Resumen del libro:
La hija del aire es una obra de teatro del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca, escrita en 1653. Se trata de una tragedia histórica que narra la vida de Semíramis, la legendaria reina de Asiria, desde su ascenso al trono hasta su muerte a manos de su hijo Nino.
La obra se divide en dos partes: la primera, titulada El cetro de oro, muestra cómo Semíramis se hace con el poder tras la muerte de su esposo Nino el Viejo, y cómo se enamora de su hijo Nino el Joven, ignorando su parentesco. La segunda parte, llamada El veneno y la triaca, presenta las consecuencias de este amor incestuoso, que provoca la rebelión de los nobles asirios y la ira de los dioses.
La hija del aire es una obra compleja y ambiciosa, que combina elementos históricos, mitológicos y fantásticos. Calderón de la Barca crea un personaje fascinante en Semíramis, una mujer poderosa y valiente, pero también vulnerable y pasional, que se enfrenta a los límites de su condición humana y a las leyes del destino. La obra plantea temas universales como el amor, el honor, la ambición, la justicia y la libertad, y reflexiona sobre el papel de la mujer en la sociedad y en la política.
La hija del aire es una obra maestra del teatro barroco español, que merece ser leída y representada por su riqueza poética, su profundidad filosófica y su fuerza dramática.
Primera Parte
PERSONAJES
Menón, general
Nino, rey
Lisías, gobernador
Tiresias, sacerdote viejo
Floro, soldado
Chato, villano
El Rey Lidoro, con nombre de Arsidas
Libio, criado
Semíramis
Irene, infanta
Silvia, criada
Sirene, villana
Músicos
Damas
Acompañamiento
Acto primero
(Tocan cajas y dice Menón dentro).
Menón:
Haced alto en esta parte,
y, en uno y otro escuadrón
divididos, saludad
con salva al Rey mi señor.
(Tocan otra vez, y dice Lisías, dentro, al otro lado).
Lisías:
Cantad aquí, mientras llega
el Rey a estos montes hoy,
y a aquellas salvas de Marte
sucedan las del Amor.
Músicos:
Coronado de laureles,
lleno de fama y de honor,
vuelva el valeroso Nino
a los montes de Ascalón.
(Ha de haber dentro una puerta como de gruta al lado izquierdo, y dentro Semíramis da golpes).
Semíramis:
Tiresias, abre esta puerta,
o, a manos de mi furor,
muerte me dará el verdugo
de mi desesperación.
(Sale Tiresias, vestido de pieles largas, como sacerdote antiguo y dice los versos siguientes, con admiración).
Tiresias:
Allí trompetas y cajas,
de Marte bélico horror,
y allí voces e instrumentos,
dulces lisonjas de amor,
escucho; y cuando, informado
de tan desconforme unión
de músicas, a admirarme
en las causas de ella voy,
estos golpes que a esta puerta
se dan, y en mi corazón
a un tiempo, me han detenido.
Confuso y medroso estoy.
Menón (dentro):
Haced salva; que ya el Rey
desde aquí se descubrió.
(Cajas).
Lisías:
Vuelva la música a dar
al aire su dulce voz.
Músicos (dentro):
A tanta admiración,
suspenso queda en su carrera el Sol.
(En la gruta, Semíramis, y golpes).
Semíramis:
Tiresias, si hoy no dispensas
las leyes de esta prisión
donde sepultada vivo,
la muerte me daré hoy.
Tiresias:
Del acero de mi vida
ya tres los imanes son;
éste llama con más fuerza,
a responder a éste voy.
¿Qué das voces?
(Abre la puerta y sale Semíramis, vestida de pieles).
Semíramis:
Dos acentos,
que a un tiempo el aire veloz
pronuncia, dando a mi oído
los dos equivocación,
por no haberlos escuchado
jamás —que jamás llegó
a mí noticia el ruidoso
aparato de su voz—
la cárcel romper intentan
donde aprisionada estoy
desde que nací, porque
confusamente los dos
me elevan y me arrebatan:
éste que dulce sonó,
con dulces halagos, hijos
de su misma suspensión;
éste que, horrible, con fieros
impulsos, tras quien me voy, sin
saber dónde, y que iguales me
arrancan del corazón blandura y
fiereza, agrado,
ira, lisonja y horror;
cuándo un estruendo a esta parte,
cuándo a ésta una admiración; ésta
adormece el sentido,
ésta despierta el valor,
repitiéndome los ecos
del bronce y de la canción…
(Todo junto, música y cajas).
…