La dama del sudario
Resumen del libro: "La dama del sudario" de Bram Stoker
La aparición de una imagen blanca rodeada de una oscuridad que todo lo abraza: una mujer envuelta en un sudario navegando por un mar sumido en unas tinieblas cerradas, una visión que en la progresión de sus diversas apariciones ofrece el hilo tenso que sostiene una serie constante de experiencias horribles, que llegan a sobrepasar los límites mismos del horror. La novela, al igual que Drácula, está compuesta por diarios, cartas, etc., que van delimitando poco a poco el escenario y el tiempo por los que van a discurrir los sucesivos momentos de pánico experimentados por el protagonista y, a través de él, por el lector.
PRÓLOGO
Bram Stoker nació en Dublín, en 1847. A lo largo de su infancia pasó mucho tiempo postrado en la cama; durante ese período, su madre le contaba historias sobrenaturales, plagadas de demonios, fantasmas y otros seres terroríficos, que sin duda ejercieron una influencia poderosa sobre su imaginación excitada. Solo cuando estudiaba en la universidad consiguió dejar atrás sus problemas de salud y logró tener cierta fortaleza física. Después de terminar los estudios, se puso a trabajar como empleado público en un tribunal. Durante este tiempo colaboró con algún periódico redactando críticas teatrales, y llegó incluso a ejercer de redactor jefe del Evening Mail Un día de 1876 conoció a un actor que producía sus propias representaciones. —Henry Irving—; este le convenció para que le llevara las finanzas de la compañía teatral, labor que no resultó fácil, debido al gusto pronunciado por el lujo del actor en todas sus representaciones. Al poco tiempo, conoció a la actriz Florence Balcombe, con la que se casó y de la que tuvo un hijo. En esta situación de hombre casado y financiero de teatro, Stoker, siguiendo su inclinación por lo sobrenatural, compuso numerosas obras de ficción, dominadas por el gusto por lo macabro, entre las que destacan, además de su célebre Drácula, The Mistery of the Sea, La madriguera del gusano blanco, y la novela que contiene el presente volumen, La dama del sudario, hasta ahora inédita en castellano. El autor de Drácula murió en 1912 por agotamiento, según señala su certificado de defunción.
La dama del sudario, publicada por primera vez en 1909, contiene una serie de variaciones sobre un tema de terror. El relato se abre con la descripción del objeto que va a suscitar las sucesivas experiencias terroríficas que proporcionan el sentido y el valor de la novela. La aparición de una imagen blanca rodeada de una oscuridad que todo lo abraza: una mujer envuelta en un sudario navegando por un mar sumido en unas tinieblas cerradas, una visión que en la progresión de sus diversas apariciones ofrece el hilo tenso que sostiene una serie constante de experiencias horribles, que llegan a sobrepasar los límites mismos del horror. La novela, al igual que Drácula, está compuesta por diarios, cartas, etc., que van delimitando poco a poco el escenario y el tiempo por los que van a discurrir los sucesivos momentos de pánico experimentados por el protagonista y, a través de él, por el lector. El lugar de la aparición es el jardín de un castillo; a medianoche, en ese recinto reina la desolación, el frío y la humedad se apodera de todo; la oscuridad comparte el jardín con las sombras blancas producidas por el claro de luna; todo parece hostil para una vida fuerte y vigorosa. El castillo se alza sobre unos acantilados que caen sobre un mar negro y proceloso, donde van a parar grutas marinas y subterráneas; en las inmediaciones del castillo también se erige una iglesia, lúgubre y misteriosa, donde están enterrados los antepasados de la familia del castillo. El país se encuentra en una zona de los Balcanes, que, atrasado y subdesarrollado, vive bajo la amenaza constante del imperio turco.
