La loca de la casa
Resumen del libro: "La loca de la casa" de Benito Pérez Galdós
La loca de la casa es una novela del escritor español Benito Pérez Galdós publicada en 1892, dentro del ciclo espiritualista de las novelas españolas contemporáneas. Concebida como novela dialogada en cuatro jornadas, el autor la adaptó a pieza dramática en cuatro actos, y fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid el 16 de enero de 1893. José María CRUZ, alias «Pepet», emigrante enriquecido en California y México regresa a Barcelona, donde había nacido de unos humildes criados de los poderosos MONCADA, industriales textiles. En la Ciudad Condal, donde espanta a la burguesía catalana con su rudeza y su presunción de indiano, Pepet visita el hogar de sus antiguos amos; en él, el viejo Juan de MONCADA, que casi arruinado había intentado casar a su hija mayor, VICTORIA (La loca de la casa) con un noble catalán, y ante la negativa de ella y la amenaza de meterse en un convento, ve ahora la oportunidad de salvarse casando a la otra hija, GABRIELA, con el indiano enriquecido…
Acto primero
Salón de planta baja en la torre o casa de campo de MONCADA, en Santa Madrona.-Al fondo, galería de cristales que comunica con una terraza, en la cual hay magníficos arbustos y plantas de estufa, en cajones.-En el foro, paisaje de parque, frondosísimo, destacándose a lo lejos las chimeneas de una fábrica. A la derecha, puertas que conducen al gabinete y despacho del señor de MONCADA. A la izquierda, la puerta del comedor, el cual se supone comunica también con la terraza. A la derecha de esta, se ve el arranque de la escalera, que conduce a las habitaciones superiores de la casa y al oratorio. A la derecha, mesa grande con libros, planos y recado de escribir.-A la izquierda, otra más pequeña con una cestita de labores de señora.
Muebles elegantes. Piso entarimado.
Es de día.
Escena primera
LA MARQUESA DE MALAVELLA con sus dos hijos, DANIEL y JAIME, que entran por el parque. Después GABRIELA
LA MARQUESA.- Ya estamos… ¡Ay, hijos, me habéis traído a la carrera! (Volviéndose para contemplar el paisaje). ¡Pero qué jardín, qué vegetación! Santa Madrona es un paraíso, y el amigo MONCADA vive aquí como un príncipe.
JAIME.- No verás posesión como esta en todo el término de Barcelona. ¡Y qué torre, qué residencia señoril! Cuando entro en ella, eso que llamamos espíritu parece que se me dilata, como un globo henchido de gas.
DANIEL.- (meditabundo). Cuando entro en ella, la hipocondría no se contenta con roerme; me devora, me consume. (Apártase de su madre y de JAIME, y cuando estos avanzan al proscenio, vuelve hacia el fondo contemplando la vegetación).
LA MARQUESA.- ¿Y GABRIELA?
JAIME.- (mirando hacia el comedor). Ahora saldrá. Está dando la merienda a los niños.
LA MARQUESA.- ¿Chiquillos, aquí?
JAIME.- Sí, mamá: los seis hijos de Rafael MONCADA, que han sido recogidos por su abuelo.
LA MARQUESA.- Es verdad… ¡Pobres huerfanitos! (Entra GABRIELA en traje de casa, muy modesto, con delantal). GABRIELA, hija mía, ángel de esta casa. (La besa cariñosamente). ¿Pero cómo te las gobiernas para atender a tantas cosas?
GABRIELA.- ¡Qué remedio tengo! Ya ve usted… Estoy hecha una facha. (Quitándose el delantal). Les he dado la merienda, y ahora van de paseo con el ama y la institutriz. (Saludando a DANIEL). Dichosos los ojos…
DANIEL.- Tanto gusto… (Le estrecha la mano).
GABRIELA.- (a la Marquesa). ¿Pero no se sienta usted?
…
Benito Pérez Galdós. (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920). Novelista, dramaturgo y articulista español. Benito Pérez Galdós nació en el seno de una familia de la clase media de Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.
Cursó el bachillerato en su tierra natal y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. Su primera novela, La sombra, de factura romántica, apareció en 1870, seguida, ese mismo año, de La fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.
Dos años más tarde, mientras trabajaba como articulista para La Nación, Benito Pérez Galdós emprendió la redacción de los Episodios Nacionales, poco después de la muerte de su padre, probablemente inspirado en sus relatos de guerra —su padre había participado en la guerra contra Napoleón—. El éxito inmediato de la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total, veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.
Durante este período también escribió novelas como Doña Perfecta (1876) o La familia de León Roch (1878), obra que cierra una etapa literaria señalada por el mismo autor, quien dividió su obra novelada entre Novelas del primer período y Novelas contemporáneas, que se inician en 1881, con la publicación de La desheredada. Según confesión del propio escritor, con la lectura de La taberna, de Zola, descubrió el naturalismo, lo cual cambió la manière de sus novelas, que incorporarán a partir de entonces métodos propios del naturalismo, como es la observación científica de la realidad a través, sobre todo, del análisis psicológico, aunque matizado siempre por el sentido del humor.
Bajo esta nueva manière escribió alguna de sus obras más importantes, como Fortunata y Jacinta, Miau y Tristana. Todas ellas forman un conjunto homogéneo en cuanto a identidad de personajes y recreación de un determinado ambiente: el Madrid de Isabel II y la Restauración, en el que Galdós era una personalidad importante, respetada tanto literaria como políticamente.
En 1886, a petición del presidente del partido liberal, Sagasta, Benito Pérez Galdós fue nombrado diputado de Puerto Rico, cargo que desempeñó, a pesar de su poca predisposición para los actos públicos, hasta 1890, con el fin de la legislatura liberal y, al tiempo, de su colaboración con el partido. También fue éste el momento en que se rompió su relación secreta con Emilia Pardo Bazán e inició una vida en común con una joven de condición modesta, con la que tuvo una hija.
Un año después, coincidiendo con la publicación de una de sus obras más aplaudidas por la crítica, Ángel Guerra, ingresó, tras un primer intento fallido en 1883, en la Real Academia Española. Durante este período escribió algunas novelas más experimentales, en las que, en un intento extremo de realismo, utilizó íntegramente el diálogo, como Realidad (1892), La loca de la casa (1892) y El abuelo (1897), algunas de ellas adaptadas también al teatro. El éxito teatral más importante, sin embargo, lo obtuvo con la representación de Electra (1901), obra polémica que provocó numerosas manifestaciones y protestas por su contenido anticlerical.
Durante los últimos años de su vida se dedicó a la política, siendo elegido, en la convocatoria electoral de 1907, por la coalición republicano-socialista, cargo que le impidió, debido a la fuerte oposición de los sectores conservadores, obtener el Premio Nobel. Paralelamente a sus actividades políticas, problemas económicos le obligaron a partir de 1898 a continuar los Episodios Nacionales, de los que llegó a escribir tres series más.