo entre el arroz; los cereales de invierno se sembraron unos días después, a mediados de octubre. A principios de noviembre se cosecha el arroz y, a continuación, se siembra el arroz del próximo año y se esparce la paja sobre el campo. El centeno y la cebada que ves delante de ti fueron cultivados de esta forma.
El trabajo necesario para cultivar arroz y cereales en un campo de diez áreas (100 m2), puede hacerlo una o dos personas en cuestión de pocos días. Parece improbable que pueda haber una forma más simple de cultivar cereales.
Este método contradice completamente las técnicas de la agricultura moderna. Echa por la ventana tanto el conocimiento científico, como el de la agricultura tradicional. Con este tipo de agricultura, que no utiliza maquinaria ni abonos químicos o pesticidas, es posible obtener una cosecha igual o mayor que la explotación media japonesa. La prueba está madurando delante de nuestros ojos.
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