Bajo la luz gótica del jardín desolado, se presenta la aparición envuelta en un sudario, que, en su palidez, expresa desesperación a causa de su existencia glacial y monstruosa. Su estela deja la impresión de lo desconocido y lo misterioso, y en el héroe produce una fascinación cercana a la hipnosis, como si una fuerza oculta le empujase hacia la forma blanca que recorre el jardín bañado por la luna. La duda sobre la naturaleza de la sombra blanca se instala inmediatamente sobre ella; y a pesar de sus sucesivas manifestaciones, en las que va revelando algo de sí, el misterio no le abandonará, contribuyendo así a acentuar los siguientes pasajes de horror. La mente en la que tiene lugar esta aparición, blanca y fría, es típica de los estados psíquicos góticos; ese lugar mental está presidido por la soledad, la angustia, el vacío; es el receptáculo de las impresiones dolorosas y de la incertidumbre provocada por la aparición. La obsesión por la dama blanca apenas se ve interrumpida por el trabajo, remedio para hacer olvidar el dolor y rescatar el espíritu del héroe de las tinieblas en que se mueve. Huyendo de su interior, explora el territorio del castillo y sus inmediaciones, pero solo encuentra en él un reflejo de estado mental: desesperación y soledad. En esta situación, la razón comienza a debilitarse y la locura a instalarse en su cerebro. La presencia de esa sombra misteriosa se le hace cada vez más necesaria, de modo que solo quiere perseguirla; la voluptuosidad que en él despierta le empuja a exponerse a situaciones cada vez más horribles, hasta que se ve envuelto en la orgía final del ritual que tiene lugar en la iglesia del castillo, la prueba terrible y definitiva, donde se produce la contemplación en la oscuridad. La dama del sudario se revela así como una narración construida para despertar la voluptuosidad a través de la ficción del horror.
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Bram Stoker. Abraham "Bram" Stoker, nacido el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf, Irlanda, y fallecido el 20 de abril de 1912 en Londres, es un nombre que resuena en los anales de la literatura como el creador de una de las obras más icónicas y atemporales del género de terror: "Drácula" (1897). Sin embargo, la vida de Stoker es un relato fascinante en sí mismo, marcada por su salud frágil, su amplia formación académica y sus incursiones en el mundo del teatro y la crítica literaria.
Stoker nació en una familia burguesa, donde los libros y la cultura eran su principal riqueza. Su infancia estuvo plagada de enfermedades que lo confinaron a la cama durante sus primeros siete años. Durante este tiempo, su madre, Charlotte Mathilda Blake Thornley, le narraba cuentos de fantasmas y misterios que más tarde se convertirían en una fuente de inspiración crucial para su obra maestra.
La recuperación de Stoker a los siete años marcó el inicio de su educación formal en el Trinity College, donde obtuvo distinciones en matemáticas y ciencias en 1870. Durante su tiempo en la universidad, demostró ser un campeón en atletismo y ocupó el cargo de presidente de la Sociedad Filosófica. Además, trabajó como funcionario en el castillo de Dublín, mientras su padre ocupaba un alto cargo. Este período de su vida también lo vio incursionar en la crítica de teatro para el Dublin Evening Mail y la crítica de arte para diversas publicaciones en Irlanda e Inglaterra. Stoker incluso aprobó los exámenes de Derecho, lo que le permitió ejercer como abogado en Inglaterra.
Sin embargo, su destino estaba destinado a llevarlo a un camino literario diferente. Su crítica de teatro lo conectó con Sheridan Le Fanu, un renombrado escritor de novelas góticas, cuyas historias, incluida la famosa "Carmilla" sobre una vampiresa, influyeron en gran medida en Stoker. Su laudatoria crítica de la actuación de Henry Irving en "Hamlet" lo llevó a trabajar como secretario personal de Irving y gerente del Lyceum Theatre de Londres.
Mientras trabajaba en el teatro, Stoker también desempeñó el papel de crítico literario para el Daily Telegraph y escribió varias novelas, como "The Snake's Pass" (1890) y, por supuesto, "Drácula" (1897). Esta última obra se ha convertido en un hito del género de terror, explorando las complejidades del vampirismo y la lucha entre el bien y el mal. Fue inspirado en parte por figuras como Henry Irving y Franz Liszt, y se ha convertido en un legado literario perdurable que ha influido en generaciones de escritores y cineastas.
La vida y obra de Bram Stoker trascienden su papel como el autor de "Drácula". Es un testimonio de un hombre que superó adversidades, bebió profundamente del mundo literario y teatral de su época y dejó una huella indeleble en la literatura de terror. Su legado perdura en cada página de sus escritos, que continúan cautivando a lectores de todo el mundo.