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La casa en el límite

La casa en el límite, una novela de William Hope Hodgson

Resumen del libro:

La casa en el límite es la obra maestra del escritor británico William Hope Hodgson y uno de los libros más importantes e influyentes del género de horror sobrenatural de todos los tiempos. Dos amigos van de vacaciones a Kraighten, una diminuta aldea situada en la parte occidental de Irlanda. Explorando aquella zona yerma, despoblada, la pareja llega hasta el umbrío caos de lo que en tiempos pretéritos debió ser un jardín y, más tarde, descubren los restos de un edificio construido en el borde de un abismo con forma de cráter. Al hurgar entre el montón de escombros, hallan un libro estropeado por las piedras. Cuando comienzan a leerlo, este resulta ser el diario de un hombre viejo, de identidad desconocida, que vivía solo en la antigua casa con su hermana y su perro. Se trata del extraño e inverosímil relato de La casa en el límite. Y por él sabrán de la caverna que existe bajo la casa, de los monstruosos seres porcinos que habitan más adentro y de las planicies desoladas que se esconden en otra dimensión, más allá del espacio-tiempo, a la que es transportado en una espantosa visión el infortunado narrador del diario.

INTRODUCCIÓN

Podría decirse a estas alturas, cuando se plantea la ocasión de hablar de la figura de William Hope Hodgson, que se trata de un ilustre desconocido y que su novela La casa en el límite (The House on the Borderland) es un secreto a voces. Durante décadas, en prólogos y textos de estudiosos y admiradores, se ha convertido en un tópico referirse a Hodgson en términos de reivindicación de un autor prácticamente olvidado cuya obra merecería un lugar más destacado tanto en la historia de la literatura fantástica como en la memoria de los seguidores de estas lecturas. No obstante, a fuerza de reclamarlo, este escritor inglés se ha convertido ya en una referencia imprescindible a la hora de trazar la evolución de este macrogénero, así como de disfrutar de algunas de las experiencias lectoras más peculiares que jamás se hayan plasmado sobre unas páginas. Tal vez la consagración de tal estatus pudiera venir simbolizada por la publicación del volumen William Hope Hodgson: Voices from the Borderland (2014), que reúne una colección de textos en torno a su vida y su obra. Precisamente, el mencionado libro se abre con la siguiente declaración de uno de los máximos especialistas en el tema, Sam Gafford: «Han hecho falta casi cien años, pero por fin William Hope Hodgson está empezando a ganarse un poco de respeto».

La breve pero interesante vida de William Hope Hodgson comenzó el 15 de noviembre de 1877 en la iglesia de Wethersfield en Blakemore End, un pueblo del condado inglés de Essex. Sus padres eran Samuel Hodgson, el pastor anglicano a cargo de dicha parroquia, y su esposa, Lizzie Sarah, con quien se había casado un par de años antes. Hope, como le conocían sus íntimos, fue el segundo de una numerosa prole que llegaría a sumar un total de doce hermanos, si bien tres de ellos fallecieron siendo todavía niños. Los sucesivos cambios de destino del padre en su condición de religioso hicieron que toda la familia se mudase frecuentemente durante los años siguientes a distintos puntos de las islas británicas, incluida la localidad irlandesa de Ardrahan en el condado de Galway, a la que fue enviado como misionero en 1887. Las gentes y los paisajes de la zona impresionaron al joven Hope, pues sería en esa zona donde situase la acción terrenal —aspecto este en el que hay que hacer hincapié pues, por lo demás, los cruciales acontecimientos de naturaleza astral o espiritual experimentados por el protagonista trascienden las barreras de tiempo y espacio— de la novela que nos ocupa, La casa en el límite.

Según sus biógrafos, Hope mantuvo una relación conflictiva con su padre que tal vez contribuyó a reforzar su obsesión por huir para hacerse a la mar, un deseo que trató de hacer realidad sin éxito en varias ocasiones antes de terminar su formación escolar. En su introducción a una adaptación a historieta de La casa en el límite, el célebre guionista Alan Moore especulaba sobre cuáles podían ser las condiciones de vida en el hogar de los Hodgson en los siguientes términos: «las tensiones y privaciones que existían en una familia rústica y empobrecida de este periodo no son fáciles de imaginar. Evidentemente, a la edad de catorce años, Hodgson sentía la necesidad de romper con sus orígenes». Efectivamente, el 28 de agosto de 1891 el joven Hodgson partió del hogar familiar para enrolarse con éxito como grumete en un barco de la compañía naviera Shaw & Savill gracias a la mediación de un tío suyo. De este modo comenzó una carrera en la marina mercante que se extendería a lo largo de ocho años, en el curso de los cuales tendría oportunidad de dar varias veces la vuelta al mundo, así como de conocer unas facetas de la vida a bordo de un barco mucho menos amables que las que probablemente había concebido en sus ensoñaciones infantiles. De nuevo, Moore aventura que el joven Hodgson se encontró con «unas condiciones que debieron de hacer que su anterior vida de hacinamiento con su familia pareciese un idilio en comparación». Aquellos años surcando mares y océanos marcaron profundamente al futuro autor en muchos sentidos, que se reflejaron en gran medida en sus posteriores escritos ya fueran de ficción o no. De hecho, en uno de sus textos publicados dentro de esta segunda categoría, explícitamente titulado «Is the Mercantile Navy Worth Joining?» (1905), respondía a dicho interrogante haciendo un balance que no dejaba lugar alguno a duda sobre cuánto había aborrecido aquella experiencia:

Sobre el autor:

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