Resumen del libro:
La historia de Gillion de Trazegnies es una joya literaria del siglo XV, escrita en la refinada corte de Borgoña y dedicada a Felipe el Bueno. Aunque inspirada en la ilustre familia de Hainaut, esta obra no es una biografía, sino una novela de ficción que explora los destinos cruzados del protagonista y su singular historia de amor, aventuras y deber. Con una trama que entrelaza el exotismo del Oriente y la devoción cristiana de Occidente, el relato se inscribe como un hito en la evolución de la literatura francesa.
El argumento sigue a Gillion, caballero que, al no poder concebir hijos con su esposa Marie, emprende un viaje a Jerusalén en busca de la gracia divina. Sin embargo, su peregrinación toma un giro inesperado cuando es capturado y condenado a muerte en El Cairo. Su salvación llega en la figura de Graciana, la hija del sultán, quien, enamorada de él, intercede para salvarlo. Mientras tanto, en Hainaut, Marie da a luz a gemelos, Jean y Gérard, sin que su esposo lo sepa. Pasan catorce años sin noticias de Gillion, y Marie, creyéndolo muerto, cría sola a sus hijos.
La gran ironía del destino se manifiesta cuando Gillion, convencido de que su vida anterior ha quedado atrás, se casa con Graciana. Pero el pasado no tarda en alcanzarlo: sus hijos, convertidos en jóvenes caballeros, viajan al Oriente para buscarlo y le revelan la verdad sobre su familia. Conmovido, Gillion regresa a su tierra natal acompañado de Graciana, quien, en un acto de fe y amor, se convierte al cristianismo. La historia toma un giro de resignación y sacrificio cuando ambas mujeres deciden retirarse a un convento, mientras que Gillion, llamado nuevamente a la guerra en Oriente, encuentra la muerte en combate. Su corazón, símbolo de su lealtad dividida, es enterrado en Hainaut, junto a las dos esposas que marcaron su destino.
El trasfondo histórico de la novela ha llevado a especular sobre su posible inspiración en Gilles de Trazegnies, un caballero real que acompañó a San Luis en las Cruzadas. Sin embargo, las diferencias entre la ficción y la realidad son notables, lo que refuerza el carácter literario y simbólico del relato. Gillion no es un héroe histórico, sino una figura legendaria, moldeada por la sensibilidad y la imaginación de su época.
Más que una simple historia de amor y guerra, La historia de Gillion de Trazegnies es un testimonio del crisol cultural de la Baja Edad Media. Con su equilibrio entre lo caballeresco y lo exótico, la obra refleja los valores y las contradicciones de un mundo en el que la fe, el honor y el destino se entrelazan de manera inextricable.
La promesa
Introducción — Dedicatoria
Los elevados valientes hechos de las personas nobles y virtuosas son dignos de ser contados y escritos, tanto para inmortalizar su nombre gracias a su fama y a la excelsa alabanza, como también para conmover e inflamar los corazones de quienes leen y escuchan el relato, a fin de orientarlos a evitar y huir de los hechos viciosos, deshonestos y vituperables y de entusiasmarlos a realizar hechos honestos y gloriosos, que merezcan vivir en la perpetua memoria.
Es así que hace dos años viajaba por el Condado de Hainaut, país que ha tenido y tiene todavía una muy noble y valiente caballería, como aparece en las crónicas y antiguas historias. Al pasar, conocí una abadía muy antigua, donde había tres tumbas levantadas sobre el suelo; se llamaba la Abadía de la Oliva. Y como desde mi primera juventud he estado deseoso —y sigo todavía— de conocer los importantes hechos que protagonizaron los nobles y virtuosos personajes del tiempo pasado, averigüé los nombres de aquellos que yacían bajo las tres tumbas. Fui informado por el Abad y por los monjes del convento que las tumbas contenían los cuerpos de dos nobles y valerosas damas, y que su marido estaba sepultado entre ellas. Me dijeron sus nombres y apellidos y yo también los pude ver escritos en sus tumbas. Cuando vi y leí los epitafios, me enteré de que ahí yacía el muy valeroso caballero Gillion de Trazegnies en medio de dos nobles y virtuosas damas que en vida fueron sus compañeras y sus esposas, una de las cuales había sido la hija del Sultán de Babilonia.
¡Cómo no me iba a maravillar! Le pedí inmediatamente al Abad y a los monjes del monasterio que me contaran más ampliamente la historia y me dijeran cómo el tal Señor de Trazegnies se había casado con la hija del Sultán y la había traído a Hainaut. Entonces el Abad hizo que uno de los monjes trajera un pequeño libro en pergamino, escrito en italiano con letra muy antigua y muy difícil. Y luego de haber leído y escuchado la historia, me pareció muy hermosa y digna de ser oída; por eso me he tomado el esfuerzo y he hecho el trabajo de traducir el contenido del librito en lengua francesa. De esta manera, los importantes hechos que hizo y cumplió el muy valeroso y esforzado caballero Gillion de Trazegnies y sus dos hijos, y sus grandes proezas no se extinguirán sino que serán conocidas cada vez más para que sean objeto por siempre jamás de perpetua memoria.
Por lo que sé, estoy seguro de que esta historia será escuchada con mucho placer por el Muy Alto, Muy Excelente y Muy Poderoso Príncipe, mi Muy Respetado Señor Phailippe, por la gracia de Dios, Duque de Borgoña, de Brabante, de Lotharingia y del Limburgo, Conde de Flandes, de Artois y de Borgoña, Palatino de Hainaut, de Holanda, de Zelandia y de Namur, Marqués del Santo Imperio, Señor de Frisia, de Salins y de Malinas. Sé que no existe letrado ni persona alguna capaz de poner por escrito esta historia, adornando el lenguaje como se merece. Por eso, muy humildemente suplico a mi Muy Respetado Señor que acepte mi simpleza como excusa.
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