Resumen del libro:
En el año 1971, España se encontraba sumida en un letargo patriarcal. En medio de este clima, un evento insólito sacudió al país: un joven obrero agrícola de Archidona, Málaga, causó un escándalo en el cine local durante un espectáculo flamenco. La causa judicial que siguió a este incidente narra que el 31 de octubre de 1971, el joven fue sorprendido con su órgano viril fuera del pantalón, masturbado por su novia. Este acto provocó que el semen del procesado salpicara a otros espectadores, causando daños a sus ropas valorados en 3.500 y 1.600 pesetas, respectivamente.
Camilo José Cela, académico y prolífico autor español, observó este episodio con una mezcla de asombro y humor. Exclamó: “¡Bendito sea Dios Todopoderoso, que nos permite la contemporaneidad con estos cipotes preconciliares y sus riadas y aun cataratas fluyentes! Amén. ¡Viva España!” Esta exclamación refleja el tono satírico y crítico que Cela adoptó para narrar la “gloriosa hazaña” del cipote de Archidona, un evento que puso en evidencia las absurdidades de la moral pública y las buenas costumbres de la época.
Camilo José Cela (1916-2002) fue uno de los escritores más influyentes de la literatura española del siglo XX. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1989, Cela es conocido por su estilo mordaz y su habilidad para capturar la esencia de la sociedad española. Su obra abarca una variedad de géneros, desde la novela hasta el ensayo y la crónica, siempre con una mirada crítica y un agudo sentido del humor. “La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona” es un ejemplo claro de su capacidad para encontrar lo extraordinario en lo cotidiano y satirizar las normas sociales.
“La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona” no es simplemente una crónica de un hecho curioso, sino una obra que combina la sátira con el análisis social. Cela presenta los documentos del juicio, correspondencia personal con el académico Alfonso Canales, y una selección de cartas, poemas y dibujos que le enviaron ciudadanos inspirados por el suceso. Esta colección se convierte en un mosaico que refleja tanto la indignación como el humor del público español frente a un acto que desafió la moral conservadora de la época.
El estilo de Cela es inconfundible: irónico, irreverente y profundamente crítico. Su tratamiento de los “siniestros” procesados por actos naturales humanos expone la hipocresía de una sociedad que, en su afán por mantener la decencia, a menudo cae en lo absurdo. La respuesta del público, plasmada en las cartas y otros documentos incluidos en el libro, revela un país dividido entre la risa y la indignación, entre la tradición y la modernidad.
“La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona” es una obra única que destaca por su agudeza y su capacidad para provocar reflexión y risa. Camilo José Cela utiliza un incidente escandaloso como pretexto para desnudar las contradicciones de la sociedad española de su tiempo. A través de su mirada crítica y humorística, el autor no solo documenta un episodio curioso, sino que invita al lector a cuestionar las normas y valores establecidos. Esta obra es, sin duda, una muestra brillante del talento de Cela para transformar lo ordinario en extraordinario y para hacer de la literatura un espejo de la condición humana.
Crónica del ejemplar suceso conocido por el nombre de la insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona que, acariciado por una mano amante, se disparó en público y a destiempo e hizo estragos en la población civil. Es fruto de la feliz coyunda de la casualidad, el rijo y los eternos valores de la raza. La cuentan en sus cartas, con pelos y señales, sin decir mentida ni ocultar la verdad y respondiendo de que es cierto todo cuanto en ellas se dice, el Excmo. Sr. Don Camilo José Cela, individuo de número de la Real Academia Española, y el limo. Sr. Don Alfonso Canales, miembro correspondiente de la misma docta corporación, quienes la publican para solaz de aficionados y curiosos, escarmiento de cachondos y lección de todos y todas.
Documentos
(Sin fecha). Tarjeta del Dr. Rafael León, Teniente de Alcalde Delegado de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Málaga, a C. J. C.
Pídele a Alfonso Canales que te cuente lo del cine de Archidona.
1 de febrero de 1972. Carta de C. J. C. a Alfonso Canales.
Querido Alfonso,
¿Por qué no me cuentas del cine de Archidona? Hasta aquí me llegaron los rumores ahogados por demasiada confusión.
Un fuerte abrazo
3 de febrero de 1972. Carta de Alfonso Canales a C. J. C.
Querido Camilo José:
Con mucho gusto te relataré el incidente a que te refieres en tu carta. La cosa ha acaecido en Archidona, muy cerca de donde se halla la célebre Peña de los Enamorados. Una pareja —no consta que fueran novios formales— se encontraba en el cine, deleitándose con la contemplación de un filme musical. La música o las imágenes debían ser un tanto excitantes, porque a ella, según tiene declarado, le dio —no sabe cómo— el volunto de asirle a él la parte más sensible de su físico. El cateto debía ser consentidor, pues nada opuso a los vehementes deseos de su prójima. Dejola hacer complacido, sin previsión de las consecuencias que habría de tener su regalada conducta.
Según parece, el manipulado, hombre robusto por demás, era tan virgen como López Rodó o, al menos, llevaba mucho tiempo domeñando sus instintos. El caso es que, en arribando al trance de la meneanza, vomitó por aquel caño tal cantidad de su hombría, y con tanta fuerza, que más parecía botella de champán, si no géiser de Islandia.
Los espectadores de la fila trasera, y aun de la más posterior, viéronse sorprendidos con una lluvia jupiterina, no precisamente de oro. Aquel maná caía en pautados chaparrones, sin que pareciera que fuese a escampar nunca. Alguien llamó airadamente, identificando el producto e increpando con soeces epítetos al que lo producía en cantidades tan industriales.
Se hizo la luz. El cateto pensó que la tierra, en eso de tragarse a los humanos, obra con una censurable falta de oportunidad. Doblemente corrido, trataba en vano de retornar a su nido la implacable regadera. Su colaboradora ponía cara de Santa Teresita de Lisieux, aunque con más arrebol en las mejillas. Ambos fueron detenidos y conducidos a la presencia judicial, lo que ocasionó que se incoara el oportuno sumario por escándalo público, a falta de otra tipificación más especificadora.
El Juez hizo el ofrecimiento de acciones a los poluidos, quienes no sólo quedaron enterados, sino que presentaron justificantes de los daños y perjuicios. Un prestigioso industrial incorporó a los autos la factura del sastre que había confeccionado su terno, que devino inservible. Y una señora, de lo más granado de la sociedad archidonense, presentó la cuenta de la peluquería donde, al siguiente día, hubo de hacerse lavar el cabello (el Fiscal no acaba de explicarse cómo pudo pasar la noche sin un lavado casero de urgencia).
Como primera providencia, puesto que así lo imponen las reglas de la moral, los intérpretes del raro suceso han contraído honesto matrimonio. ¡Gran equivocación! Imagínate lo que hubieran podido prosperar, en cualquier parte del mundo, tanto el prepotente poseedor de la manguera como su eficaz partenaire.
La causa está ahora en trámite de calificación. Cuando se dicte la sentencia, te proporcionaré una copia. Será un documento acreditativo de las reservas, no meramente espirituales, de nuestra recia estirpe.
Un fuerte abrazo,
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